CORTOMETRAJES DE "el dispensador"... sin guión, sin actores, sin espectadores, sin sala de proyección, y sin filmoteca [10]
el dispensador dice: necesitaba paz para escribir, pero curiosamente no necesitaba de la paz para pensar... podían coexistir hecatombe y pensamiento... pero escribir era otra cosa... se apelaba a las fuentes inspiradoras y a las fuentes de inspiración, que parecen ser la misma cosa, pero no lo son, te lo aseguro... sucede que las musas flotan trasladándose de mundo en mundo, de paralelo en paralelo, de tangente en tangente, subiendo hasta el mundo de las ideas, y dejando llover lo necesario, aún cuando parezca insuficiente... nunca me sentí incómodo con ellas, hasta que nos fuimos conociendo y establecimos puentes de confianza, entendiendo que "confianza" no es una palabra sino un estado de consciencia del aquí hacia el allá, y del allá hasta el aquí... no es un juego de palabras, es una sensación que te nace y forma parte de tu esencia, o la desconoces y nunca te llega... las musas inspiradoras son semejantes a los ángeles, tienen alas, les sobra mente, carecen de pies así como carecen de manos, pero les sobra voluntad y una extraña habilidad para mover todo con la mente, o si lo quieres con el pensamiento... ellas reconocen por dónde andan las fuentes y si te tienen confianza, mucha confianza, te conducen hasta ellas (fuentes) y te las hacen conocer... te deslumbras... te subyugan... te seducen... porque allí está todo lo que necesitas y todo lo que deseas... claro, luego del primer viaje ya no te acuerdas dónde era que estaban (las fuentes) y ya no reconoces el camino hacia ellas... ¿las musas?, no, las fuentes... así es que tuve que ser acompañado varias veces para darme cuenta de cómo llegar a un estrato que se mueve, cambia de forma, cambia de paisaje, de horizonte, de color, y hasta de contenidos, ya que de eso se trata la condición de fuente... lo que bebes un día no sirve para el siguiente, así es que necesitas tener buena memoria para recordar el hoy, de modo de descifrar el mañana por venir y los sucesivos, ya que endulzas y no te quieres ir, o bien, haces lo propio (endulzas) y quieres regresar a cada instante... porque se vuelve necesidad, imperiosa... ¿cómo vivir sin las musas?, ¿cómo vivir sin las fuentes?... a mí se me fue haciendo difícil, mis primeros escritos ocurrieron allá por los años cincuenta y no entendía bien por qué tenía tanta necesidad de escribir y dibujar... pero con el tiempo, fui perdiendo la capacidad para dibujar y fue creciendo algo incomprensible que demandaba el escribir... documentar... anotar... descubrir márgenes... sumar cuadernos... y todo guardaba correlación y sentido, y las musas venían y se mostraban felices, y en lo íntimo, también lo estaba (feliz)... porque allí era donde me encontraba conmigo mismo y con un mundo que conocía a la perfección... ¿sabes?, el mundo de las ideas es como una biblioteca universal, inmensa, de extensas galerías, de techos altos, donde está todo, o mejor dicho, donde todo está contenido... el conocimiento universal del pasado indeleble... el conocimiento universal del presente confuso... el conocimiento universal del futuro incierto... incierto para los que respiran, pero cierto porque allí está todo lo que aún no sucede pero lo hará... y hay una rara fragancia en los pasillos, como si se tratase de jardines... no hay flores, porque son inmensas galerías que se cruzan con otras semejantes, y lo que pienses es lo que se te aparece delante de la mano... allí hay que pensar, esa es la llave... la llave que al modo de una alfombra voladora te conduce hacia va tu voluntad... desde luego que hay mucho tránsito de musas así como de habilitados a compartir dichos espacios, no solo humanos, sino de culturas que ni sabes que existen en alguna parte... pero cada viajero anda en su búsqueda y no se producen ni molestias ni interferencias... en las galerías siempre hay luz... intensa... blanco... inmaculada... y ese raro perfume que envuelve el todo desde la nada y viceversa... ¿qué quieres que te diga?, me acostumbré a ir... los que andan por allí tienen paz, y todo el espacio se nutre de un paz mayor que todo lo comprende... desde luego, el mundo de las ideas es un lugar de consulta... tomas la idea que necesitas y la llevas, a sabiendas que deberá ser reintegrada intacta, en tiempo y forma, aún cuando allí no rige tiempo alguno, aún cuando allí las formas son parte de una geometría de fractales donde lo complejo se hace simple y donde la pregunta tiene siempre su respuesta... te reitero, galerías extensas... tanto que no se ven los extremos... techos altos, luminosos... y ese perfume que no te abandona jamás... te cuento que he andado por las galerías de las ideas de los pasados, tanto los encontrados como los desencontrados... así como he visitado las galerías de los presentes deseados y de los otros indeseados... cada uno con su significado... también me he tomado la licencia de recorrer los futuros intangibles, los futuros pendientes, los realizables, los irrealizables, así como los oportunos y los inoportunos... todo te enriquece... en especial cuando entiendes que cada cosa ocupa su lugar y que aún cuando la tomes, seguirá estando allí a disposición de quien quiera conocerla... como en todo lugar sagrado, no ves letras por el suelo ni palabras manchando las paredes... todo está ordenado... con pulcritud propia de paraísos... me ha gustado tanto el mundo de las ideas, que he preferido quedarme... y sólo envío mi destino a vivir el tiempo remanente... hemos aprendido a coexistir en la sincronía difusa... te digo, se puede... si quieres. JUNIO 27, 2017.-
KARMA.
Ley universal de causa y consecuencia; acción y reacción. Durante la práctica búdica, se busca acumular karma positivo (acumular méritos) como vía para acercarse a la perfección y alejarse de los sufrimientos.
El karma es lo que hace que cada pensamiento, palabra o acción tenga una carga de mayor o menor sufrimiento en las consecuencias que provoca.
Thuk Je Che Tibet
BKLV VGYUR ( las palabras de Buddha ) (Sutra)
Siguiendo el ejemplo de su abuelo, el emperador Chienlung quiso dejar una obra que por su grandiosidad causara admiración y sensación en la posteridad.
Para lograr esa hazaña, optó por comisionar una copia del Sutra Bkav vgyur en escritura tibetana en oro, que pasó a ser parte de la Colección Imperial de la Dinastía Ching.
Bkav vgyur significa en tibetano las palabras de Buda, y es la colección completa de todas las enseñanzas y leyes impartidas por Sakyamuni.
En términos generales, el Sutra Bkav vgyur es ligeramente más pequeño en tamaño que el Sutra Dragón Tibetano, comisionado por el emperador Kanghsi. Sin embargo, tiene el mismo formato de encuadernación que este último.
Este tipo particular de encuadernación se conoce como “hoja de palmera”, debido a que asemeja a los antiguos tratados sobre budismo en India, que eran tradicionalmente escrito en pequeñas planchas de hoja de palmera, y colocadas posteriormente una sobre otra para ser protegidas entre dos tablas de madera.
Aunque las escrituras budistas en China se escribieron posteriormente sobre papel en vez de hojas de palmera, se siguió usando este método de encuadernación, razón por la cual lleva ese nombre.
El Sutra Bkav vgyur fue escrito sobre papel de color azul cobalto, y cada tomo está cubierto por una tapa y contratapa de madera. El conjunto se envuelve en una tela de sutra de color naranja y amarrada con una soga de seda. Todo el paquete se vuelve a envolver en un manto de seda blanca y protegido por otro par de tablas de madera laqueada en rojo de tamaño ligeramente mayor a la tapa y contratapa.
A su vez, este nuevo bulto es envuelto en un manto de sutra hecho de algodón amarrado por una larga cinta gruesa de seda. Finalmente, todo el bulto completo del manuscrito es protegido en una gruesa frazada rellena de algodón para protegerlo totalmente.
El contenido del Sutra Bkav vgyur es similar a aquel del Sutra Dragón. Ambos sutras adoptan un formato de ocho líneas por hoja, aunque el espacio entre las líneas del primero es más estrecho, pero su estilo de escritura es más fluido.
El Sutra Bkav vgyur no tiene los pequeños hoyos que se observan generalmente en la encuadernación “hoja de palmera”. En cada una de las cajas del mismo se encuentra una hoja con el contenido de la misma escrito en caracteres tibetanos, chinos y manchurianos. Sin embargo, a diferencia del Sutra Dragón, no se indica el número de los capítulos.
En un esfuerzo por pacificar a los mongoles y tibetanos, los manchúes adoptaron el budismo tibetano como parte de su política étnica. Para 1772, ya se había publicado el Tripitaka en chino, mongol y tibetano.
Sin embargo, no existía una versión en lengua manchú. Por esa razón, el emperador Chienlung ordenó la creación de la Oficina para Escrituras en Manchú dentro del Departamento de la Casa Imperial.
La Oficina tuvo a su cargo la traducción, grabado en madera e impresión de la edición en manchú del Tripitaka. La obra se terminó de traducir en 1790, y se tardó otros cuatros en grabar e imprimir el total de 108 cajas o volúmenes de las sagradas escrituras.
Un total de doce copias fueron impresas en tinta de color rojo bermejo, en ambas caras. Tales copias fueron repartidas a varios sitios estratégicos del Imperio para ser preservados.
En la actualidad, sólo quedan dos copias de esta edición original personalmente supervisada por el Emperador.
Una de las copias se encuentra en la Sala Sa-gsum Lha-khang del Palacio Potala, en Lhasa, Tíbet.
La otra se encuentra guardada en dos porciones, 32 cajas o volúmenes en el NPM y 76 cajas en el Museo del Palacio en Pekín.
La versión en manchú del Tripitaka está compuesta por las porciones del Mdo sna tshogs o Sutrapitaka y el Vdul ba o Vinayapitaka, traducidos de la versión en chino.
No se encuentra la parte correspondiente al Abhidharmapitaka.
Los sutras de las escuelas Mahayana y Hinayana constituyen el grueso del Tripitaka manchuriano; a diferencia de las versiones en mongol y tibetano, que contienen principalmente sutras de la escuela Vajranaya.
Esta de más decir que el Sutra Dragón tibetano, posee un enorme valor académico, no sólo por su contenido, sino también por la estética, los materiales usados en su confección y el legado espiritual que transmite sus enseñanzas.
Sobresalen en la obra las 756 imágenes de budas, que fuera de las representaciones repetitivas de los más importantes iluminados; también ilustran profusamente otros bodhisattvas, dharmapalas, patriarcas y arhats de la tradición budista.
También encontramos representaciones de budas tántricos en poses dobles con expresiones de enojo.
Dentro del budismo tibetano, las imágenes budistas son objetos de devoción y tema de meditación para sus fieles.
Los colores, dimensiones, poses y objetos accesorios que tienen en sus manos contienen profundas enseñanzas religiosas. Por esa razón, en la confección del Sutra Dragón Tibetano, no se pudo admitir ni el más leve error.
Todas las ilustraciones, cada uno de los caracteres en su texto, así como la secuencia del contenido fueron realizados siguiendo cuidadosa y meticulosamente las tradiciones clásicas encontradas en esculturas y estelas de piedra de épocas remotas que se pierden en el tiempo.
Siendo una extraordinaria obra maestra lograda a través del esfuerzo conjunto de los mejores pintores de la corte, así como excelentes calígrafos chinos y manchúes, el Sutra Dragón Tibetano, no sólo ofrece una apreciación visual de los mejores ejemplos de pinturas de imágenes del budismo tibetano, sino que también es una rica fuente para el estudio de la pintura palaciega de inicios de la dinastía Ching.
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