La misteriosa y majestuosa cordillera Kunlun
Kunlun simboliza para China lo que el monte Olimpo representa en la Grecia clásica. Sus cumbres, tan altas que coquetean con las nubes, se extienden a lo largo del territorio que separa la Llanura Central de la parte occidental del país.
Kunlun simboliza para China lo que el monte Olimpo representa en la Grecia clásica. Sus cumbres, tan altas que coquetean con las nubes, se extienden a lo largo del territorio que separa la Llanura Central de la parte occidental del país. Antiguamente, se pensaba que lo que quedaba detrás de sus rocosas paredes era el fin del mundo. La pureza y la blancura de las nieves, que cubren sus crestas durante casi todo el año, incitaban a los más fervorosos a creer en el origen divino de estas montañas cuya misión era cuidar a todos los seres vivos de la Llanura Central. Cuentan las viejas leyendas que estas cumbres eran el hogar de numerosos “inmortales taoístas” y que al común de los mortales les era imposible acercarse a ellas, pues estaban protegidas por fieros animales mitológicos que no permitían el paso a los humanos. Por otra parte, en el Clásico de las montañas y los mares (山海经) se explica que “bajo la cordillera Kunlun las aguas de los ríos son poco profundas y rápidas”, por lo que era imposible navegar allí debido a lo cual las aguas que fluyen sobre esta peculiar topografía también hacían impenetrables sus montañas. Otras fábulas relatan que a través de ellas transcurría el sendero existente entre la tierra y el cielo y, en consecuencia, los mortales tenían vetada la entrada a las montañas, pues solo los inmortales podían transitar por el camino que unía el reino de los cielos con el de los hombres. De entre todos los mitos, el más conocido, y el que ha tenido una mayor influencia en la cultura, es el relato de la diosa Xi Wangmu (西王母, también conocida como la “Reina madre de occidente”), un personaje de gran importancia en la cosmogonía china. Según el Clásico de las montañas y los mares, la divinidad, que tenía la cabeza de un ser humano y el cuerpo de un leopardo, vivía en la cordillera Kunlun.
Además de las leyendas y mitos sobre esta cordillera, la realidad, en cualquier caso, también contiene una faceta cargada de misterio. En la parte situada dentro de la provincia de Qinghai se halla el famoso cañón Nalinggele (那棱格勒峡谷), conocido como “la puerta del infierno” (地狱之门) debido a sus singulares condiciones naturales y al entorno geográfico que lo rodea. La zona alberga una vasta área de verdes y fértiles pastos y, pese a ello, los pastores de la zona no dejan que su ganado se alimente de los recursos de este desfiladero, pues entrar en él es tan peligroso que incluso podría costarles la vida. El clima del cañón Nalinggele es muy inestable y, en un solo instante, puede comenzar a tronar u originarse una tormenta de arena.
Kunlun ofrece, además, una variada flora y en sus cumbres abundan hierbas medicinales de gran valor. Según la tradición mitológica, la diosa Xi Wangmu usó los recursos de este macizo para elaborar el elixir de la vida eterna. A pesar de su origen ficticio, la leyenda sirve para demostrar la eficacia de las plantas medicinales de esta zona. Aquí se recolecta, además, el ingrediente más famoso de la medicina tradicional china, “el hongo de la oruga” (冬虫夏草), un gusano que, al llegar el verano, se entierra bajo el suelo y deja crecer una planta. Dicho hongo es un ingrediente muy peculiar, y con un alto valor medicinal, porque no solo tiene una gran eficacia en el tratamiento de las enfermedades cardiopulmonares, sino que también puede ser un complemento nutricional muy beneficioso. Además de este, en la cordillera Kunlun también abundan otros valiosos ingredientes medicinales como la Saussurea involucrata o la Rhodiola rosea. La producción de estos recursos es prácticamente inexistente en otros lugares por lo que forman parte de la exclusiva flora de la zona.
La fe en la mitología forma parte del pasado, si bien la cordillera Kunlun con sus glaciares, sus ríos, su espeluznante puerta del infierno y sus valiosas plantas medicinales, ocupa un lugar insustituible en el corazón del pueblo chino. A pesar del paso del tiempo, sigue siendo un lugar fascinante cuya majestuosidad, solemnidad y misterio cautivan a turistas de todo el mundo.
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 40. Volumen I. Enero de 2017.
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