domingo, 2 de julio de 2017

EL ALJIBE, una fuente abierta al humanismo necesario... una semilla de "el dispensador", antes de continuar con el viaje [1]

EL ALJIBE, una fuente abierta al humanismo necesario... una semilla de "el dispensador", antes de continuar con el viaje [1]
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iniciación por "el dispensador": debo introducirte en la temática del agua, es necesario que lo haga de la simpleza de las corrientes y las fluencias, sin omitir las confluencias y las profundidades, así como sin prescindir de las mareas... sucede que no es poca la gente que entiende que el agua es una cuestión de grifos (canillas)... sucede que no es poca la gente que asume que el agua es un derecho de pocos... asimismo, sucede que no es poca la gente que la derrocha alegremente, para inmediatamente buscar los culpables de semejante atrocidad, haciendo de cuenta que lo que ellos malgastan, es correcto y adecuado, pero que si lo hace otro, se transforma en tragedia... sucede, yendo más lejos, que sólo la mitad de la humanidad tiene acceso al agua "corriente", al tiempo que la otra mitad padece su falta, su escasez, desconociendo, incluso, que no todas las aguas son potables para el consumo humano y/o animal... desde luego, cuando a alguien le sobra algo, seguramente ése mismo algo le está faltando a otro, pero la humanidad suele no reparar en las inequidades y tampoco en las deficiencias, mucho menos si se trata de ineficiencias por desidia... como sea, hay mucha gente que no confiere valor al agua, como tampoco lo hace con el aire que respira, con el suelo que pisa o con la leña le conserva los fuegos, dejando en claro que hay un sentimiento cuasi global que es evidencia de la idea generalizada del "qué carajos me importan los otros"... 
África es un continente donde el agua es un beneficio de muy pocos... así como sucede lo propio con el Asia mayormente desconocida por la miseria humana reinante en el occidente gastador... luego, en Australia hay regiones donde el agua brilla por su ausencia, mientras que en las Américas hay gentes que sólo conocen el agua de los ríos o los mares, pero jamás la han visto salir de una canilla, por bombeo, o por fuentes...
para quien suscribe, el dispensador, el agua es una bendición... así como el aire lo es... así como el suelo lo es... así como los fuegos lo son...
el ser humano carece de consciencia que sin agua, sin aire y sin suelo... no existe...
por consiguiente hace mal uso del agua, como de las tierras, como de los aires e incluso, hace un uso imprudente de los fuegos... 
sin embargo, el cambio climático está proveyendo de brutales evidencias del futuro humano con aguas escasas, con aguas contaminadas, con aguas envenenadas, con aguas intoxicadas... sucediendo lo propio con los aires, con los suelos y hasta con los fuegos...
desde luego, si el ser humano de estos tiempos es incapaz de conceder valor a un hijo, mucho menos será capaz de conceder valor a las fuentes que sustentan su vida, su gracia y su tiempo...
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el dispensador dice: lo que te cuento me sucedió, no una, no dos, no tres, sino muchas veces... prácticamente desde que tuve consciencia de razón y razón de consciencia... pude haber nacido en Colonia Hinojo, así como pude haberlo hecho en Mar del Plata, pero las circunstancias me llevaron a hacerlo en la Capital Federal, en el Hospital Municipal "Juan A. Fernández", porque allí trabajaban mi madrina (salteña de nacimiento) y mi padrino (judío porteñazo)... ella como jefa de enfermeras, y él como médico... mi madre entendió que era el lugar adecuado por su delicada salud, y así fue... pero inmediatamente, fui a parar a Colonia Hinojo, donde fui creciendo a campo abierto... campo de potreros extensos... campo de pampas libres... campo de distancias y esfuerzos... por los albores de los cincuenta hablar de Colonia Hinojo era algo semejante a referirse al desierto del Sahara, si bien estaba y sigue estando en el medio de la Provincia de Buenos Aires, pocos eran los que sabían dónde estaba ubicada... asimismo, pocos sabían que estaba relativamente cerca de Olavarría y/o Azul... lugares que prometían futuro de trabajo... era otro país... eran otros argentinos... era otro ADN...
como se sabe, la Provincia de Buenos Aires es tan grande como un país, dentro de otro país mucho más extenso y complejo llamado Argentina...
no recuerdo el año en que sucedió lo que te cuento... puede haber sido en 1955 ó quizás en 1957... los niños solíamos corretear por el campo... sin alejarnos mucho del casco de la estancia porque en aquellos años reinaba la temible víbora de la cruz... de las que había por todas partes... enseñándonos que al ver una, debíamos tomar distancia... prácticamente no había día en que no apareciera alguna en los alrededores de las zonas habitadas, ya que había muchos animales de granja y muchos más lugares para esperar por las presas...
en algún momento de aquellos años... siendo rebelde por ADN... me aventuré a alejarme no sin imprudencia de las zonas "permitidas"... seguramente no habrán sido muchos metros... pero para mí representaban kilómetros... la casa propio de estancia de largas extensiones... estaba rodeada por bosques así como por galpones de labores varias... pues bien, encaré para los bosques... me interné en ellos... y luego de andar suelto de adultos y distante de miradas, me encontré con un lugar que me marcaría para el resto de mi vida... en efecto, en el medio de la nada me enfrenté con un lugar del suelo donde brotaba el agua... transparente... clara... ¿pura?... seguramente... se elevaba varios centímetros sobre el suelo pero en su borboteo contínuo generaba un cierto ruido que llamó poderosamente mi atención, quedando subyugado por semejante descubrimiento...
en mi memoria de aquel entonces, ocupaban lugares ciertos varios aljibes diseminados por el parque contiguo al casco de la estancia... varios tanques australianos y sus respectivos molinos de viento... y jamás había visto agua brotando del suelo... así es que la emoción me invadió y corrí a contarlo a mis tías (mi madre ya había fallecido y yo era un estorbo para la familia)... desde luego, descalificaron mi descubrimiento, comentando que se trataba de una "imaginación", ya que no existía tal cosa, ni era posible que existiera... 

De Gustavo9089 - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=15921985
Hinojo ubicada en Provincia de Buenos Aires
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en los años cincuenta Colonia Hinojo era pampa y campos... alambradas... tranqueras... distancias... me decepcioné por la descalificación... pero estaba seguro que lo que había visto era real, ya que me había mojado las manos, la cara, refrescándome la frente así como humedeciéndome los labios... ¿cómo podía ser que el agua emergiese de la tierra misma?... seguí por un corto trecho un hilo de agua que corría en dirección al bosque amplio... era emocionante ver lo sutil de la escena... ¿había alguien bajo el subsuelo produciendo el agua sana?... asumí que sí... entendiendo que los adultos no tenían ni idea acerca de dicha fuente... pero un hecho más contribuyó a acrecentar mi sentimiento... percibí que alguien me miraba... con atención... con atención protectora... con sumo cuidado... no pude ver quién era que me miraba, pero sí escuche una voz precisa y muy clara, que dijo: "sigue siempre el sentido de las fuentes"... me asusté al oír la voz, pero me tranquilicé al comprobar que, en la apariencia, estaba solo conmigo mismo... dicho suceso signó lo porvenir... definiendo los sentidos de mi devenir... lo llamé "ojo de agua"... y me hizo tan feliz que no encuentro palabras para traducirte lo que sentí... se me impregnó en la esencia de mi alma... y lo tomé como una señal... una de las tantas que seguirían... sellándome el mañana necesario de los motivos que me habían traído a la tierra...
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Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes

jamás volví a Colonia Hinojo... los vientos me ahuyentaron hacia otros horizontes... pero ése fue mi primer encuentro con las "fuentes" de las que te hablaré en este viaje que reconocerás como "EL ALJIBE"... por ello debo confesarte que los aljibes, comunes en aquellos lejanos años, así como los tanques australianos y sus respectivos molinos de vientos sueltos, siempre me emocionaron... y fueron integrándose a mi modo de sentir, de pensar, de apreciar, de admirar, de contemplar en silencio la capacidad de la naturaleza para "crear"... por ello, querido mío, quiero hablarte de las fuentes... de mis fuentes... porque aquella "iniciación" mística selló mi destino tempranamente, señalándome el sendero a seguir... si sientes afinidad por lo que te cuento, sígueme. JULIO 02, 2017.-

Colonia Hinojo fue la "fuente" del primer encuentro... o bien, fue el primer encuentro con "la fuente".

como siempre, las pinturas son pertenencia del genio de mi hermana del alma... y las fotos, que nada que ver con mis recuerdos, vienen de la galería de imágenes de Google... la vida se entreveró para que no me quedase un sólo registro fotográfico de aquellos años... pero la memoria contiene todo, y allí no hay accesos a la miseria humana ajena... mucho menos a la consciencia.

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