lunes, 12 de marzo de 2018

NO PRESTES TU VIDA :: NO TOMES UNA VIDA PRESTADA || 'Una vida prestada", de Berta Vias Mahou: La voz de Vivian Maier | Babelia | EL PAÍS

'Una vida prestada", de Berta Vias Mahou: La voz de Vivian Maier | Babelia | EL PAÍS
Nada sabíamos de Vivian Maier (Nueva York, 1926-Chicago, 2009) hasta muy recientemente, cuando a título póstumo vieron la luz los miles de negativos que esta mujer, una extraordinaria fotógrafa que decidió vivir en el anonimato trabajando de niñera gran parte de su vida, desechando la vanidad del artista y cultivando en secreto su pasión, había guardado celosamente en numerosas cajas hasta desprenderse de ellas en una subasta que, en parte, ella misma y un estrecho círculo de amigos controlaron. En estas mismas páginas, nos habló de ella Antonio Muñoz Molina en 2014, y en 2015 John Maloof —el comprador del archivo— y Charlie Siskel estrenaron el documental Buscando a Vivian Maier. Por ANA RODRÍGUEZ FISCHER

La voz de Vivian Maier

Berta Vías Mahou recupera la figura de la extraordinaria fotógrafa que decidió vivir en el anonimato trabajando de niñera gran parte de su vida

Autorretrato de Vivian Maier.

Autorretrato de Vivian Maier. 





Nada sabíamos de Vivian Maier (Nueva York, 1926-Chicago, 2009) hasta muy recientemente, cuando a título póstumo vieron la luz los miles de negativos que esta mujer, una extraordinaria fotógrafa que decidió vivir en el anonimato trabajando de niñera gran parte de su vida, desechando la vanidad del artista y cultivando en secreto su pasión, había guardado celosamente en numerosas cajas hasta desprenderse de ellas en una subasta que, en parte, ella misma y un estrecho círculo de amigos controlaron. En estas mismas páginas, nos habló de ella Antonio Muñoz Molina en 2014, y en 2015 John Maloof —el comprador del archivo— y Charlie Siskel estrenaron el documental Buscando a Vivian Maier.
Ahora debemos celebrar que Berta Vias Mahou ha prestado su voz a aquella mujer desconocida —la Esfinge, la llamaron algunos— para contarnos su vida: la infancia rota, el descubrimiento de una vocación, su relación con los niños a los que cuidaba —juegos, aventura y fantasía—, la captación de la vida en torno durante los primeros años cincuenta en Nueva York y después, a lo largo de más de dos décadas, en Chicago, paseando sola y eternizando con su cámara “jóvenes con palomas en los brazos, las alas abiertas, comiendo de su mano”; “hombres tirados en el suelo, sobre unos escalones sucios. Bebidos. O muertos”; “un hombre negro con traje gris, sombrero y corbata” que en un banco de piedra jugaba con un bebé que intentaba alcanzar el globo que el señor sujetaba; tres jóvenes negros sentados sobre una cama en un solar vacío y “rodeados de quincalla que ordenaban para venderla el domingo en el mercado”; “miradas de tristeza, de locura, de rabia, de complicidad” que Maier siempre encuentra a su alrededor. También la mirada propia, en elocuentes autorretratos: ojos como pintados al carbón, con el rabillo muy largo, vueltos hacia arriba; enfundada en un “traje sastre gris a rayas, muy suaves, con su fila de botones y unas pequeñas solapas” que le abrazaban el cuello; o su rostro aniñado reflejado en un espejo de mano redondo.


Breves reflexiones sobre el arte de la fotografía o la detallada crónica de la exposición La familia del hombre,celebrada en el MOMA en 1955, le permiten a la autora cifrar las claves de la estética de su protagonista. Con audacia y acierto, Vias Mahou elige la segunda persona, y eso nos aproxima aún más a Vivian Maier, dejando la impresión de que su voz — muy bien modulada— nos llega directamente. Como si estuviéramos oyéndola hablar.
Una vida prestada. Berta Vias Mahou. Lumen, 2018 212 páginas. 18,90 euros

No hay comentarios: