Las tres historias de Muhammad Ali: la del hombre, la del mito y la de la comunidad negra
La editorial Flow Press lanza 'Muhammad Ali', de Sybille Titeux y Amazing Ameziane, la última gran biografía del boxeador en viñetas
Portada del cómic sobre Muhammad Ali.
No es la primera vez que el nacido como Cassius Marcellus Clay Jr. en 1942aparece en un cómic. Pero sí es la primera vez que su verdadera historia, y no solo sus hazañas sobre el ring, sirven como narración al servicio de la viñeta. Y eso que lo hemos visto combatir contra el mismísimo Superman en una locura publicada en 1978 por DC Comics, obra de Dennis O'Neil y Neal Adams. Un combate que, por cierto, gana el campeón de los pesos pesados.
La figura de Cassius Clay, o más conocido por su nombre de guerra, Muhammad Ali, se ha convertido en símbolo del boxeo de élite. Su nombre se asocia instintivamente al calificativo de “campeón”. Pero, ¿de dónde salió? ¿Conocemos realmente su historia? Los amantes del boxeo y de la Historia (así, en mayúsculas) tal vez sepan algo o mucho sobre el tema, pero para los profanos para quienes el puño fantasma es ya solo un mito, la editorial Flow Press lanza un guante: Muhammad Ali, de Sybille Titeux y Amazing Ameziane, la última gran biografía del boxeador.
La historia de Cassius Clay son en realidad tres historias: la del hombre, la del mito y la de la comunidad negra. Hacer malabares en un cómic con estas tres narraciones supone un esfuerzo que los autores resuelven con un biopic cuya estela será imborrable. De lo que ya conocemos —sus provocaciones, sus éxitos, su negativa a ir a Vietnam y la consiguiente retirada de licencia para boxear, sus luces y sus sombras y su cambio de nombre—, los autores deciden narrar en segunda persona la historia de la vida de Clay, desde sus inicios en Kentucky, hasta su reunión con el presidente Obama y la inclusión de su estrella en el paseo de la fama.
Mucho más que historia del boxeo
La lucha por los derechos civiles de la comunidad negra; los escándalos de abuso de autoridad, la conversión al Islam de Clay, el activismo de Malcolm X y el asesinato de este y de Martin Luther King Jr. se nos presentan como una sucesión de páginas que parecen arrancadas directamente de las revistas más importantes de la época (de hecho un par de páginas centrales están extraídas y readaptadas de la revista Life).
Las implicaciones políticas que tiene la vida del mejor boxeador de todos los tiempos (y aquí cada cual expresará su opinión de forma vehemente) se narran de forma sencilla, asequible para el gran público y, sobre todo, para el público español que tal vez no acumule mucha información sobre una época que no vivió. Pero es la crudeza de algunas viñetas (el asesinato de Malcolm X) lo que hace que la Historia cobre vida en este cómic de apenas ciento veinte páginas (en formato europeo; es decir, de considerable altura y anchura). Un repaso a los años más turbulentos de la lucha racial.
Entrelazado con esto, la historia de los combates más importantes de Ali; contra Liston, contra Frazier, se nos presentan con una inteligente paginación por rounds, destacando las claves del combate y las consecuencias que la victoria, y en ocasiones la derrota, tienen para nuestro protagonista, pero también la sarta de eslóganes y declaraciones bien medidas para hacer mella en los rivales y en la opinión pública.
En la lectura de Muhammad Ali es imposible no sentir empatía con el boxeador: uno siente que está en constante lucha; que no hay un minuto de paz en una vida que parece golpeada a cada segundo. Como ocurriera en la mítica cinta Rocky(John G. Avildsen, 1976), la vida golpea y golpea y lo que importa no es ganar, sino aguantar hasta el último round. De manera igualmente inteligente resultan las páginas en las que los oponentes de Ali hablan sobre sus combates, un recurso utilizado para aquellos que Muhammad perdió.
Llegados los finales de los setenta, el boxeador empezaba a acusar la edad, el cansancio y las heridas (emocionales y físicas), por lo que se volvió un fanfarrón que no cumplía sus amenazas sobre el ring; y encarando la cuesta final de su vida, se suceden los comentarios (reales) de grandes figuras del boxeo sobre el ascenso y caída del mito.
Se narran además algunos hitos fuera del ring, tal vez menos conocidos; como aquella vez en la que el boxeador lanzó a petición del público durante una charla el poema más corto registrado: Me. We. Cambiando una sola letra, todas las diferencias sociales, todas las luchas de clases y toda aversión desaparecen.
Y si hablamos de dibujo, los lápices de Amazing Ameziane se toman su tiempo para mostrar formas; colores apagados que nos ayudan a centrar la atención donde el cómic quiere; los escenarios están en penumbra, pero los personajes aparecen detallados con un realismo magnífico. El uso de la doble página y la exquisita combinación entre los bocadillos (cuadros de texto) y la composición casi onírica de algunas escenas (sobre todo aquellas en que se narran muchos acontecimientos históricos seguidos) recuerda a veces al mejor cine noir. De hecho, leyendo Muhammad Ali la sensación se parece bastante a la de ver la gran cinta de Martin Scorsese, Toro Salvaje (1980), pues el uso del color y la oscuridad, de los “silencios visuales”, parece emular con notable calidad la fotografía de Michael Chapman en la película.
No pasaremos por alto por el sensacionalismo que provocan algunas páginas; algunas aseveraciones más bien cuestionables o lo poco que se habla de algunas de las payasadas más sonadas del campeón y de sus decisiones más polémicas. Por otro lado, ninguna mención al mítico combate con Chuck Wepner que inspiró la película Rocky, algo que se hubiera agradecido.
Flow Press sigue una atípica línea editorial: se definen a sí mismos como “libros visuales para explicar el mundo” y es una afirmación que les va pintada. Muhammad Ali no es solo un elaborado biopic sobre un gran boxeador, quizás el más grande; es también una historia de la lucha racial y el mayor combate de todos los tiempos: el que enfrentaba a la comunidad negra contra las injusticias sociales propias de la época.
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