lunes, 4 de febrero de 2019

La costura en Jiangnan: Los bordados de Suzhou - ConfucioMag

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Bordados de Suzhou



La costura en Jiangnan: Los bordados de Suzhou

El bordado de Suzhou, conocido como suxiu (苏绣), es una técnica artística con más de 2000 años de historia. Su temática es muy variada y abarca representaciones de paisajes, flores, aves, peces o insectos, pero ha logrado adaptarse a los nuevos tiempos y seguir ilustrando las costumbres y la cultura de Jiangnan.

Un reportaje de
Li Zheyu
李哲宇 
A golpe de aguja e hilo, el bordado de Suzhou, conocido como suxiu (苏绣), es una técnica artística que ha producido numerosas representaciones de la historia de la región de Jiangnan, es decir, en toda la zona situada al sur del río Yangtsé. Su temática es de lo más variopinta y abarca representaciones de paisajes, flores, aves, peces e insectos, de las vestimentas de la gente corriente e, incluso, de obsequios diplomáticos realizados por China a otros países. Esta manifestación artística ha logrado mantener una tendencia de continua evolución, a lo largo de sus dos mil años de historia, para adaptarse a los nuevos tiempos y seguir ilustrando las costumbres y la cultura de un lugar tan excepcional como Jiangnan.
Bordados de Suzhou
Sus primeras muestras se dieron en el condado de Wu, desde donde se fue expandiendo hacia las ciudades de Wuxi y Changzhou, entre otras. Además de por sus maravillosos paisajes naturales, la provincia de Jiangsu está caracterizada por la abundancia de tierras fértiles y por temperaturas suaves, extremo que facilitó que la sericultura se convirtiera en un fructuoso negocio durante la dinastía Shang (, 1600-1046 a.C.) a lo largo de toda la zona. Según quedó descrito en la obra Shuo Yuan (说苑), del conocido escritor de la dinastía Han (, 206 a.C.-220 d.C.) Liu Xiang (刘向), incluso hace más de dos mil años, durante el periodo de las Primaveras y Otoños (春秋, 770-476 a.C.), era posible observar a la población de Suzhou portando patrones bordados sobre sus vestimentas. Queda así documentado que el origen del bordado en esta ciudad debió tener lugar hace al menos dos mil años.
Los hilos, fabricados con seda natural, se tiñen de diferentes colores cuando quedan expuestos a distintos minerales. Tanto el tiempo, la temperatura, como la calidad del agua, son factores que intervienen en el resultado final de la coloración, algo que los chinos conocían a la perfección en la antigüedad, pues necesitaban valerse de la modificación de dichas variables para conseguir la gran cantidad de tonalidades que llenaban de colorido los bordados.
Bordados de Suzhou
En la dinastía Ming (, 1368-1644) el académico Wang Ao (王鏊), editor de las Crónicas de Suzhou (姑苏志) llegó a afirmar: “El bordado de Suzhou no es más que delicadeza y elegancia”. Son precisamente estos dos atributos los que lo han caracterizado a lo largo de los siglos. La delicadeza hace referencia a la técnica con la que se realiza. La elegancia, por su parte, es la sensación que transmiten a través de su observación directa. Este bordado es, en sí mismo, una técnica delicada a la hora de encajar las colas de los peces y el pelaje o los ojos de otros animales. Las bordadoras dividen el hilo en varias decenas de hebras y posteriormente tan solo utilizan una de estas hebras resultantes, tan finas que son difíciles de ver a simple vista, con el fin de otorgar viveza a sus representaciones. Además, la técnica también requiere de una atención meticulosa a todos los detalles de la obra, pues solo así es posible conseguir finalmente estos elegantes bordados; auténticas obras de arte de una pulcritud inigualable.
Bordados de Suzhou

Vínculo pictórico

En la antigüedad, antes de realizar los bordados se solían dibujar los patrones en un fragmento de tela por lo que las expertas costureras, aunque no fueran maestras pintoras, sí poseían notables aptitudes pictóricas. Este procedimiento, necesario para poder realizar los brocados con precisión, creó un vínculo pictórico inseparable, por lo que su estilo ha recibido siempre una gran influencia de las corrientes artísticas de la pintura china. En la dinastía Ming, este arte gozó de una popularidad sin precedentes, se llegó incluso a extender la cría de gusanos de seda en el hogar para que cada familia pudiera realizar sus propios bordados. Al mismo tiempo, los literatos de la época, tratando de innovar en la pintura tradicional que habían heredado, crearon la Escuela Pictórica de Wumen (吴门画派), que logró con su influencia enriquecer aún más la singularidad de este bordado.
Bordados de Suzhou
苏绣·明代唐寅山水画
Obra paisajística de Tang Yin, de la dinastía Ming, representada a través de los bordados de Suzhou
Inicialmente, las imágenes tan solo se bordaban por una de las caras de la tela. Sin embargo, en la segunda mitad de la dinastía Qing (, 1644-1911), las bordadoras de Suzhou inventaron una técnica con la que era posible bordar las imágenes por ambas caras. Este nuevo método pasó a ser utilizado en gran cantidad de objetos de la vida cotidiana, como en pañuelos, abanicos, monederos, prendas de vestir, mamparas y otros más. Durante los últimos años de la dinastía Qing, el bordado de Suzhou recibió, además, la influencia del realismo occidental, lo cual dio pie a encajes que buscaban representar de manera fidedigna la realidad. Además, el estilo artístico de los bordados realistas no solo perseguía la autenticidad, sino que también mantenía la vivacidad que caracterizaba a las obras pictóricas chinas. Los ojos de los personajes representados eran una parte crucial en la aplicación del estilo realista. Estos se conseguían a través de puntadas de aguja, realizadas desde diferentes direcciones, que permitían al espectador experimentar distintas sensaciones visuales según la perspectiva desde la que se acercara a la obra. Además, con ello se conseguía que cada uno de los detalles que conformaban los ojos fuera totalmente perceptible, independientemente del ángulo desde el que se mirara.
Bordados de Suzhou

Influencia de la cultura popular

En el pasado, las muchachas que habitaban la zona de Jiangnan debían aprender la técnica del bordado de Suzhou, pues se consideraba una actividad sosegada capaz de atribuir a quienes la practicaban las características típicas del prototipo de dama refinada que existía en la época. En la China antigua, el bordado podía incluso llegar a influir en el matrimonio, pues eran muchas las familias que valoraban la habilidad para bordar como un aspecto importante a la hora de decidir con qué mujer casarían a sus herederos. Por entonces, los chinos consideraban que los bordados reflejaban la moral de una persona, así como sus gustos, su personalidad e incluso su estilo de vida, entre otras características personales. Gracias a estas costumbres, la técnica de los bordados de Suzhou logró expandirse rápidamente entre toda la población.
Bordados de Suzhou
Sus patrones reflejan los gustos culturales y populares de la región de Jiangnan. La cultura tradicional china ejercía una influencia muy fuerte sobre esta técnica, por lo que muy a menudo sus dibujos solían representar tipos de plantas muy arraigadas en su cultura como la ciruela, la orquídea, el crisantemo y el bambú, entre otras. En tiempos pasados, las muchachas solían regalar a sus enamorados objetos bordados en seda que estos solían llevar consigo, como monederos, distintos tipos de prendas o cinturones, en prueba del amor que sentían por ellos. A la hora de elegir los patrones de los bordados, o bien se escogían imágenes que gustaban a la persona a la que iba dirigida el obsequio, o bien se decantaban por una pareja de patos mandarines porque en China estos animales, que siempre se dejan ver en parejas, representan los más nobles sentimientos amorosos.

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pdfPublicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 43. Volumen IV. Julio de 2017.
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