Toman 880 ciudades de laboratorios naturales para prever la adaptación de la vegetación al cambio climático
Con participación del CSIC y del CREAF (España), analiza numerosos datos via satélite de las ciudades y sus periferias de los últimas tres décadas. En el centro de muchas ciudades ya se están dando condiciones de CO2 y temperatura que corresponden a escenarios futuros de cambio climático. Los resultados revelan que la actividad fotosintética de la vegetación está aumentando, aunque no será suficiente para compensar nuestras emisiones.
Las zonas urbanas y sus periferias progresivamente rurales, son excelentes laboratorios naturales que emulan las condiciones de temperatura y concentración de CO2 futuras. Y pueden ayudar a prever cómo se adaptará la vegetación del planeta a los diferentes escenarios futuros de cambio climático. Así lo muestra una investigación internacional, que ha analizado datos obtenidos via satélite de 880 ciudades del hemisferio norte del planeta y de sus periferias.
El trabajo se acaba de publicar en la revista Nature Ecology Evolution codirigido por Josep Peñuelas, profesor de investigación del CSIC en el CREAF en colaboración con el equipo del Dr. Yongguang Zang, de la Universidad de Nanjing (China).
Los científicos han estudiado la actividad fotosintética de la vegetación en el hemisferio norte del planeta, en función de la temperatura y la concentración de CO2, y han obtenido los gradientes de estos tres factores, es decir, cómo se corelacionan y cómo cambian progresivamente, desde cada uno de los centros urbanos hasta sus periferias. El análisis se ha realizado a partir de numerosos datos via satelite de las últimas tres décadas, como la fluorescencia de clorofila inducida por luz solar (SIF en sus siglas en inglés), el índice de vegetación o EVI, la temperatura del aire, la temperatura del suelo, datos de precipitación o la altitud, entre otras variables.
Tal como explica Josep Peñuelas, si se toma el ejemplo de Shangai, “ésta tiene una concentración de 450 ppm de CO2 en el centro urbano, que es lo que podríamos tener de media en la atmósfera en unos 15-20 años. En cambio, a medida que uno se aleja del centro, las concentraciones de CO2 van bajando a 430 ppm, 380 ppm y hasta menos de 380 ppm”.
Es decir, en el centro de muchas ciudades ya se están dando condiciones de CO2 y temperatura más elevadas que la media y que corresponden a posibles escenarios futuros de cambio climático, explica este experto. Actualmente, la concentración media de CO2 es de unos 400 ppm.
Los científicos han usado todos estos datos para proyectar como puede variar la actividad de fotosíntesis en función de diferentes escenarios climáticos, desde los que contemplan incrementos de temperatura de 2,6 ºC de media hasta los que contemplan aumentos de hasta 8,5 ºC. Los resultados revelan que en todos los escenarios, las hojas de la vegetación brotan antes (se adelantan una media de 5 días) y caen más tarde (unos 10 días). Y que el pico de máxima actividad fotosintética se da antes (unos 5 días antes).
En conjunto, la temporada en la que las plantas tienen vegetación y absorben CO2 se prolonga, lo que significa que las plantas aumentan su capacidad de secuestrar CO2, especialmente, remarca Peñuelas, “en las zonas donde hay recursos hídricos”.
Todo esto es una buena noticia, dice este investigador, porque significa que las plantas nos están ayudando contra el cambio climático. Pero, advierte, no es la solución, porque no es en absoluto suficiente para compensar todas las emisiones que estamos generando. (Fuente: CSIC)
Fuente: noticiasdelaciencia.com
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