Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
LA DÉCIMO TERCERA CARTA
Querido amigo: el universo funciona de modo diferente al que piensa el
ser humano, mejor dicho, funciona de manera distinta a como el ser humano lo
entiende… ya que el universo se rige mediante un orden que supera largamente la
inteligencia humana, un orden donde todo se construye y se mejora, y donde nada
se destruye ni empeora… eso sólo habla de una inteligencia superior, una
inteligencia suprema que reside en la creación misma… donde la creación se
dedica, justamente, a crear… a dar forma… a ampliar horizontes… a efectos de
que la existencia encuentre armonía ante el simple hecho de “existir”, y donde
dejar de “existir” implica hacerlo de otro modo, siguiendo la “idea” fundamental
de la evolución del karma dentro de la eternidad, un ámbito que comprende a
todo lo que existe, no sólo como dimensión visible, sino mucho más allá, como
un todo intangible donde los sentidos humanos son incapaces de llegar… al fin y
al cabo, morir no es otra cosa que cambiar de estado…
Así es que en mis extensos viajes por el cosmos he ido descubriendo sin
prisa pero sin pausa, sin ansiedades y sin fatigas, sin apuros y sin urgencias,
que existe una física más allá de la física que entiende la ciencia humana… así
como existe una química que va más allá de la química según la entiende la
ciencia humana… pero yendo más lejos aún, existe una filosofía y junto con ella
una lógica matemática y geométrica que se ubica por fuera de la idea humana de
filosofía así como de lógica… seguramente, aquella física y aquella química
estén comprendidas dentro de fundamentos filosóficos que superan la comprensión
humana, pero indudablemente, esto sucede mientras el karma transcurre sus
ciclos de existencia e inexistencia, mientras viaja tras su idea, para luego
ser idea de sí mismo en un más allá que no es otra cosa que la eternidad misma…
La disposición estelar no es otra cosa que una compleja lógica
matemática organizada en galaxias, donde la forma determina el contenido y
viceversa… y en ello va el principio filosófico de la existencia misma en
cuanto a lo visible, lo tocable, lo descubrible, lo alcanzable, pero con una
expansión dimensional que supera la comprensión humana y que abre mundos
paralelos donde muchos hechos tienen lugar con simultaneidad, pero en una
vibración que el ser humano no puede entender, no puede ver, no puede tocar, no
puede desentrañar, y peor aún, no puede discernir, porque sus sentidos son tan
limitados que aún viendo no logra ver, aún oyendo no logra escuchar, aún
tocando no logra sentir, aún siendo atravesado no puede descubrir… y ello se
relaciona directamente con capacidades limitadas dentro de un espectro inmenso
que para el humano es apenas una rendija… detecta la fisura pero no logra
entender lo que hay más allá… aprecia el ojo de la cerradura pero sus ojos no
son suficientes para entender qué hay del otro lado… entiende el ojo de la
aguja pero no sabe qué hacer con ella… siente que del otro lado hay algo más,
pero no logra desentrañar de qué se trata, o más aún, escucha el ruido del
universo pero para él (humano) no es más que estática, cuando en verdad se
trata de mensajes que van y vienen en algo que está todo conectado y rebosante
de vida, expresiones que el humano asume tienen que ser semejantes, ya que fue
educado para creer que el resto de las especies no son más que seres
inferiores, y que lo único superior en la creación es él… un error que arrastra
desde su trasplante a la Tierra, un error que no ha logrado superar porque sus
fuentes educativas y formadoras son eminentemente mezquinas… miserables, podría
decirse… porque el rol de la educación y la formación es ocupado justamente por
espíritus tan mezquinos como miserables, donde la competencia que destruye
salva, donde la unión que construye aparece como despreciable, generando un
revés de interpretación que ha ido tomando entidad en el alma humana hasta
humillarla y oxidarla… visto de otro modo, el ser humano se ha convertido a sí
mismo en un “pobre infeliz” que se cree grande cuando en realidad ni siquiera
equivale a la cabeza de un alfiler…
Tal como te digo, existe una física de la búsqueda… nacer es parte de
dicha física… inicias un viaje a través de un baño de madre que dura unos
aproximados nueve meses, pero eres antes de ese viaje, existes antes de dicho
viaje, tienes entidad de “ser” antes de comenzar el viaje en cuestión… y la
mencionada física contiene una idea del sí mismo, para lo cual se concede un
don, y ello viene adherido a la capacidad para desarrollar al menos un talento…
esto es que no hay “ser” sin idea… esto es que no hay “ser” que no disponga de
al menos un don concedido… esto es que no hay posibilidad de ser en sí mismo si
no se le agrega al menos una pizca de talento… traducido significa que vienes
aquí o a otro planeta siguiendo un “motivo” que implica una búsqueda… una
búsqueda que se explica mediante la necesidad de interpretar la idea para luego
corporizarla… una tarea que demanda voluntad y esfuerzo… una tarea que demanda
intentar descifrar la idea original para luego tratar de descubrir el “sí
mismo”, que siempre parece estar lejano del “uno mismo”, un objetivo al que
todos apelan pero al que muy pocos llegan…
La búsqueda puede significar para algunos escalar una montaña, pero
luego encuentran que una sola cima no es suficiente, haciendo de la escalada un
rito, donde cada vez que se llega, aparece la necesidad de ir por otra, y otra
más, y una más, y siempre algo más que está envuelto en el juego libre de la
insatisfacción… llegué pero no logré encontrarme… entonces voy por otra más, en
la seguridad que tampoco estaré allí para recibirme… y aparece la frustración
de la una y otra vez sin encontrarme a mí mismo, y cada vez que eso sucede lo
único que está ocurriendo es que te alejas de ti mismo… desde luego, hay otros
ejemplos semejantes, donde siempre la insatisfacción conduce a la frustración,
y ésta a alejarse del sí mismo… donde nunca te encuentras… encuentras un montón
de gente que puede o no aplaudirte, que puede o no brindarte su amistad o al
menos un simple vínculo, que puede o no palmearte la espalda, que puede o no
reconocerte… pero cuando esa gente se va, enfrentas tu propio hueco, donde el
sí mismo no coincide con el mí mismo, donde el yo pesa un montón porque te han
enseñado a juntar cosas para luego cargarlas, sin darte cuenta que cada cosa
que juntas, pesa, y cada cosa que pesa, aquieta y de tanto pesar, inmoviliza,
entonces crees que te mueves pero estás paralizado en una búsqueda donde eso
que sientes por instinto, no te conduce a ninguna parte, y peor aún cuando
intentas razonarlo… entonces está hueco el instinto… entonces está vacía la
razón… sabes que hay suelo pero el mismo no te contiene… sabes que hay un cielo
pero no tienes capacidad para admirarlo y mucho menos para asombrarte de lo que
te ofrece… léase, la búsqueda incesante conduce a una repetida frustración
donde encuentras a otros pero no te encuentras a ti mismo, que es en verdad el
motivo por el cual naciste…
Un viaje en el que muchos pueden acompañarte por un lapso, pero no más
que eso, porque la búsqueda es algo que te pertenece sólo a ti y a nadie más…
naciste para buscar la “idea” que te trajo, hacer tu búsqueda, y como
consecuencia de ella intentar encontrarte a ti mismo… siendo atravesado por una
realidad que no existe, que fue sólo diseñado ilusoriamente para hacerte creer
que vives, pero en verdad sólo estás detrás de tu propia idea… yendo tras ella,
siempre que tengas consciencia de ello, ya que de lo contrario andas a ciegas
chocándote contra muros que fabrica el ego para defenderse de un mundo hostil y
complejo que no aporta valor sino que lo resta… entonces, cuanto más subes, más
te alejas del ti mismo, y cuanto más te empecinas en buscar la satisfacción,
más grande es la frustración…
La búsqueda es entonces un fenómeno físico… reside en ti mismo y en
ninguna otra parte… cuanto más lo busques afuera de ti mismo, más grande será
la frustración… cuanto más atención le pongas al afuera, más lejos estarás de
ti mismo, y más grande será la insatisfacción… quieres ser médico, pero serlo
no salva el alma, siempre falta algo que no logra llenar los vacíos del alma,
ya que si no sientes el dolor de tu prójimo, te estará quedando grande el
título… quieres ser psicólogo, pero serlo no salva el alma, siempre sigue
faltando algo que no logras explicar pero que no ayuda a completar los vacíos
del espíritu… y lo propio cursa para los abogados y para los arquitectos, para
los ingenieros y para los técnicos… llenas una expectativa pero siempre queda
algo pendiente que no se puede explicar, pero que de verdad falta… y eso no es
otra cosa que el encuentro del sí mismo con el uno mismo, motivo fundacional
que viniste a buscar y que no está en ninguna parte por fuera de ti mismo…
Desde luego, esa física guarda una geometría… una forma que tiene
“formas” que si no las reconoces, van generando una línea que te aleja del
punto… van generando una diagonal que te aleja de los extremos… van generando
un ángulo que estrecha la visión hasta ahogarte en una necesidad imperiosa de
saber que viniste por algo que no sabes de qué se trata… entonces no logras
reconocer el cubo, como tampoco logras reconocer la esfera, y ambas, sea cubo o
sea esfera, sólo producen frustración… acaso, ¿viniste a la Tierra a acumular
cosas?... cuando tienes todo no tienes nada… cuando tienes todo no te tienes a
ti mismo… cuando tienes todo te está faltando el sí mismo… cuando tienes todo
te está faltando el uno mismo… sabes que andas por ahí, pero estás muy lejos de
ti mismo, cultivando el ego, pero olvidando que no eres ego, sino mucho más que
eso… de hecho, a mayor cantidad de ego, menos comprensión de la dimensión del
uno mismo…
Mientras ello cursa, unos te reconocen, otros te aplauden, otros te
palmean la espalda, pero una gran mayoría te miente envidiando lo que tienes,
sea poco o sea mucho… estás cercado… estás rodeado… te has metido en un
laberinto del que no sabes cómo salir… o igualmente, te has metido en un callejón
que carece de salida… eres tú, vacío del ti mismo… eres tú mismo lejos de tu sí
mismo… y avanzada la edad, sabes que has acumulado cosas sin lograr
encontrarte… ves cómo otros te envidian y entiendes que otros te usan, del
mismo modo que usas, has usado y pretendes usar… no puedes hacer nada para
evitarlo… más aún lo das por bueno porque no queda más remedio… justo allí, te
ha atravesado la vida entera sin que logres encontrarte, que era justamente el
motivo de tu viaje… ante ello el vacío… ante ello el hueco de la frustración…
sabías de la búsqueda pero no lograste unir tu alma con el sí mismo… reconocías
la necesidad de la búsqueda pero no pudiste o no quisiste darte cuenta que el
espíritu sin el sí mismo, no es más que un hueco… los que te aplaudían se han
ido… los que te palmeaban la espalda se han esfumado… los que te mentían ya han
tomado lo que les convenía y han desaparecido… estás solo y no has logrado
encontrarte…
La Tierra así aparece como frustrante… nacer para irte sin encontrar lo
que viniste a buscar… nacer para regresar con el alma vacía… nacer para morir sin
haberte fundido en un abrazo contigo mismo… ¿sabes?, eres tu propio motivo, y
si no lo descubres a tiempo, te vas, te vas sin haber vivido… habiendo
respirado, sí, pero hueco de ti mismo… entonces, la física de la búsqueda te
expuso a ecuaciones que no pudiste despejar… fuiste incapaz de reconocerte y
peor aún, fuiste incapaz de descubrirte… descubrirte no era una casa… no era un
electrodoméstico… no era un automóvil… no era dinero en una cuenta bancaria…
no… descubrirte era tu propia causa, sólo eso… descubrirte es descubrir el
motivo que te trajo, no más que eso…
Como ves, querido amigo, me ha quedado claro… en mi planeta necesito
almas como la que he venido a buscar, todas las demás están demás, y por
sobrar, no las necesito ni me necesitan… reniego de los aplausos, como reniego
de los falsos reconocimientos… reniego de las palmeadas en la espalda como lo
hago de las sonrisas falsas… reniego de las promesas tanto como de las palabras
vacías… donde no se agrega valor genuino, no hay valor, hay vacío… y cuando no
te dedicas a ti mismo, sólo te queda el hueco de un sí mismo perdido en el
cosmos… donde la vida, esa inmensa posibilidad de ser, termina no significando
nada…
Encontrar el alma y darle un abrazo es equivalente a reconocer al ángel
y saberte protegido por la eternidad, esa a la que perteneces, a la que le
debes todo sin deberle más que la justificación de ser ti mismo… no más que
eso…
Un abrazo…
Schyn-Yuo
NOTA: muchos son los que se engañan y pocos los que se reconocen… la
física de la búsqueda no es estudiada, porque no integra la conveniencia de las
ciencias que rigen, porque no es del interés del humano prescindente del humanismo
necesario para ser de manera legítima… no puedes buscar fuera lo que sólo está
dentro del propio espíritu… esa física en cuestión se aplica a lo inherente al
ser… sólo allí… cuando la vida no se encara con filosofía, sólo te abrazas al
negocio, entonces tu alma será comprada y también, serás el responsable de
haberla vendido… y sin alma, el ser humano no es más que una cáscara…
pinturas y texto bajo registro de propiedad intelectual...
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