"... el pasado contiene ángulos que están más allá de la capacidad del hombre".
el dispensador dice: el verdadero tesoro es aquel que nunca fue hallado, que jamás lo será, porque el hombre no lo merece... desde la conquista en adelante las culturas esenciales han sido fagocitadas y luego reemplazadas por burlas de aquellas. Para ello se diseñó una historia de los reinos, de los intereses, de las conveniencias, dando lugar a negocios y negociados antes que a los sentidos, los valores, las tradiciones... el hombre, tanto el común como el académico, no han descubierto aún que aquello que es esencia de culturas, aún estando a la vista de todos, puede ser ocultado por curiosos artilugios del destino y sus circunstancias, todas prescindentes del hombre y sus raras voluntades de poseer para luego despreciar o dejar que se olvide en una vitrina. El mundo de las ideas ha sido testigo de miserias expresadas al pretenderse quemar bibliotecas, enviar a hogueras a sus mentores, para también quemar títulos e intentar hacer lo propio con sus autores, consumiéndolos entre llamas justificables
en cielos mentidos, imponiendo temor a la presencia de la chusma, siempre interesada en cultivar el morbo, omitiendo el contenido del mensaje, su calidad y por sobre todas las cosas, su esencia. Pero en este mundo de inequidades, los tesoros que se erigen como tales, están arrumbados en museos bajo custodios electrónicos que aseguran su valor prescindiendo de sus significancias, aquellas que guardaban en su propio lugar, allá donde habían nacido encontrando un espacio armónico. Egipto fue depredado hasta el hartazgo, para luego fabricarle una historia "inexplicable" a la medida de las mezquindades occidentales... sucedió lo mismo con las
culturas "paralelas" del Asia, todas deformadas intencionalmente... y como no podría ser otra forma, América nativa padeció la misma suerte. Primero siendo víctima del mayor genocidio del que se tenga memoria, y luego tergiversándose para posteriormente borrar sus luces, sus legados, sus sabidurías, sus conocimientos y sus aportes... pero el concierto de las esferas tiene singulares procederes para proteger las esencias que de él devienen... no hay música sin pentagramas, por ende no hay sonido sin notas, y antes de ello no hay notas sin números... para ello los ancestros se focalizaban en las "simples" cosas, aquellas que no generan duda alguna y que son bienes comunes a las existencias, a los tiempos respirables, a la dimensión de lo tangible. Esas simples cosas pasaron a ser negadas secuencialmente desde la imposición de la conquista para aquí... sin embargo, más allá de las voluntades miserables, ellas siguen estando en el mismo lugar donde se las dejó, a resguardo de voluntades ajenas, superiores, superiores no por su poder sino por su sentido de la conservación de lo genuino. Los verdaderos tesoros de la América prehispánica están al cuidado del inconsciente colectivo de los antiguos, aquellos que dejaron de ser tales para pasar a ser los "distintos", espíritus de luz, sin cuerpo, sin cargas, sin mochilas, observadores de la eternidad que cuidan sus portales para siempre. Muchos hombres ávidos de poder han pasado por el costado de notables valores culturales sin siquiera atender sus energías... "nada que no sea de oro tiene importancia" solía decir algún adelantado, destacado por sus inmensas pobrezas, inocultables pobrezas del alma. Así es que inmensos legados permanecen a la vista sin ser vistos. Así es que portadores de sueños pasan por las noches a alimentar a sus elegidos sin que éstos revelen las señales recibidas. Así es que bajo las aguas del Océano Atlántico o en las del Pacífico, o en las del Índico, se guardan y conservan faros que emergerán el día de la conversión de los polos. No se puede ir tras la herencia pretendiendo venderla a un supuesto mejor postor, ya que dicha acción desmerece al heredero y conlleva un desprecio implícito hacia aquello que se construyó para sumar... De allí la importancia que tienen las cosas que son patrimonio único de la comunidad, que mejoran sus pasos y acompañan sus sombras. Es así que muchas gentes, incompatibles con el sentido esencial del verbo, pasarán de largo ante los portales porque no hallarán a las pitonisas que, mantos mediante, repartían los "anillos" que permitían ingresar a las ventanas. Los sentidos legítimos son intocables y cuando se les produce algún daño se transforman en piedra, monumento mudo que aún siendo admirado no logrará ser comprendido. Los tesoros angulares no han sido descubiertos, las músicas ancestrales aún no han sonado, las letras incunables aún no han sido escritas ni tampoco leídas... el mundo de las ideas guarda el genio justo y necesario para que la estirpe, la verdadera, sea recreada, cuando el momento sea apropiado, nunca antes, nunca después... nunca dejándola expuesta al hombre que en su alma acarrea miserias. El espíritu no se vende, no se compra, no se cambia, porque es patrimonio único de la eternidad. El aura no se miente. Finalmente, el alma no puede engañar a su ángel ni tampoco a su consciencia... Abril 02, 2011.-
"... la verdadera historia se inscribe en el aire, flota en su propia eternidad".
"... si tu espíritu no vibra como piedra, no estará en capacidad de comprender el valor que contiene esa misma piedra".
sábado, 2 de abril de 2011
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