Siete novelas que espantan males y tormentos comunes
Del desamor a la pereza por las tareas de la semana. La biblioterapia no es una disciplina científica, pero el poder de un libro a tiempo es ilimitado
El recuerdo machacón de la flatulencia que se le escapó en público el otro día Si usted es propenso a los eructos y las ventosidades podría sentirse identificado con el excéntrico protagonista de esta hilarante novela ('La conjura de los necios', de John Kennedy Toole, 1980). Ignatius T. Reilly achaca su condición gaseosa a la ausencia de "una geometría y teología adecuadas". El olor de sus propias emisiones le resulta "reconfortante". "Sugerimos que quienes sufran el mismo mal se permitan intimar con Ignatius solo hasta el final de la novela. Una vez leída, deberán evitar las grasas y los alimentos procesados, dejar de pasarse las horas tumbados a la bartola y ponerse a buscar un trabajo decente... que no sea vendiendo perritos calientes".
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