viernes, 28 de abril de 2017

MADRES ARREPENTIDAS || Maternidad: “Alquilar un vientre me generaría una violencia y una relación perturbadora” | Opinión | EL PAÍS

Maternidad: “Alquilar un vientre me generaría una violencia y una relación perturbadora” | Opinión | EL PAÍS

“Alquilar un vientre me generaría una violencia y una relación perturbadora”

Silvia Nanclares, que relata el ansia de la maternidad frustrada en su novela, habla de libros con Berna González Harbour










Varios libros han abordado en los últimos años el arrepentimiento y las dificultades de la maternidad. Lina Meruane abrió el debate literario con Contra los hijos, analizado en este artículo de Babelia con dos visiones enfrentadas que recuperamos aquí. El libro de Orna Donath Madres arrepentidas también añadió leña. Y este reportaje de Alejandra Agudo recoge las claves.
Silvia Nanclares, licenciada en dramaturgia, se suma al debate desde otro punto de vista: la búsqueda de la maternidad. Acaba de publicar Quién quiere ser madre (Alfaguara) y ha visitado la sección ¿Qué estás leyendo? para hablar de libros, maternidad, mujeres y otros temas con Berna González Harbour.
El cuento de la criada, escrito por Margaret Atwood en 1984 y reeditado ahora por Salamandra coincidiendo con el estreno de la serie de HBO, le sirve a Silvia Nanclares para expresar su rechazo a la maternidad subrogada. Aunque ella ha vivido y contado un problema de infertilidad que le ha impedido ser madre, como deseaba y desea, cree que nunca podría alquilar el vientre de otra mujer. "Es un debate que nos va a definir como sociedad. Si la maternidad se inclina hacia la privatización  o no nos va a definir como sociedad. Entiendo a las personas infértiles pero no podemos olvidar el sesgo de clase. No podría obviar la relación entre la madre gestante y el futuro hijo, dónde ponemos eso, esos nueve meses. Es una relación  perturbadora que no sabría colocar en mi vida. Me generaría una violencia que no sabría integrar en mi vida ni en el relato a mi propio hijo", admite en esta conversación en Facebook Life.
Nanclares habla también de El devorador de calabazas, de Penélope Mortimer (Impedimenta), Canción dulce, de Leila Slimani, último premio Goncourt, Distancia de rescate, de Samanta Schweblin (Literatura Random House), El hijo cambiado (Joy Williams), Mujeres de posguerra, de Inmaculada de la Fuente, De corazón y alma, la correspondencia entre Carmen Laforet y Elena Fortún, sobre la prisión de los roles de género en el franquismo, La acústica de los iglús, de Almudena Sánchez y Las cosas que perdimos en el fuego, de Mariana Enríquez.
La autora tiene especial querencia también por las obras de autoficción (cita Una semana en la nieve, de Emmanuel Carrère, y Lampedusa, de Maylis de Kerangal, ambas en Anagrama), ya que es su territorio. Con peligro de saturación o no, ella seguirá indagando en el género.
Silvia Nanclares (Madrid, 1975) es licencia­da en Dramaturgia por la Real Escuela de Arte Dramático. Desde el ámbito de la escritura de­sarrolla proyectos teatrales, audiovisuales, lit­erarios y de formación artística. Ha intervenido en la creación de contenidos para diferentes centros culturales, así como en investigaciones colectivas como #bookcamping. Actualmente forma parte de Pandora Mirabil­ia-Género y Comunicación, donde participa en proyectos como Un cuento propio. Es autora de los álbumes ilustrados infantiles La siesta y Al fi­nal, en colaboración con Miguel Brieva, y del libro de narrativa breve El Sur, instrucciones de uso. También ha publicado relatos en Revista EñeSibila y QuimeraQuién quiere ser madre es su primera novela.

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