sábado, 27 de mayo de 2017

LA REBELIÓN || Caballero Bonald: Ni quieto ni callado | Babelia | EL PAÍS

Caballero Bonald: Ni quieto ni callado | Babelia | EL PAÍS

Ni quieto ni callado

El autor de 'Desaprendizajes' ha escrito un libro sobre literatos, pero también sobre literatura. Libre y agudo, la brillantez prevalece en él sobre la ironía, que es mucha



Ni quieto ni callado





De Charles Baudelaire a Elizabeth Bishop, los grandes poetas suelen ser también grandes prosistas. La tradición hispánica —de Quevedo a Borges, pasando por Machado— no es una excepción. En el caso español solo la altura poética de autores como Gil de Biedma, Barral o Gamoneda ha conseguido dejar en segundo plano sus escritos en prosa. José Manuel Caballero Bonald participa de esa rica duplicidad, pero es un caso único. Versos aparte, su escritura no se ha limitado, como es habitual entre sus colegas, al ensayo o las memorias, sino que tiene plaza propia en la historia de la novela de posguerra. Por si no bastara con Ágata ojo de gato o Campo de Agramante, reunió sus libros autobiográficos — Tiempo de guerras perdidas y La costumbre de vivir— bajo el título de La novela de la memoriaExamen de ingenios es una prolongación de esas memorias por otros medios —el retrato— cuyo pariente más cercano es Españoles de tres mundos, la recopilación de “caricaturas líricas” de Juan Ramón Jiménez a la que el propio Caballero Bonald puso prólogo en 2009 (en Visor).
En un pasaje de La costumbre de vivir dedicado a sus dificultades para plegarse a la disciplina de partido, el autor de Desaprendizajes afirma que no puede quedarse “ni quieto ni callado”. Examen de ingenios responde a ese talante de no parar ni callar, y lo hace ejerciendo una libertad que no abunda en el maledicente pero pacato panorama español: dice en público lo mismo que dice en privado y separa las virtudes de una obra de los vicios del que la escribió. Así, Caballero Bonald distingue la “excelencia” de algunas novelas de Torrente Ballester o Vargas Llosa de sus títulos más “defectuosos” y la hospitalidad de Cela de su mezquindad. Asimismo, elogia la grandeza poética de Valente, pero señala su carácter de “fiscal del distrito literario”. El caso contrario sería el de José Agustín Goytisolo, el poeta de la escuela de Barcelona “al que más quise”, dice, “no al que más valoré”.
Siendo un libro sobre literatos (y artistas), también, o sobre todo, es un libro sobre literatura (y arte) que contiene lecturas agudísimas de obras como Mortal y rosa, Metropolitano o El coronel no tiene quien le escriba. Leyéndolo se puede, además, trazar la poética de un autor para el que la sencillez es una “treta de los incapaces”. Examen de ingenios demuestra el movimiento andando y despliega una prosa llena de invención y de humor. “No es fácil aislar los alardes de ingenio de los propósitos ofensivos en todas estas mordaces pinceladas. Hay casos muy evidentes de animosidad o desdén, pero lo que predomina es la intención analítica, la penetrante y sagacísima capacidad para otorgarle a la escritura literaria una fulgurante dimensión poética. Casi podría decirse que la brillantez expositiva prevalece sobre el designio sarcástico o incisivo”. Son palabras de Caballero Bonald sobre Españoles de tres mundos. Lo mismo cabría decir de su libro.
Examen de ingenios. José Manuel Caballero Bonald. Seix Barral, 2017. 464 páginas. 19 euros.

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