CARTA ABIERTA A UN ÁNGULO DE LA ETERNIDAD
el dispensador dice: te anduve buscando, querido viejo... suelo encontrarte en sueños, pero ya no andas por estas calles que tanto nos enfrentaron... ¿sabes?... vos fuiste un tipo demasiado sufrido, que arrastrabas los choques contra los muros que propone esta rara vida... mientras que yo era un renegado, nacido bajo la rebelión de la circunstancia que se robó a mi vieja, y como sabes, a pesar de la calidad de los reemplazos y los reemplazos de calidad, nadie sustituye a nadie, mucho menos a las esencias... sin embargo, poco a poco, después que te fuiste allá por noviembre de 1982, comencé a entender que todos teníamos razones para ser como éramos... y dichas razones no eran confrontativas sino que reivindicaban nuestros karmas... ya que todos somos portadores de memorias extraviadas de luchas que venimos transcurriendo, resolviéndolas como podemos, como sabemos, como queremos... y está bien que así sea... sucedió querido viejo, que terminé siguiendo tus pasos, padeciendo momentos semejantes a los que alguna vez me contaste, pero indudablemente, hay una huella que nos caracteriza así como hay una sombra que nos une... no en vano estamos en el mismo libro de la vida... no en vano estamos inscritos en el mismo árbol de la vida... he sido testigo que no perdiste tu tiempo... has sido testigo que tampoco he sacrificado el mío... siendo que he sido, finalmente, una consecuencia de tus códigos y tus honras, las que espero haber "honrado", estando a la altura de mis circunstancias... luego, ¿viste?, la vida es como es... te sube y te baja... te enaltece y te humilla... digamos que te mantiene atento y vigilante... alerta ante un oleaje que te sacude más allá de las mareas... aprendí como vos, a dar vuelta la página y no regresar jamás a lo que ya se ha leído...
antes de exiliarme en Salta, visité los nodos que fueron nuestros refugios... allá en el barrio de Mataderos, en aquella Capital Federal que ahora llaman la Ciudad Autónoma de Buenos Aires... pasé por Bacacay, por la iglesia de San José de Flores, por Echeandía, por Oliden, y sobre todo por los restos de aquel Larrazábal 2528, ya consumidos en el olvido de los que van pasando sin nadie los tenga en cuenta... ya nadie recuerda que a apenas tres cuadras estaban los estudios de Canal 7, y de lo demás, si lo vieras, no lo reconocerías... pero te agrego algo más, Antonio Roma anda por donde tú andas, y lo demás, ni yo lo reconozco... claro, tuviste 62 años magistrales... mientras que llevo 66 sobreviviendo en este mundo contradictorio, donde lo bueno es malo y donde lo malo te lo venden como "valores" de libertad...
regresé a Chapadmalal y a Barrancas de los Lobos, pero nada queda de tu obra ni de mis luchas... regresé a Sierra de los Padres y sembré alguna lágrima por lo que pudo ser y no tuvo lugar...
no pude regresar a Hinojo... algo me dijo que no lo hiciera y respeté el mandato... lo demás lo he enterrado... ya que cuando dejamos de ser, dejamos un agujero de energía que no se disipa porque así lo ha determinado la eternidad y su Verbo... ¿sabes?, extraño nuestros mates con galleta marinera y queso del Chubut... a veces siento que hacemos rueda de mate mientras anudas cables y utilizo el keroseno para limpiar los motores, pero luego caigo en la cuenta que son visiones de puro sentimientos y las dejo ir, como si fuesen vientos... pero los autos de ahora son inexplicables... creo que no te gustaría ver cómo son los de competición por estos días...
curiosamente, la vida nos llevó por caminos parecidos... vos portaste tu cruz... y a mí, me salvó el manto que me envió a Alemania y de allí al mundo... te acordás?, ya lo decía Cuca... terminaría siendo un viajero de pasados remontados... sólo reflexiono, no me quejo... vine solamente para agradecerte nuestras batallas, no pido perdón porque no se debe pedir perdón por lo que uno defiende como causa y motivo de consciencia... tampoco necesito que expliques lo que ya he entendido... seguimos viviendo a pesar de las ausencias... seguimos a flote mientras nos dejan... y lo importante reside en honrar la vida... ambos lo hemos hecho y ése es el mejor reconocimiento a esta gracia llamada vida, que para mí no son más que tiempos respirables...
vine sólo a agradecerte... sé que me lees así como te sueño... sé que me ves, tal me lo has dicho... bien, no pasará mucho para volver a estar juntos... he visto que nuestros puentes, están intactos... y sólo necesitan ser cruzados, así que ya sin pies y sin manos, nos abrazaremos dando gracias a la eternidad que nos protege. Amén, viejo querido. JUNIO 18, 2017.-
VAYA un abrazo para Juana y para Victoria, ambas lo merecen.
Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
la pintura es de esta hermana de la vida... por favor, cuídenla desde donde estén.
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