el dispensador dice: los Himalayas constituyen un sistema que contiene varios subsistemas montañosos, a cual más bello, a cual más desconocido, a cual más impenetrable, ocupando Pakistán, India, Nepal, Bután, y el Tíbet ocupado por China... en occidente a la gente se le confunden los límites, pero alguna vez dicho sistema fue conocido como el "tercer polo", por su clima inhóspito y por ser inaccesible para la manera de pensar de los occidentales... de hecho, los HIMALAYAS representan un misterio en sí mismo... y la mayoría de las cosas descritas por occidentales durante aventuras, no traducen la esencia de una realidad que es inalcanzable tanto para los facilismos como para el compra-venta todo terreno que se impone en el mundo de las economías nefastas...
en Tíbet hubo un genocidio que se desató en el siglo XX, llegando a su tragedia máxima entre 1951 a 1954, donde China se apoderó del territorio, no así de su espíritu... Tíbet además de una consciencia polar, contiene desde siempre un halo de sabiduría que trascienden lo humano... aspectos que no pocos trataron de buscar sin suerte... donde muchos aventureros dejaron sus destinos perdidos entre medio de los hielos glaciares y donde extensos relatos interpretaron conocimientos impenetrables con visiones antojadizas, siempre deplorables...
muchas comarcas tibetanas cambian de dimensión de modo oscilante entre el día y la noche, así como también las hay que oscilan en una capa de energía que es paralela a la Tierra que conocen los humanos... la que está en los mapas... la que se estudia... la que te venden... alguien podría comparar los Himalayas con el triángulo de las Bermudas, pero mucha es la distancia y muy diferentes son las energías que confluyen a uno y otro lados... siendo los Himalayas el reducto y el santuario de humanos y no humanos superadores de los ciclos de la vida y de la muerte...
el Everest tan escalado y tan nombrado por escaladores de todo el mundo, es algo semejante a un iceberg donde, quien pisa su cima, desconoce sus antípodas, o dicho de otra forma, quien pisa su cenit, desconoce su nadir... tema no menor a la hora de los espíritus y sus egos desplegados... debe entenderse entonces que, quien llega a la copa del árbol, jamás sabrá algo de sus raíces, aún cuando hable de ellas...
así como existe el Stupa perdido del Itey... también existen las cataratas perdidas del Tíbet... un lugar inimaginable e indescriptible, sobre el que mucho se ha hablado, y sobre el que poco se ha dicho... tal te dije, las cosas en el Tíbet cambian de posición, mostrando lo que el espíritu de los Himalayas quiere, a quien quiere, y cuándo y cómo quiere...
según uno de los tantos relatos ficticios, dichas cataratas fueron encontradas en noviembre pasado (2016) siguiendo el curso del río Tsangpo, cerca de la aldea Tangmal... cabe aclarar que dichos saltos forman parte del mito tibetano desde siempre, porque la propia estirpe perdió su rastro allá por el siglo VI (después de Cristo), para jamás recuperarlo... tornándose en cuento de cuentos y en leyenda de leyendas...
técnicamente, el lugar es inaccesible... ningún humano en su sano juicio se aventuraría ya que no hay cómo entrar ni cómo salir... para darte una cabal idea de lo que te estoy contando, el río Tsangpo deja la altiplanicie de los Himalayas escurriendo a través de un subsistema de siete mil metros de altura, en lugares que ningún ser humano ha pisado desde el año quinientos después de Cristo, filtrándose por un plano inclinado de cuatro mil metros de caída extendiéndose por unos 150 kilómetros hasta transformarse en el río Brahmaputra en la India...
el lugar aparece y desaparece según de quien se trate... y las cataratas son conocidas como las "escondidas"... lugar de dioses, de espíritus y de herederos divinos... por ende, el hallazgo/encuentro del noviembre pasado, ha sido una ilusión para occidentales, no así un descubrimiento en el sentido estricto de la palabra...
en el siglo XX, la última expedición registrada era de 1924, llevada adelante por Francis-Kingdon-Ward, quien en su bitácora de desalientos, concluyó que era probable que las cataratas no existiesen y que se tratara de un invento humano... aunque la realidad es que todo indica que este explorador estuvo a un palmo de hallarlas, sin embargo, las mismas no se mostraron y el hombre partió decepcionado...
es bueno aclarar que en los Himalayas ocultos, existen cientos de saltos glaciares que los humanos desconocen... y el que ahora se declara como descubierto, no pertenecen al sistema de aguas de la cataratas escondidas sino a otro de ellas... porque en esencia, dicho lugar pertenece al orden de las fuentes, y por lo tanto debe permanecer oculto al antojo egocéntrico de los hombres desesperados por notoriedad...
las cataratas, por cierto, están relativamente cerca del Stupa del Itey, a unos dos o tres días de camino si es que se pudiese sostener el paso durante veinticuatro horas incesantes... lo que supone que una semana sería un tiempo prudencial para alcanzarlas, si es que ellas estuviesen dispuestas a dejarse conocer... dichas cataratas caen por saltos acodados en terrazas de mil metros de caída total, ocupando una extensión de un kilómetro donde el vacío impera en toda su dimensión, con temperaturas más bajas que las de la propia Antártida polar (central)... en dicho lugar hubo una vez un santuario conocido como de los mil brazos, que tejían las realidades de la Tierra ocupada por las existencias densas del humano blanco desesperado por monedas y valores diosificables en museos donde el tiempo permanece detenido...
durante mi estancia en el Stupa del Itey... algunos monjes me ofrecieron ir hasta ellas, pero decliné a sabiendas que ciertos lugares sagrados, verdaderamente sagrados, no merecen quedar contaminados por rastros occidentales... dichos monjes me relataron las peripecias para poder llegar hasta ellas, describiéndome sus dimensiones y enseñándome una realidad impropia para los moradores del lado espeso de la Tierra... sin embargo, uno de los monjes, moviendo sus manos de manera prodigiosa, hizo aparecer una imagen a tiempo real de las cataratas, permitiéndome recorrerla con todos los sentidos... quedé subyugado... tanto que permanecí absorto sin tiempo recordando uno a uno los detalles de semejante paraíso... grabé este cortometraje atemporal en mi alma, y lo porto desde entonces... asumiendo que debo ser el único occidental que tuvo la dicha de presenciar el artilugio de la sabiduría ancestral tibetana... como siempre te he contado, mientras me alejaba del Stupa del Itey, más me sentía compenetrado de su esencia... y no pasa un solo día sin que algunas imágenes acudan a mi mente... recordándome que jamás me fui, y que esta vida, no es más que la ilusión de haberme ido. JUNIO 14, 2017.-
nunca te alejas de tu esencia...
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