La muralla que rodea la ciudad de Xi’an es la mejor conservada de todas las que defendían las ciudades de China y fue construida por la dinastía Ming (1368-1644).
Xi’an, cuna de la civilización china y punto de partida de la Ruta de la Seda
Xi’an (西安), capital de la provincia noroccidental de Shaanxi, fue el histórico punto de partida de la Ruta de la Seda y la capital de varias dinastías chinas. Conocida como la cuna de la Ópera de Shaanxi, alberga el Ejército de Terracota del emperador Qin Shihuang. Se dice que si uno quiere ver la China de hace dos mil años, debe visitar Xi’an.
Conocida en la antigüedad como Fenghao (丰镐), Daxing (大兴), Fengyuan (奉元), Anxi (安西), Jingzhao (京兆), Chang’an (长安, la Ciudad Eterna) y Xijing (西京), según la época, es además una de las cunas de la civilización china al estar situada en las proximidades de la llanura del Río Amarillo (黄河) y cuenta con una historia de más de tres mil años, de los cuales durante mil cien fue la capital de trece dinastías, entre las que se encuentran la Sui (581-618) y Tang (618-907).
Según los restos arqueológicos, el llamado Hombre de Lantian –descubierto en 1963 en el condado del mismo nombre– ya habitaba estas tierras hace 800.000 años y era capaz de emplear y fabricar utensilios propios de la vida diaria, aunque los restos encontrados de una civilización más avanzada datan de hace unos seis mil años. Fue durante la dinastía Qin (221-207 a.C.) cuando se convirtió en la capital del país unificado. Para hacernos una idea de la importancia de esta urbe en su época, durante la dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.) Chang’an tenía una población tres veces superior a la de Roma en el mismo periodo; y durante la dinastía Tang era la ciudad más grande y cosmopolita de todo el mundo, superando ampliamente los dos millones de habitantes, debido a que era el punto final y de partida de la Ruta de la Seda, unión transcontinental entre Oriente y Occidente.
Esta condición hizo que Xi’an, situada en la llanura fértil de Guanzhong creada por la confluencia de ocho ríos y las montañas de Qinling y Hua, fuera crisol único de culturas, religiones, mercaderías y civilizaciones, lo que todavía se puede admirar entre sus callejuelas, mercados, barrios chino y musulmán y lugares históricos de gran valor. Todo ello preservado entre los gruesos muros de piedra de una de las mayores capitales del viejo mundo que continúan en plena actividad.
De hecho, Xi’an cuenta actualmente con una población superior a los ocho millones de habitantes y está experimentando un crecimiento urbanístico espectacular, lo que la convierte en la mayor urbe del noroeste de China y en la cuarta en importancia del país. Aunque el 99 por ciento de sus habitantes pertenecen a la mayoría han, viven en ella unos 60.000 musulmanes de la minoría hui que conservan sus tradiciones, religión, idioma y cultura. Aunque todos hablan la lengua china, el dialecto de Shaanxi (陕西话), posee una fuerte influencia del mandarín estándar, a pesar de conservar mucha gramática y pronunciación del chino clásico.
El legado que conserva Xi’an heredado de su pasado no es poco y posee siete estilos arquitectónicos derivados de los reinos que sus calles y edificios han presenciado. Además del mencionado Ejército de Terracota (uno de los lugares más visitados de toda China después de la Gran Muralla y la Ciudad Prohibida de Beijing) y del Mausoleo de Qin Shihuang, dentro de la propia ciudad se encuentran 23 monumentos declarados Patrimonio Nacional Protegido, entre los que se incluyen las puertas de la ciudad antigua, más de cuatro mil mausoleos, palacios, la Gran Mezquita de corte arquitectónico chino, templos budistas (destacan las pagodas de la Oca Mayor y de la Oca Menor), monasterios, la Torre de la Campana (centro geográfico de la ciudad) y la Torre del Tambor. Para comprender mejor su bagaje histórico, vale la pena una visita detenida al Museo de Historia de Shaanxi y para admirar su legado cultural, nada mejor que pasear por la calle de la artesanía y de los anticuarios.
Su gastronomía, resumen de las dinastías que ha conocido esta tierra, es igualmente famosa. Debido a su posición geográfica, entre el norte y el sur del país, adopta ambas tendencias y técnicas de preparado, pero aporta ese toque de sal, vinagre, pimiento y ajo que hacen que los guisos se enriquezcan de una fragancia agripicante. Ente los platos más destacados encontramos la Sopa de cordero con pan (羊肉泡馍 o yángròu pàomó), la pasta en todas sus formas y variedades, y los diversos ravioles rellenos de múltiples ingredientes –hasta 120 tipos distintos–. Además, en el mercado musulmán existe una gran variedad de tapas que harán las delicias de todo viajero ávido por probar texturas nuevas, incluidos dulces de miel y frutos secos.
La Ópera de Shaanxi, denominada Qínqiāng (秦腔, Canto al estilo Qin) o Luàntán (乱弹), es el drama de su género más viejo y extenso de los cuatro tipos principales que ópera china, y anterior a la famosa Ópera de Beijing. Se caracteriza por su connotación folclórica, sus historias de gente común, sus letras sencillas, el espectacular maquillaje facial, las delicadas posturas, los personajes –se cuentan hasta trece: cuatro Shēng (生), seis Dàn (旦), dos Jìng (净) y un Chǒu (丑)– y su música variada interpretada por el bāngzi (梆子), instrumento de percusión que consiste en dos maderas de diferente longitud y que también da nombre a este tipo de ópera. En cualquier caso, siempre suponen un elemento musical indispensable para crear un ambiente festivo y único.
Cualquier viajero que desee conocer en profundidad China hace una parada en Xi’an y todos los grandes turoperadores incluyen esta ciudad dentro de sus rutas turísticas por el gigante asiático, aunque muy poca gente sabe que esta interesante urbe milenaria está hermanada con Córdoba (Argentina) y con Cuzco (Perú).
Publicado originalmente en: Revista Instituto Confucio.Número 11. Volumen II. Marzo de 2012.
Ver / descargar el número completo en PDF
Ver / descargar el número completo en PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario