jueves, 7 de noviembre de 2019

पजापारिमताहदय | Thuk Je Che Tibet - Inicio

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Sutra del Corazón de la perfección de la sabiduría
Título en sánscrito: पजापारिमताहदय Bhagabati
Prajñāpāramitāhṛdaya
Título en tibetano: བཅོམ་lན་འདས་མ་ཤེས་རབ་kི་ཕ་རོལ་d་
yིན་པའི་sིང་པོ།


Me postro ante la triple joya.
Así oí una vez. El Bendecido estaba en la montaña llamada Pico del Buitre, en Rajagriha, acompañado de una gran asamblea de monjes y de bodisatvas.
En aquella ocasión, el Bendecido estaba absorto en la concentración sobre las categorías de los fenómenos llamada «percepción de lo profundo». Al mismo tiempo, también el arya Avalokiteshvara, el bodisatva, el gran ser, consideraba la practica de la profunda perfección de la
sabiduría y percibía los cinco agregados también vacíos de existencia inherente.
Entonces, por el poder de Buba, el venerable Shariputra preguntó al arya Avalokiteshvara, al
bodisatva, al gran ser: «¿Cómo debería adiestrarse un hijo de buen linaje que desea practicar la profunda perfección de la sabiduría?» Así dijo y el arya Avalokiteshvara, el bodisatva, el gran ser,
respondió al venerable Sharadvatiputra con estas palabras:
«Shariputra, cualquier hijo o hija de buen linaje que desee practicar la profunda perfección de la
sabiduría deberá contemplarla así, considerando repetidamente y de modo correcto estos cinco agregados como también vacíos de naturaleza inherente. La forma es vacuidad. La vacuidad es forma, la vacuidad no es más que forma, la forma no es más que vacuidad.
»Del mismo modo, la sensación, la discriminación, los factores de composición y la conciencia son vacíos. Shariputra, así mismo todos los fenómenos son vacíos, sin características, no son
producidos ni destruidos, no son impuros ni libres de impurezas, ni deficientes ni completos. Por eso, Shariputra, en la vacuidad no hay forma, ni sensación, ni discriminación, ni factores de composición, ni conciencia. No hay ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni cuerpo, ni mente. No hay
forma visible, ni sonido, ni olor, ni sabor, ni objeto del tacto, ni fenómeno. No hay elemento del ojo y así hasta no haber elemento de la mente ni elemento de la conciencia mental. No hay
ignorancia, ni extinción de la ignorancia, etcétera, hasta no haber envejecimiento ni muerte, ni extinción del envejecimiento y de la muerte. Asimismo, no hay sufrimiento, ni origen, ni cesación, ni camino. No hay sabiduría suprema, ni logro, ni tampoco ausencia de logro.
»Así pues, Shariputra, como no hay logro, los bodisatvas confían en la perfección de la sabiduría, la mente sin oscurecimiento ni miedo, y moran en ella.
Asi trascienden los errores y alcanzan la meta del nirvana. Todos los budas de los tres tiempos, de modo manifiesto y completo, despiertan también a la insuperable, perfecta y completa iluminación basándose en la perfección de la sabiduría.
»Por eso, el mantra de la perfección de la sabiduría, el mantra del gran conocimiento, el mantra
insuperable, el mantra igual a lo inigualable, el mantra que pacifica por completo todo el
sufrimiento, debe ser reconocido como la verdad, puesto que no es falso. Este es el mantra de la
perfección de la sabiduría:
TADYATA [OM] GATE GATE PARAGATE PARASAMGATE BODHI SVAHA
»Shariputra, así deben adiestrarse en la profunda perfección de la sabiduría los bodisatvas, los grandes seres».
En ese momento, el Bendecido emergió de la concentración y alabó al arya Avalokiteshvara, al
bodisatva, al gran ser, con estas palabras: «Bien dicho, bien dicho, hijo del linaje, así es.
La profunda perfección de la sabiduría debe ser practicada tal como has indicado. Incluso los
tathagatas se alegran».
Después de que el Bendecido hubo dicho esto, el venerable Sharadvatiputra, el arya Avalokiteshvara —el bodisatva, el gran ser— y toda la asamblea junto con el mundo de los dioses, humanos, asuras y gandharvas se llenaron de júbilo y alabaron las palabras del Bendecido.
(Así termina el Arya-bhagavati-prajnaparamita-hridaya-sutra)


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