Carmen Conde Sedemiuqse Esquimedes
LA DÉCIMO CUARTA CARTA
Querido amigo: el observador atraviesa dimensiones bajo la consigna de
dar testimonio, tú lo sabes, todos nosotros lo sabemos, pero a veces nuestra
tarea nos propone extensos aprendizajes de todo lo que no se debe hacer, tal el
caso de los humanos en la Tierra, o lo que sí se debe hacer como el caso de
Ixternia, y tantos otros que vamos recorriendo en nuestro viaje hacia la
eternidad… trate el lugar que sea, siempre es una enseñanza que enriquece el
espíritu y proporciona alimento al alma… darse cuenta… tomar consciencia…
adquirir perspectiva… tomar distancia… entender… comprender… reflexionar…
iluminarse…
Entre tantas propuestas y entre tantas experiencias, me he visto
sorprendido por dos diametralmente opuestas… por una parte, la asistencia a un
paralelo simultáneo, donde se está en un planeta conocido, pero no en su
dimensión tangible sino en su paralela, una de tantas, donde la vida cursa
atravesando otras circunstancias, aunque con las mismas existencias que
transitan sus tiempos en el lugar que ellos creen estar viviendo… por otra, la
posibilidad de atravesar un agujero negro e ir hacia una dimensión contigua
donde las cosas parecen funcionar bajo otros criterios, otros preceptos,
distintos dogmas, pero por sobre todo, con un respeto singular entre los que
allí existen… es de apreciar como el universo se ordena a sí mismo, sin que
tenga que intervenir la “mano de nadie”… ni humana, ni no-humana…
Las dos experiencias son invalorables… donde dar testimonio es un honor
propio de la creación…
En el paralelo simultáneo los hechos se hilvanan desde los karmas hacia
los talentos, pasando por el espíritu y trascendiendo el don que se porta… algo
que ningún humano podría siquiera imaginar… estar viviendo una supuesta
realidad… mientras en el paralelo cursa otra bien distinta… apelando a
distintas geometrías de un mismo espacio, separado apenas por una fina de hoja
de cosmos, donde el suelo es otro, donde el cielo es otro, donde el aire es
otro, donde el fuego es otro, donde las circunstancias son otras porque el
destino es otro, aún siendo el mismo karma… donde los sentimientos son otros
debido a que los sentidos también lo son… se transita el aquí, pero también se
transita el allá… a veces los extremos se tocan y algunos humanos parecen
“darse cuenta”, pero en general están ciegos de uno y otro lados, omitiendo las
circunstancias de aquello que creen real, y desconociendo las circunstancias
que ellos mismos están atravesando en paralelo… en un lado pueden darse
paradojas… en el otro lado las cosas se resuelven de manera distinta, a veces
mejor, a veces peor, siendo que además de aquel paralelo y simultáneo, hay
otros donde están sucediendo otras cosas con el mismo espíritu, la misma alma,
pero con un distinto estado de consciencia…
En un lado permanece la idea y su motivo original… en otro plano se
resuelven las paradojas… en un plano distinto se elaboran otra idea y un motivo
funcionalmente diferente… y así sucesivamente, exponiendo al ser a una amplitud
atemporal que le impone no dejar puntos pendientes… en un lado nacen y mueren…
en los demás lados permanecen… generando una expansión de esperanzas, deseos,
ilusiones y vivencias… “esto me parece haberlo vivido”, “aquí ya estuve”, “esto
ya lo vi en otra vida”, dicen, pero inmediatamente se les nubla el pensamiento
y se les impide “ver” más allá de sus ojos… luego, cuando se encuentran con la
simultaneidad, ya no están en condiciones de contarle a nadie la experiencia, y
se remiten a ser en su propia esencia… sea en su propio infierno… sea en su
propio paraíso… y cuando se les habilita a viajar hacia algún sueño de un ser
querido, no pueden decir nada acerca de la experiencia recolectada, así es que
se concentran en dar el mensaje y evaporar la figura… estando, no sé está… es
un viaje donde la consciencia es limitada y donde no siempre el “ser” se da
cuenta que su presente reside sólo en el adelante…
Como sea, atravesar los paralelos de una misma alma cursando la misma
circunstancia en once planos diferentes, sigue siendo una experiencia notable…
el allá guarda un efecto multiplicador donde la búsqueda adquiere un sentido
particular… donde habitualmente casi nadie logra unir el sí mismo con el uno
mismo, y la mayoría se va cargando egos que pesan toneladas sin haber resuelto
la ecuación fundamental de cada vida… esto es que no se llevan las monedas, no
se llevan las propiedades, no se llevan los bienes, no se llevan los puestos, ni
siquiera logran llevarse los afectos, sólo portan un ego que encapulla al karma
y le impide ser… pero cuando te das cuenta, ya es tarde… y te ves obligado a
regresar por todo lo que quedó pendiente…
El juego de los paralelos simultáneos es una concesión de consciencia…
donde la mayoría se pierde en un laberinto que van construyendo para ponerse a
salvo de ellos mismos… sin caer en la cuenta que cuanto más profundo es el
laberinto, más complejo será intentar salir de allí… siendo que las almas
quedan atrapadas, y las vidas desperdiciadas… justamente, porque la vida se va
envolviendo en cuestiones pendientes, ecuaciones sin resolver…
La otra experiencia, esa de atravesar el agujero negro para viajar al
universo contiguo, siento que me ha enriquecido… pensar en el prójimo hace
bien, porque en tu interior sabes que el prójimo también está pensando en ti…
conjugando un bienestar que trasciende las consciencias para anidar en el
espíritu de cada quien… estableciendo un equilibrio en la filosofía de la
búsqueda… a sabiendas que las búsquedas son siempre diferentes, pero que en
algún punto convergen, se rozan, se tocan, se cruzan, se anudan, se atan, para
luego soltarse e impulsar el trayecto que cada idea trae consigo… esto es
inviable entre los humanos… justamente porque su mezquindad los conduce a ser
miserables y viceversa… la miserabilidad comienza a tomar cuerpo a partir de la
mezquindad… siendo que lo demás es cuestión de vanidad, de soberbia o
simplemente de envidia, algo que enaltece al ego, para luego arrasar con la
consciencia necesaria para atravesar la vida… allí es cuando dejas de darte
cuenta que no eres tú quien atraviesa la vida, sino que es ella, la vida, la
que te está atravesando mientras tú sales a escena y regresas a ser espectador…
sin solución de continuidad y además, casi sin consciencia… la mayoría ni
siquiera sabe dónde queda el escenario, tampoco donde están las butacas, y la
vida no es más que una parodia…
Cruzar el agujero negro es un prodigio de la creación… ya que te
encuentras con que el universo paralelo, contiguo, tiene el mismo aspecto que
el que ya conocías, o aquel que creías conocer, sólo que las cosas funcionan de
un modo más estricto… donde los derechos son derechos y donde nadie soslaya las
obligaciones… donde agregar valor es una consigna de consciencia y donde restar
valor es algo impensado, justamente, porque el alma se obliga a esquivar la paradoja…
donde la ecuación espacio-tiempo debe ser resuelta a efectos de pasar al
siguiente paso y donde nada debe quedar pendiente, porque quien viene atrás lo
hace bajo la misma consigna… agregar valor para los que siguen… en una sucesión
de aprendizajes y crecimientos que elevan el espíritu por sobre el sí mismo…
Insisto con el común denominador… nada se compra… nada se vende… no hay
economías, ni macro, ni micro, no las hay y eso obliga a la tribu a ser una
conjunción… donde nadie necesita más de lo indefectiblemente necesario para
“ser”, y donde el otro reconoce que “ser” no demanda ningún bienestar diferente
al que los demás tienen para su propio sí mismo… más allá, lo que tiene precio
carece de valor, y lo que tiene valor, en verdad no tiene precio… reconocer la
diferencia demanda calidad de espíritu…
Podría decirse que se trata de una orquesta donde nadie desafina, pero
en verdad los acordes ejecutados parten de la armonía de la comunión de las
almas… no se apela al juego macabro del acierto y el error… por el contrario,
se estudia la importancia del paso siguiente, y la nota se ejecuta a sí misma
desde el espíritu, sin necesidad de atender la lectura del pentagrama…
Me ha sorprendido que en el contiguo, las galaxias giran a la inversa, y
más me ha sorprendido que la música que se interpreta en un extremo de la
geometría recorre el universo llevando la felicidad de la Fe… he visto que las
mareas son más suaves y que las energías no se apartan del orden original…
siendo que la pauta de la creación evita que alguien se aleje de ella… a
sabiendas que nacer es sólo el derecho a una búsqueda efímera que dura no más
que un destello, y que el beneficio de existir no está en lo propio sino el
otro, siempre… porque donde realmente se construye es el simultáneo de un más
allá donde todo es por siempre y para siempre…
La música eleva a los espíritus y los envuelve con su luz… al fin y al
cabo, lo único que necesitas para ser, es luz… y eso me llevo…
Espero encontrarnos en alguno de nuestros pasajes…
Hasta la eternidad, siempre
Xvyqt
pinturas y texto bajo registro de propiedad intelectual...
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