la paciencia del fruto

Evangelio: Lucas 13, 1-9
"Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera"

Eu una ocasión, se presentaron algunos a contar a Jesús lo de los galileos cuya sangre vertió Pilato con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús contestó:

-"¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás galileos, porque acabaron así? Os digo que no; y, si no os convertís,

todos pereceréis lo mismo. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera."

Y les dijo esta parábola: "Uno tenía una higuera plantada en su viña, y fue a buscar fruto en ella, y no lo encontró.

Dijo entonces al viñador: "Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué va a ocupar terreno en balde?

Pero el viñador contestó: "Señor, déjala todavía este año; yo cavaré alrededor y le echaré estiércol, a ver si da fruto. Si no, la cortas"."

el dispensador dice:
cada néctar que llega tu alma,
ilumina tu mirada,
agudiza tus sentidos,
te nutre con calma...

cada sabor que descubres mañana,
eleva tu ser, transformándolo en brote,
corrientes de savia llegan a las ramas,
transportando esencias de vida preñadas...

cada fragancia que vivifica tu olfato,
impone recuerdos eternos,
cariños, mimos, atizan la llama,
desprenden el aura, que lleva tu alma...

esencia de higos, maná divino,
recuerdo de praderas y campos perdidos,
se blanquearon los cabellos,
se arrugaron las frentes,
pero guardan imágenes que reflejan el sentido del alba,
alcanzado el fruto, sosteniendo la rama,
cuidando la higuera para próximos mañanas...

ya no será tu mano,
se perderá aquella mirada,
se respirarán otros tiempos,
la higuera será testigo de tus hijos,
legados dejados, herencias pasadas,
quizás olviden los higos,
pero se someterán a las manzanas.
el dispensador: higueras del Señor de las Esencias. Marzo 07, 2010.-
DEDICADO A: los que mueren por un higo robado en los campos olvidados, recodos indómitos de mi Cafayate amada.