LOS BARROS Y LOS BARRIALES || La niña del barrio de lata >> Rua Lisboa >> Blogs Internacional EL PAÍS

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La niña del barrio de lata

Por: Antonio Jiménez Barca | 30 de noviembre de 2011

Hace casi 45 años, un conocido fotógrafo francés de origen haitiano, Gérald Bloncourt, visitó los arrabales pobres de París y le hizo una foto a una niña morena al pie de la chabola en la que malvivía. Bloncourt se enamoró de la foto y la colgó desde aquel día en las paredes de su casa. La tituló La petite portugaise y pasó a simbolizar, tras ser reproducida en muchas exposiciones y publicaciones, las condiciones de vida de la emigración dura y miserable del Portugal de los años sesenta. Nadie supo nunca el nombre de aquella niña que se tapaba con la mano la sonrisa, conocida como A menina do bairro de lata.

Pero en enero, tras hablar con un amigo, Maria da Conceição Tina, una profesora de portugués y de francés de Coimbra de 52 años, comenzó a preguntarse si no sería ella la protagonista de esa foto-emblema, como explicaba ayer en un emocionante reportaje de Patrícia Carvalho en el diario Publico. La actual profesora dudaba, porque no recordaba haber visto nunca un fotógrafo en el barrio de chabolas de Saint-Denis en el que residió durante dos años junto a su padre, su madre y su hermano. Pero reconoció instintivamente la muñeca que sujetaba esa niña con el brazo. También el paisaje de barro y de chabolas que se amontonaba tras ella. Tras vacilar mucho, se decidió a contactar con el fotógrafo para asegurarse. En junio se conocieron y tras ver y reconocer también a Bloncourt, 45 años más viejo, a Maria da Conceição ya no le quedaron más preguntas. 

Hasta ahora. Hasta que se reconoció en la foto con la muñeca en el brazo y conversó con Bloncourt en París y se convenció de que no es bueno olvidar determinadas cosas y de que su pasado de emigrante pobre, como el de otros miles de portugueses –y españoles- que viajaron hacia el norte en aquellos años, no tiene nada de vergonzoso o reprobable. Sobre todo ahora que muchos portugueses vuelven a emigrar para escapar de la crisis económica que ahoga el país. Ella misma, que se define como una mujer feliz, lo precisa: “Una hija mía, de 24 años, ha cursado Enfermería, pero no consigue encontrar trabajo y está pensando irse al extranjero. Esto es triste. No porque la vaya a echar de menos, sino porque eso demuestra que estamos mal políticamente, porque este país no puede aprovechar a sus licenciados y les obliga a hacer lo que hicieron sus padres: irse”

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el dispensador dice: los barros tienen propiedades milagrosas, pueden curar, también sirven para expresar la profundidad de las huellas, sin embargo, a los ojos humanos no se impregnan de sus sombras, lo cual parece indicar que ante el tiempo nada quedará grabado en ellos... los lodos, en cambio, tienen la propiedad de ser pegajosos, en ellos se pegan las personas y hasta pueden quedar atrapadas las almas, que sin saberlo, llevan consigo el peso de las densidades contenidas por absorción de las presencias y hasta por las mochilas comunes a las ausencias... cuando se conjugan los barros con las fotografías, las imágenes obtenidas al modo de retratos de instantes y momentos, tienen la extraña propiedad de "detener" al espíritu, congelándolo... se genera entonces una paradoja que contiene un instante paralelo, una vibración donde el espíritu queda atrapado para una eternidad contradictoria, algo que mantendrá a la persona en una rara sensación de "regreso", donde la circunstancia se calcará a sí misma una y otra vez, produciendo un extraño sentimiento de reiteración o bien, un eco que recuerda que se estuvo allí justo antes de haberlo hecho, evidenciando algo que podría denominarse "paralelismo previo". Los barros tienen en su esencia el poder de contener el sentido de las "extrañezas", ellos suelen orientar a los destinos perdidos tanto como a los comprometidos... los antiguos solían utilizar a los barros para curar a los cuerpos dolidos y a los otros lastimados, especialmente se utilizaban los barros para eliminar los tóxicos de los venenos de alacranes, arañas y serpientes, aunque también servían para revertir los procesos venenosos comunes a los hongos, sin omitir las brujerías... luego de Babel, los barros se confundieron y ya nadie supo cuál servía para qué. Luego los barros se convirtieron en "barriales", algo así como la masivización de un carácter esencial y distinguido... ello modificó el sentido de los paisajes y desde entonces, el hombre ve un suelo y un horizonte donde, en realidad, conviven simultáneamente distintas dimensiones con diferentes realidades, unas acuosas, otras lodosas, muchas más que son adhesivas, pegajosas. Hay barriales donde moran espíritus distintos en ocios de ancestros perdidos, también hay barriales de santidades donde se guardan esencias que no deben ser halladas... uno de estos barriales se ubica en las misiones rocosas de San Carlos, camino hacia Angastaco... allí esperan reflexiones y oraciones en busca de "elegidos" por su FE. Hasta ahora no ha habido una FE suficiente para descubrir lo que oculta el barrial... puede estar delante de tus ojos, pero no lo verás. Camino hacia la alta cordillera hay otros barros y raros barriales... nada distinto a lo que se esconde en los recodos de Tolombón, camino a Quilmes, a Tafí del Valle o a Colalao. Puede entonces que los barros te atrapen, puede que sirvan como estampa de tu huella, puede que sean testigos de tu sombra, acaso sean silencios que se adhieran a tu alma sin que los notes... más allá, puede que los barriales acudan a tu alma para protegerla de amenazas intangibles... nunca se sabe lo suficiente cuando de alquimias se trata. Debes estar atento, no sea cosa que descubras que algún desconocido tiene un retrato de tu alma y puede disponer de una "copia" para hacer de ella su antojo... los barros guardan cristales que funcionan al modo de espejos, cuando quieres huir puedes dejar estampado el pellejo. Lo que te "cuento" puede sonar a "cuento", aparece como necesario aclararlo, antes que llegue el tiempo... de anticipar el entendimiento, los barros pueden ser el paraíso, también pueden ser un escarmiento. Diciembre 01, 2011.-