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Viaje del 'Big Bang' al fin del tiempo
¿De dónde viene el concepto de tiempo? ¿Cómo ha ido cambiando a lo largo de la historia de la Humanidad? Y sobre todo... ¿hasta cuándo va a durarnos? Estas son algunas de las preguntas, algunas con respuesta y otras no, que plantea Adam Frank, catedrático de Astrofísica en la Universidad de Rochester (Nueva York) en su último libro: 'El principio del fin', que acaba de ser editado en España por la editorial Ariel.'El fin del principio' / Adam Frank / Edita Ariel / Año 2012 / 493 páginas / 24,90 euros
Frank, que recientemente ha recibido el premio de la Sociedad Astronómica de Estados Unidos por su trabajo de divulgación científica, parte de la idea de que el comienzo de todo, que ahora se considera que fue el Big Bang, dado lugar al Universo, está a punto de ser sustituido. La Cosmología, con sus imparables avances, ya ha planteado nuevas hipótesis, como la compleja teoría de cuerdas o la de los multiuniversos, que podrían "dar origen a una nueva era", en palabras del propio Frank.
¿Y como esa nueva era va a transformar nuestro tiempo? Esta es la reflexión que plantea el astrofísico en su libro. Con un lenguaje ameno, en el que no faltan entretenidas anécdotas, pero sin perder el rigor científico, Frank relata los cambios que se han producido en la concepción del tiempo desde hace 60.000 años hasta nuestros días.
Adam Frank, el autor. |Universidad de Rochester
En este ensayo, se explica cómo se ha ido acelerando el tiempo que marcan los relojes, del mismo modo que se acelera la expansión del Universo. Ambos, el cósmico y humano, argumenta Frank, son historias gemelas. "Son dos historias paralelas que están fuertemente entrelazadas, aunque hasta ahora no se han contado nunca juntas", afirma el astrofísico norteamericano.
El problema, añade, es que "el principio de todo está listo para ser sustituido"; que el momento singular de la creación en los inicios del 'Big Bang', el comienzo del tiempo, está a punto de ser abandonado por la misma ciencia que lo definió. Y se pregunta: si la ciencia de la cosmología está cerca de volver a imaginar el tiempo ¿Cómo afectará eso a la manera en que lo experimentamos entre momento y el siguiente?
El recorrido para dar respuesta a esa pregunta, el autor comienza con las sociedades de cazadores-recolectores y sigue por el Neolítico, el surgimiento de las ciudades, el Renacimiento, la Revolución Industrial... para acabar en la última revolución de la información y las teorías de la física cuántica.
Todo ello, con un enfoque crítico con las sociedades occidentales, en las que la eficiencia y el consumo gobiernan nuestras vidas en una carrera desbocada en la que factores como el cambio del clima provocado por los gases de efecto invernadero presionan para cambiar ese modelo acelerado del tiempo.
En definitiva, una reflexión meditada y documentada sobre la historia cultural y científica de la Humanidad que nos invita a 'echar el freno'.
el dispensador dice:
y la gracia se transformó en tiempo,
y aprendiendo fue sentimiento,
y halló sentido eterno,
al descubrirse como don sereno,
se hizo talento en el verso,
para trasponer los océanos,
luego comprendió en estrofa,
que la voluntad no se roba,
y más tarde ya sin rima,
comprendió el significado de la cima,
ya sin fama y por la vida,
decidió descender sin prisa,
vió que el mundo no era como decían,
el hombre estaba atrapado en su día,
sobreviviendo como podía,
sorprendido y atribulado,
más que curioso, extenuado,
miró hacia el mañana necesario,
y coincidió en poder dispensarlo,
su ángel habló sin pensarlo,
la consciencia ya había pasado,
no hubo ayer en su letargo,
no hubo nostalgio en lo olvidado,
pudo haber sido una tarde llorando,
quizás fue una mañana temprano,
recogió su alma y sus trastos,
no llevaba mochila ni quejas,
se dirigió hacia el poniente sin rejas,
era lo que había elucubrado,
todo lo que había escrito,
aquello que había pensado,
se ha visto despreciado,
por otros que lo habían pisado,
vanidades lo habían atropellado,
en la inocencia de su recado,
por ello sin tristeza pero cansado,
comenzó a ascender el nevado,
parecía frío y lejano,
pero estaba ahí no más de su mano,
pensaba en lo que había plantado,
a lo largo de una huella y su legado,
y así, casi sin pensarlo,
llegó a la cima de su propio pasado,
y habiendo esto sucedido,
sin tener en cuenta lo padecido,
descubrió la esencia de no ser visto,
de escalar sin tiempo ni rastro...
hoy, de él no queda memoria,
sólo en el cielo perdura su gloria.
Abril 09, 2012.-
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