miércoles, 18 de abril de 2012

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Las heridas del siglo XXI en los dibujos de Joe Sacco

De Palestina a Irak, de India al Cáucaso, el periodista y dibujante publica 'Reportajes'. EL PAÍS te avanza las primeras páginas
AVANCE LITERARIO

Los reportajes de Joe Sacco

Por: Guillermo Altares17/04/2012
SaccoImagen
Primera página de uno de los reportajes de Joe Sacco.


Joe Sacco (Malta, 1960) ha sido uno de los grandes revolucionarios del cómic haciendo algo que, en el fondo, es más antiguo que la imprenta: dibujar la realidad. No es el único que ha trasladado el periodismo al tebeo pero sin duda es el que ha alcanzado una mayor difusión con títulos como Goradze, zona protegida (Bosnia), Palestina y Notas al pie de Gaza (Oriente Próximo) o, ahora, Reportajes (Mondadori), del que este blog ofrece un adelanto. El libro que se comercializará el próximo 26 de abril, trata de una serie de historias que Sacco investigó en diferentes lugares del mundo, tres de ellas realmente espectaculares: "Mujeres chechenas", "Inmigrantes africanos" y "Kushinagar", sobre la pobreza en India.

JoeSaccoSacco -en la imagen de la izquierda aparece en un autorretrato que dibujó para un número de Babelia sobre cómic y periodismo en abril de 2010-, es consciente de que no resulta fácil que todos los lectores admitan que se pueden hacer reportajes a través del tebeo. En un muy interesante prólogo reflexiona sobre su compromiso con la realidad y recuerda una gran frase de Edward R. Murrow, el mítico informador que George Clonney retrató en Buenas noches y buena suerte: "Todos somos prisioneros de nuestras propias experiencias. No podemos eliminar los prejuicios, pero sí reconocerlos". En otras palabras, se podría decir que tal vez no exista la objetividad en el periodismo, pero sí existe la verdad y se puede tratar de llegar a ella. Como dijo el propio Sacco en una entrevista, "No soy objetivo pero sí honesto".
Los reportajes que componen este volumen son un ejercio del mejor periodismo y de la más saludable honestidad. Dibuja lo que ve, se dibuja a sí mismo viendo -el periodista deja de ser ese ente que escribe desde el hiperespacio y aparece- y es capaz de abordar temas que aparecen casi todos los días en la prensa (Oriente Próximo, la inmigración, la pobreza) desde ángulos insospechados. Tiene la paciencia de ofrecer todos los puntos de vista en una historia y de dejar que sea el lector quien llegue a sus propias conclusiones. Sacco nos demuestra que el periodismo puede tomar muchos caminos pero que no perderá su esencia si mantiene su compromiso con la realidad. Y además, y eso también es muy importante, es una gozada leerlo, por la calidad de sus dibujos, por la originalidad de sus planteamientos, por el impulso ético que le lleva a elegir los temas que trata.
Puedes ver aquí las primeras páginas del reportaje Historias africanas.


el dispensador dice: cada herida lleva su sello, puede que quien la ejerce, quien la produce, quien la genera, no sea consciente de lo que hace, o bien, aún siéndolo no la asuma como tal... no obstante ello, cada herida lleva su sello, su sello intrínseco establecido en el daño que deja, un sello extrínseco que expresa la intención de aquel que la ejerce... así es que hay heridas personales, sociales, grupales y desde luego globales... por ende cabe asumir que la Tierra está "herida" por los mesianismos de un hombre que ha perdido la razón de los equilibrios y que ha tomado distancia de la lógica de los mismos (equilibrios) intentando priorizar sus miserias, ubicándolas por sobre los sentidos comunes y sus expresiones paradojales. La naturaleza de la Tierra, en todo caso ella misma (Tierra y naturaleza) asisten a demencialismos transformados en actos de negligencia y vanidad... actos que van desde asesinar a un elefante en extinción... hasta asesinar a miles de tiburones para habilitar el acceso a la "sopa" de aleta de tiburón... y junto con ello extraer todo el petróleo posible sin atender que ello recalentará la Tierra hasta cocinarla con su caldo de cultivo dentro, claro está. El cambio climático se hace evidente en un incremento sismológico significativo, en tormentas increíbles y espontáneas, en tornados que cada vez se hacen más frecuentes y peligrosos, en... aires contaminados... aguas sucias al extremo... algo semejante a llenar a un casa con basura y luego pretender vivir allí sin enfermarse... y es así que el ser humano está "enfermo", muy enfermo de soberbia, mucho más de desprecios, también de negligencias exhibiendo incapacidades que no se justifican en discurso alguno ni con argumento alguno. El siglo XXI comenzó quebrando los puentes vinculares, se arrasó así con el sentido de los afectos y las amistades, priorizándose la conveniencia y el oportunismo, ese acto que implica tomar ventaja del otro por el sólo hecho de quitarle algo que le molesta a quien tiene la iniciativa... y la paz del mundo está más quebrada que nunca antes, tanto como la historia humana sobre la faz de la Tierra. En dicho contexto muchas cosas son "indeseadas" por los anónimos en ejercicio de sus vidas... así como, simultáneamente, los pocos ejercen acciones indeseadas justificándose a sí mismos en raras competencias que hacen a la envidia y al ego, no más que eso. Cualquier ser con entidad propia, no necesariamente visible, que aprecie la rutina de la Tierra del Siglo XXI se espantaría del primitivismo en ciernes que se autojustifica en una falsa civilización... los pocos construyen su poder con el hambre y la pobreza de dos tercios de la población humana... ¿hay algo más aberrante que eso?... junto con ello construyen esclavitud y sustentan un singular desprecio por todo lo que existe... algo semejante a una intención global por querer imponer el caos que habilita a los reinados, mucho más que una simple división, el caos que niega el sentido de la palabra y niega la presencia del alma, por ende burla al espíritu y asume que esta vida es mucho más que la otra, la verdadera. Dios observa azorado la barbarie y las justificaciones corporativas que emanan de ella... un camino que suele no tener vuelta porque se transforma en desfiladero y más tarde callejón en abismos. Las consciencias y los ángeles de la guarda de cada quién están espantados de lo que están viendo... las gentes no escuchan aún teniendo oídos... las gentes no ven aún teniendo ojos... las gentes no perciben aún teniendo piel... las gentes hablan de Dios pero le cortan el rostro sin piedad cuando de tomar ventaja se trata. Esta civilización sin cultura propone un mundo desertificado... así como no puede existir un ser humano deshumanizado, tampoco puede existir un ser humano sin sentido de la palabra, sin poesía, sin afectos... no es posible porque la creación misma parte de un verbo que tiene vida propia, vida que no puede ser manipulada por el antojo de humano alguno. De hecho, la herida mayor que acompaña a la de la Tierra y su naturaleza, la porta el propio hombre en su existencia transformada en un infierno sin fin... no se entiende a sí mismo, pero tampoco acepta al otro... y en los puentes rotos no hay hilos de plata invisibles, por lo tanto la madeja de las existencias se esfuma convirtiéndose en un bollo informe de reacciones químicas adversas. El umbral contiguo, el que da acceso a la pesada de las palabras y su comparación con el sentido de las intencionalidades, espera a las masas portadoras de notables contradicciones a sabiendas que quebrar una rama del árbol de la vida es algo semejante a una condena eterna... y al mismo tiempo, el paraíso que contiene al libro de la vida, está viendo cómo se borran sus páginas aportando frustraciones de destinos truncos. Y nuevamente se hiere la Tierra al ver heridos a sus hijos... hijos que no son únicamente hombres y mujeres... hijos que se revelan en todo lo que existe... hormigas, escarabajos, ballenas, delfines, leones, elefantes, rinocerontes o tigres... aunque no se crea, cada herida que se ejecuta en el prójimo rebota contra un muro invisible y choca y se apropia del propio destino... no importará si será en esta vida, pero será, implacablemente... y otra vez, la Tierra está avisando al hombre que deponga su actitud y revea su camino. Pero el hombre ya no escucha, tampoco ve, y pretende que su consciencia y su ángel no son más que expresiones místicas de locos perdidos en sus tiempos... pero el tiempo y sus espacios se preparan para atropellar a las soberbias para aniquilar las vanidades... porque la prioridad en este punto del universo, la única prioridad, reside en el verbo y sus capacidades, sólo en él. Abril 18, 2012.-

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