Dice Herbert Marcuse en su libro “El final de la Utopía”: “El concepto de utopía es un concepto histórico. Se refiere a los proyectos de transformación social que se consideran imposibles. ¿Por qué razones imposibles?. En la corriente discusión de la utopía, la imposibilidad de la realización del proyecto de una nueva sociedad se afirma, primero, porque los factores subjetivos y objetivos de una determinada situación social se oponen a la transformación; se habla entonces de inmadurez de la situación social… En segundo lugar, el proyecto de una transformación social se puede considerar irrealizable porque esté en contradicción con determinadas leyes científicamente comprobadas, leyes biológicas, o físicas, etc… Creo que sólo podemos hablar de utopía en este segundo sentido, o sea, cuando un proyecto de transformación social entra realmente en contradicción con leyes científicas comprobables y comprobadas. Sólo un proyecto así es utópico en sentido estricto, o sea, extrahistórico”.
Eduardo Galeano, uruguayo de profundas palabras, veamos algunas de ellas y un video que vale la pena verlo, hablando de utopias y delirios.
"*La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para que sirve la utopía?.... Para eso, sirve para caminar.
*Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres."
Eduardo Galeano
Agradecimiento y dedicación: a Marta Arques (Santiago del Estero, Argentina) y su aporte.
el dispensador dice:
transito mi locura,
envuelto en espesuras,
de una selva sin ranuras,
desmalezo las hendiduras,
que permiten contemplar las travesuras,
de duendes esquivos, sin cordura,
que no se muestran pasivos,
ante tantas rayaduras...
no hay escalera que suba,
transportando el espíritu a la luna,
alguien no ha dicho que la cuna,
contiene llave de certidumbre,
lo que te guía no es la lumbre,
es la mano del ángel que lleva levadura...
debes caminar por tu huella,
atendiendo a la conciencia,
no hay utopía que lleve herencia,
tampoco hay delirio en la propia ausencia,
cuando hallas tu presencia,
el silencio es advertencia,
lo que se revela es la paciencia,
de haber aceptado a la conciencia...
no debes seguir tu sombra,
lleva apuros que asombran,
prefiere andar tras tus pasos,
según ilumine el rayo,
cuando alcanza tu costado,
la paralela es pasado,
mientras que si se enfoca tu espalda,
habrás superado la etapa,
de saberte secundado,
y que la sombra no carga lo pesado,
apenas es testigo de entramados,
que conducen tu destino...
hoy ando envuelto en utopías,
la entelequia es mi día,
de ilusiones anda perdida,
de esperanzas ha quedado herida,
aquella ausencia endilgada,
fue presencia ocultada,
justificando una feroz estocada,
padecida en la conciencia,
me he quedado sin herencia,
pero ella no importa nada,
de aquí te llevas la llave,
de haber portado tu alma,
si no te envuelve la calma,
la mochila será muy pesada...
los delirios no me dejan,
visualizar miserias humanas,
he bajado las persianas,
de sentimientos inocentes,
las humildades están presentes,
ante tanto desprecio emergente,
camino apreciando a la gente,
que se ofrece muy sonriente,
para asaltar mi paciencia,
aviso que no tengo herencia,
apenas un legado sapiente,
que no se traslada a otras mentes,
sólo se lleva en la conciencia...
ahora tengo la utopía en mi mano,
los duendes me andan guiando,
entre tanta barbarie sonando,
sigo la estrella brillando,
que ha sido la indicada,
aquello que no fue vivido,
esperará por nueva ventana,
he sido fiel a mis principios,
evitando los precipicios,
que otros me aconsejaban,
ahora sé de desfiladeros,
de raras grutas y abismos,
se me han revelado los ritmos,
de los infiernos hirvientes,
no me interesan sus padecientes,
sus oportunidades tuvieron,
las mías sólo estuvieron,
desbordantes de sentimientos,
lo que me eleva no es el viento,
es la oración que presiento...
he permanecido en Sumampa envuelto,
en ensoñaciones extrañas,
he visto a la Virgen que habla,
de circunstancias erradas,
gentes entienden vidas pasadas,
por ausencias arrolladas,
veo evidencias lejanas,
que se acercan presurosas,
algunos olerán rosas,
otros regresarán a las lianas,
muchos no verán mañanas,
en los vacíos de sus palabras,
aquello que no lleva sentido,
sólo en la vida se paga...
alcanzado ya este punto,
utopías y delirios son asunto,
de un alma desgarrada,
no importa aquella estocada,
por falsa intención recibida,
se me ha curado la herida,
viendo la sombra en mi espalda,
la huella dejada no espanta,
al caminante avezado,
por fin ha entendido el ángel,
que mi mañana ya es pasado,
el afecto que he portado,
lo fui diseminando,
el que lo tomó fue bendecido,
el que lo despreció será negado,
no te aflijas querido hermano,
la cruz señala mi mano.
Abril 03, 2012.-
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