El mejor antídoto en tiempos de crisis se escribe con poesía
La fundación Mapfre inaugura, en Madrid, el ciclo 'Cruce de poesías'
Varios poetas reflexionan sobre el difícil momento que atravesamos
El género lírico es probablemente el más sensible de la literatura, y el más comprometido con el contexto social en que se escribe. Cervantes dijo que el año que es abundante de poesía, suele serlo de hambre. Cuatro siglos después y en plena decadencia económica, los poetas españoles coinciden con la tesis del autor de El Quijote: “La poesía es el antídoto contra la soledad y la pasividad frente a las dificultades que aparecen en estos tiempos de crisis”, asegura el poeta Pablo García Baena, premio Príncipe de Asturias en el 84 y premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2008. El ganador del Premio Cervantes en 2006, Antonio Gamoneda relaciona la historia de la poesía española con el sufrimiento: “La poesía no es una salvación pero lo parece, en el sentido de que aunque no pueda modificar las circunstancias objetivas de ese sufrimiento, de esa situación, la subjetividad del poeta y del lector puede crear una liberación o un consuelo al colocarlo en el orden de la experiencia poética”. Y es que la poesía entiende de sentimientos, entiende de momentos y tiene las claves para desvelar incógnitas de nuestro tiempo a través de la belleza del manejo de las palabras y de hacer emerger sentimientos.
Con este propósito las poetas Blanca Andreu y Raquel Lanseros han puesto en marcha ‘Cruce de poesías’, un ciclo que comienza mañana en la Fundación Mapfre y que durará hasta el 19 de abril. Dos poetas cada día. Cinco parejas de autores líricos que representan todas las generaciones y registros que tiene nuestra poesía de hoy. “Hemos intentado incidir en la contraposición de la poesía mediterránea frente a la anglosajona. La nuestra es más luminosa, más imaginativa, más apasionada en cualquier ámbito”, explica Andreu. “Pretendemos que las parejas de poetas sean de lo más impactante. Juan Carlos Mestre y Sebastián Mondéjar recitan ambos con percusión. Francisco Brines (premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana en 2010) y Vicente Gallego (Premio Loewe de Poesía en 2002) son dos grandes de la poesía que sin duda abrirán el ‘Cruce de poesías’ como un concierto para dos violines”. Las lecturas duran entre 20 y 30 minutos, y a continuación se llevará a cabo un coloquio con el público.
El papel social que juegan los poetas hoy, en una época convulsa y de desconcierto, puede ayudar a encarar los nuevos tiempos. El poeta Jesús Aguado afirma que la poesía tiene mucho que decir en tiempos de crisis: “Son épocas en que perdemos la noción de lo que somos, para qué estamos aquí… Todas estas preguntas las responde, de manera indirecta pero eficaz, la poesía, que tiene la habilidad de responder a cuestiones que no se han formulado o que no se han sabido plantear. Se adelanta de alguna manera a las preguntas, y es ese carácter antiguo lo que aporta el poeta, que de algún modo se comporta como profeta”. García Baena coincide con Aguado en la importancia de la poesía a la hora de hacer despertar la inquietud de sus lectores: “En todo momento la poesía hace preguntas al lector y debe ser él el que responda ante el problema que le plantea el poeta. Es como una conversación de pensamientos”.
“Desde que estalló la crisis estamos todos sometidos al mismo discurso repetitivo, al mismo mensaje, a las mismas palabras”, dice la poeta y filósofa Nuria Barrios. “Estos ciclos dedicados a la poesía permiten dar paso a un lenguaje distinto donde las palabras no pretenden crear la realidad, sino facturarla, expresarla. Por eso son vitales en un momento como este. La palabra poética apresa la realidad, plantea preguntas y aporta descubrimiento. Pero sobre todo proporciona mucho placer” añade. Pablo García Baena asegura que en momentos de soledad, la poesía es un buen remedio: “Si escoges un buen poeta puede ser tu compañero en una tarde triste. Es una especie de antídoto contra el suicidio”.
el dispensador dice:
flotan venenos en el aire,
salen a bocanadas de palabras,
todos los vacíos de las almas,
se traducen en frases impensadas,
a veces hieren por estocadas,
otras tantas por razones cansadas,
las gentes se ven ausentes de calmas,
tampoco saben que la paz se lleva en sus espaldas,
y saliendo a la vida estupefactas,
hacen del escudo frazada,
ya nadie recuerda la gracia,
todo suena a sentimientos de emboscadas...
supo el trovador ver las frentes,
de espectadores insistentes,
los relatos eran frecuentes,
en poblados vacíos de gentes,
hoy los poblados desbordan,
pero en las personas no hay mentes,
sus corazones han huido espantados,
dejando libradas las suertes,
no hay poesía en el hombre,
sólo se oyen palabras de muerte...
se producen huecos dementes,
en los mensajes que no son puentes,
se desprecia al contiguo de enfrente,
no se miran a los ojos las gentes,
se han vaciado de sentidos siguientes,
y hasta hay carencia de remanentes,
los filos se enfrentan calientes,
en batallas donde rechinan los dientes,
si no se tiene en cuenta el afecto y sus lentes,
se quiebran los destellos presentes,
y ello destruye los ángulos del prisma iridiscente...
¿se han vaciado las palabras?,
¿se han perdido los sentidos?,
¿transita el mundo una renovada y perversa Babel?,
los seres humanos se hallan cautivos,
de raros discursos vacíos,
se promete lo que será incumplido,
se quitarán pelusas de ombligos,
son más los que no guardan abrigo,
que aquellos que cierran postigos,
se han cambiado los cursos de ríos,
a nadie le importa el futuro sombrío...
y así como así el humano ha perdido,
su condición de ética, razón y valor,
muchos se llenan la boca con Dios,
pero hacen del prójimo un destino atroz,
el humanismo se ha tornado en vapor,
algo que no precipita ni con calor,
y todo se ha vuelto espurio,
cada verso conlleva un lado oscuro,
ya no hay mañanas ni tardes ansiosas,
se han tergiversado los valores de las cosas...
indudablemente evidente,
es necesario un nuevo antídoto para las gentes,
los venenos suelen ser renuentes,
a entender las razones presentes,
todos aquellos que son hirientes,
se escabullen entre ausencias corrientes,
disimulan ser humildes silentes,
mientras los muchos sólo padecen,
tal vez la poesía sea aporte caliente,
para ir curando heridas tangentes,
pero más allá seguramente,
sólo la oración salvará a los pacientes...
coloca el sello sobre tu frente,
esta vez no habrá corderos para señalar lo frecuente,
si el ángel aparece en lo urgente,
si la consciencia es voz de los ausentes,
ya no habrá ojos ni mentes,
que aporten oportunidades presentes,
cuando el mañana se diluye evidente,
nada queda en la mano de lo que es burlesque,
seguir la senda es consejo sapiente,
la huella descubre la sombra siguiente.
Abril 10, 2012.-
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