Letras que se desvanecen - 04.04.2012 - lanacion.com
Libros en agenda
Letras que se desvanecen
Me invitaron a participar de una experiencia inquietante. La publicación de un libro con fecha de vencimiento. ¿Un libro que se pudre? No, es más del orden de la metamorfosis. Al cabo de un tiempo, las letras se esfuman y retorna la página en blanco. El libro sólo puede quedar impreso en la memoria del lector. Requiere de una lectura apasionada que le gane a la evanescencia. Viene en bolsita blanca (para evitar sospechas de otra índole), envasado al vacío. Una vez abierto, con la luz, el oxígeno y otros factores del medio ambiente, comienza el proceso de evaporización de la escritura. El color de la letra, fucsia oscuro al principio, con los días se torna rosáceo tenue, hasta volver al blanco inicial. El valor de compra es simbólico, dos pesos. Es el precio del deseo (también de orden simbólico), dado que la compra conlleva una urgencia: se lo lee o se lo pierde. En la venta está implícita la apertura de la bolsita, no es posible comprarlo como un objeto "de conservación"; hay una suerte de instrucción al vendedor -como un happening de la venta- para que entregue el ejemplar ya abierto, de tal modo que con la adquisición del libro comience el reloj biológico de su lectura.
Se preguntarán de qué libro se trata. No importa. En esta primera experiencia, lo perecedero no es el contenido (como suele ocurrir en un elevado porcentaje de publicaciones?) sino su formato. Por eso lleva un título que anuncia la fórmula descripta: E libr qu no p ede esper r . Faltan algunas letras, como si el proceso de desaparición ya hubiera comenzado, por el mero hecho de haber recalado en él. Y se advierte en la tapa: "Atención: el contenido de este libro desaparecerá en aproximadamente dos meses".
La propuesta toma al libro como objeto para realizar una lectura crítica y a la vez lúdica de la industria editorial y el mundo de las letras. Alerta sobre las nuevas tecnologías y, a su vez, es una apuesta al texto. A su trascendencia por fuera del consumo. A lo que queda en uno, sin necesariamente convertirse en desecho. Como los castillos de arena, edificados en la memoria del mar.
La propuesta proviene de la agencia Draftfcb en Buenos Aires. Y se agrega a esta experiencia otro gesto inédito: no responde a ningún pedido de cliente. Según cuenta el director, Javier Campopiano, surgió de la pasión por la literatura de algunos creativos de la agencia, como suerte de performance del mercado del libro. Se sumó a la apuesta la editorial Eterna Cadencia, al ofrecer un libro de cuentos de la nueva narrativa latinoamericana (ya editado -o sea, de perduración habitual- en 2009) con selección y prólogo del peruano Diego Trelles Paz, para realizar esta experiencia. Previamente, se les consultó y advirtió a los autores incluidos en la compilación sobre la perentoriedad de esta edición, y la respuesta fue de unánime vértigo: sí, queremos. El título original del libro simpatiza con el gesto: El futuro no es nuestro .
© La Nacion.el dispensador dice: la quema de libros, la quema de bibliotecas, han sido actos donde el poder ha intentado demostrar a las sociedades humanas que puede imponer su voluntad y manipular sus voluntarismos... la historia enseña una y otra vez iniciativas tendientes a demostrar que el poder puede más que la cultura, más que las tradiciones, más que los equilibrios, más que cualquier sentido de "tribu"... la barbarie no tiene derecha ni tampoco izquierda... antes bien es una actitud humana que revela el lado más oscuro de un hombre que desprendiéndose de su humanismo, se convierte en un monstruo sin cabeza, un monstruo que no se deja llevar por el instinto, antes bien se deja llevar por su vanidad. Nuevamente, las muestras son muchas, y no sólo en el ámbito de la literatura novelada, siempre fundada en hechos reales, prolijamente deformados para que nadie se sienta demasiado involucrado. Me he preguntado más de una vez, qué ocurrirá con todos los documentos electrónicos cuando se modifique el ángulo polar de la Tierra (que ya ocurrió en varias ocasiones) y la humanidad se quede sin memoria... siento que estamos cerca... y al mismo tiempo, recordando a Julio Verne en su exhaustiva descripción del ETERNO ADÁN, entiendo que la humanidad está condenada a recomenzar una y otra vez... a construir memoria a partir de un extraño cero que se produce por saturación de soberbias y por desborde de desprecios... en dicho punto, la piedra vuelve a ser tal y la naturaleza recupera sus espacios, dejando en claro que el verbo causal de Dios tiene vida por sí mismo y no necesita del hombre, no necesita del hombre para que la Tierra se mueva, no necesita del hombre para tener un cielo, no necesita del hombre para guardar un orden, no necesita del hombre para cultivar un caos armónico, no necesita del hombre para sostener un mundo de las ideas afines a espíritus expectantes de acudir al destino de sus tiempos... pero, desde luego, el hombre no es consciente que nace de madre y se debe a ella, antes bien asume que el futuro se compra al igual que la vida. Del mismo modo, el hombre no es consciente y al mismo tiempo es bien renuente a aceptar la presencia y la vigencia del "mundo de las ideas", una biblioteca invisible que tiene todo a la mano de quién lo quiera tomar, según la gracia que lo ha traído a la Tierra (vida) y el don que contendrá para transitar su destino estampado en un libro que nadie ha visto, pero que existe más allá de los empecinamientos de un hombre soberbio por excelencia. El universo invisible es mucho más angular que el visible por los ojos de un hombre que apenas si detecta el uno por ciento de aquello que lo rodea... lo cual condiciona su concepto de "futuro"... dejando en evidencia que el mismo (futuro) no existe más allá de la concepción del ser humano... hoy tienes tu día, se te ha concedido un tiempo, no más que eso... mañana aún no llega y por ende el destino se torna incierto. En tal sentido, sintonizando, no pocos son los libros magistrales que permanecen desconocidos en bibliotecas sobrevivientes a una barbarie... muchos de ellos en lugares impensados... Ucrania, India, Nepal, China, y más allá y más acá de las ortodoxias... algo semejante a un Santo Grial de las letras, donde beber de las ideas, nutre las almas, enriquece a los espíritus, pero pudiendo también acrecentar el lado oscuro de cada quién, haciéndole creer que es más que su prójimo y que guarda mayores derechos a los del resto de sus contemporáneos. Sin necesidad de los artilugios de las tecnologías presentes, muchas páginas de libros intensos se desdibujan ante la ausencia de atenciones... cada cual vive su propia novela y no es consciente que la escribe segundo tras segundo mientras transita su destino... tampoco es consciente que alguien la lee mientras él escribe... tampoco es consciente que alguien observa el curso del destino individual mientras éste ocurre... mucho menos es consciente que aquello que se ha desenrollado a lo largo de la vida, se enrollará en un destello al final de la misma, mostrando todo aquello que nada ni nadie puede borrar de cara a la eternidad que nos inscribe. De allí que ningún futuro sea nuestro, apenas la ilusión de tener uno y la esperanza de poder andarlo... lo demás, no son más que letras. Abril 04, 2012.-
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