jueves, 25 de febrero de 2016

ALONDRA ▲ Memoria de ciudad [04] >> Y… ¿dónde queda el Sáhara? >> Blogs EL PAÍS

Memoria de ciudad [04] >> Y… ¿dónde queda el Sáhara? >> Blogs EL PAÍS



Intentar mostrar la riqueza de la cultura saharaui. Ese es el objetivo de este espacio. Una cultura nacida de la narración oral, de los bellos paisajes del desierto, de las vidas nómadas y el apego a la tierra, de su origen árabe, bereber y musulmán, de sus costumbres únicas y de la relación con España que se remonta a más de un siglo. Una cultura vitalista, condicionada por una historia en pelea por la supervivencia desde 1975. Coordina Sukeina Aali Taleb

1000 VOCES PARA UN POEMA

Lapices
En el Sahara, desde hace mucho tiempo, hay grandes poetas que lanzan al mundo un par de versos con la intención de que otro gran poeta los continúe. Hasta que no aparece alguien a la altura de la calidad de los primeros versos, el poema queda incompleto. Y así, poco a poco, se va construyendo un poema con muchas voces. De manera paradójica, comenzamos con una Despedida, el título del poema que inaugura la sección de la mano del poeta Larosi Haidar. Dice así…

Cuán dulce es amar
y sentirse a la vez amado
pero amargo es el dejar
a quien tanto se ha esperado.

¡Poetas! os animamos a participar y así completar, esperamos, un gran poema coral.


SOBRE LOS AUTORES

Sukina Aali-TalebHija del exilio, Sukina Aali-Taleb nació en Madrid por casualidad, de padre saharaui y madre gallega. Es miembro del grupo de escritores La Generación de la Amistad Saharaui y coautora del libro "La primavera saharaui, los escritores saharauis con Gdeim Izik", tras los acontecimientos de El Aaiún, en 2010. Periodista y profesora de Lengua Castellana y Literatura en institutos públicos de Madrid. Como no puede ser de otra manera, apoya al Frente POLISARIO en proyectos de ayuda a su pueblo, refugiado y abandonado a su suerte en Tinduf (Argelia), desde hace cuatro décadas.
Roberto MajánRoberto Maján, ilustrador. Le gusta decir que fue el último humano nacido en su pueblo; piensa que eso lo hace especial. Y que su abuela se empeñó en llamarle Roberto en memoria de Robert Kennedy asesinado cuatro días antes. En la época en que nació y se bautizó, el Sahara era español, en el mal sentido de la palabra. El lo sabía por las cartas que recibía de su tío Ramón, destinado allí en su servicio militar. Los sellos que las franqueaban prefiguraron el universo imaginario que tratará de recrear en las imágenes de este blog.
Bahia Mahmud AwahBahia Mahmud Awah. Escritor, poeta y profesor honorario de Antropología Social en la Universidad Autónoma de Madrid, natural de la República del Sahara Occidental. Nacido en los sesenta en la región sur del Sahara, Tiris, la patria del verso y los eruditos. Cursó estudios superiores entre La Habana y Madrid, donde reside. Pertenece al grupo de Escritores Saharauis en lengua castellana.
Willy VeletaWilly Veleta. Willy Veleta consiguió su licenciatura de periodismo de una universidad estadounidense (ahí queda eso) y ha trabajado en todos los canales privados de TV en España… de los que huyó cuando se dio cuenta de que querían becarios guapos. Ahora es profesor de periodismo en inglés y prepara su tercer libro, una novela sobre los medios.
Liman BoichaLiman Boicha. Se licenció en Periodismo en la Universidad de Oriente en Cuba. Después de una larga ausencia regresó a los campamentos de refugiados saharauis y durante cuatro años trabajó en la Radio Nacional Saharaui. Actualmente reside en Madrid. Ha publicado Los versos de la madera y ha participado en varias antologías de poesía saharaui: Añoranza, Um Draiga, Aaiún, gritando lo que se siente, entre otras. Forma parte del grupo poético Generación de la Amistad Saharaui y es miembro de la Asociación de Escritores por el Sahara-Bubisher.
Larosi HaidarLarosi Haidar. Tras el alto el fuego, se instaló en Granada, donde se licenció y doctoró en Traducción e Interpretación. Actualmente es profesor de esta misma disciplina en la Universidad de Granada y ha publicado varios trabajos relacionados con la cultura saharaui. También ha participado en varias antologías de poesía saharaui.




Memoria de ciudad [04]

Por:  19 de febrero de 2016
Memoria_de_ciudad_Lavapies
Ilustración de Roberto Maján
LAVAPIÉS, MADRID, CIUDAD DE MI EXILIO - Bahia Mahmud Awah
Lo cierto es que esta frase no es mía: “La historia se repite” y si lo fuera, ¡cómo me sentiría! Pero hará un cuarto de siglo que dejé en mi tierra una armónica convivencia entre dos religiones y varias civilizaciones, musulmanes, cristianos, africanos, orientales, occidentales… Este recuerdo vuelve a mi memoria cada vez que tomo la línea 1, metro azul, y la 3, metro amarillo, y bajo a ese barrio de Lavapiés anclado en el corazón de Madrid. Emigrantes árabes, europeos, orientales, latinoamericanos, componen que alimenta la vida de estas calles con sus diferentes lenguas y ropas, sus comercios, restaurantes, comida turca, senegalesa o libanesa, carnicerías con mercancía sacrificada según las creencias musulmanas, los puestos de los africanos con sus collares y abalorios de preciosas piedras, figuritas talladas que representan sus milenarias culturas, ropa de infinitos colores y, adaptados al nuevo siglo, se prodigan locutorios que facilitan el contacto con sus raíces en los diferentes continentes.


Cada vez que transito por la calle Ave María, la más fluida del barrio, recupero un lejano pasado, cuando por los años 70, en mi infancia, caminaba por las calles de Villa Cisneros, o Auserd. Allí no distinguíamos entre la palabra extranjero y saharaui. Senegaleses, mauritanos, malineses y españoles de diferentes regiones hacían su vida con total tolerancia y sin hacer diferencias entre todas esas culturas.
Y ahora, cuando escucho palabras como inmigrante, ley de extranjería, sudaca, moro, invasión, o hasta el extremo de llegar a hablar de “reconquista”, yo me pregunto por qué no se quiere entender que la gente desea convivir sin hacer diferencias raciales y que el Tercer Mundo, azotado por las crisis económicas, políticas y el subdesarrollo creado por las grandes potencias ha sido el catalizador de esta enorme masa de seres humanos que buscan hacer una mejor vida y ayudar al desarrollo de sus pueblos. Mucho me irrita la palabra extranjero, tan usada aquí para nombrar lo que para nosotros es huésped.
Yo no puedo olvidar que España fue un país de inmigrantes por razones de guerra, de pobreza y de problemas políticos. Espero que sepan mirar hacia atrás y recuerden este pasado. Ese pretérito lo es hoy África, América Latina y otros países de la misma Europa. La historia y el progreso de los grandes les condena a mirarnos a nosotros los pobres y a entender que nuestro futuro es común, el de los pobres y el de los ricos.
Me siento ciudadano del mundo, no concibo fronteras, ojalá existiera una ley universal que nos concediera un pasaporte común y sin visa. Tengo un sueño que me gustaría que fuera igual para todos, me encuentro en Bombay, Damasco, El Aaiun, Nueva York, París, Londres, Sidney, Tombuctú o este mismo barrio de Lavapiés, y nadie mira de reojo, con ese gesto de “no es de los nuestros”, por el color, blanco, negro o mestizo, o la forma de hablar, de vestir o de rezar. Somos ocupantes de un arca a la que amenaza mal tiempo, o aunamos nuestros esfuerzos o nos hundiremos todos juntos.
Y aquí me encuentro, haciendo esta pequeña reflexión un domingo por la mañana sentado en la Taberna La Inquilina, en plena calle Ave María de este barrio de Lavapiés en medio de carteles de músicas del mundo. Me miran músicos gallegos, gitanos, franceses, argelinos, ingleses, estadounidenses, andaluces e incluso de Cabo Verde y sentado a mi lado tengo un grupo diverso de personas, diferentes tonos de piel y diferentes acentos. Todos estamos aquí, algunos a miles de kilómetros de nuestra tierra, pero por alguna extraña casualidad, aquí nos encontramos, en Lavapiés, deseando que no nos hagan sentir extranjeros.

el dispensador dice:
puede que se borren tus huellas,
pero no se borrarán tus palabras,
como tampoco lo harán tus hechos...

puede que se olvide tu sombra,
pero ella podrá ser tu alfombra,
cuando regreses a respirar tu gracia,
para atravesar tu don... según los designios de la alondra.
FEBRERO 25, 2016.-

el desierto sólo existe en el alma de quien lo transita... 
si no hay arenas en tu espíritu,
tampoco las habrá donde pisas.

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