domingo, 23 de octubre de 2016

CAMINO DE REGRESO 34


Carmen Conde Molins Sedemiuqse

el dispensador dice: me preguntas que ¿dónde has estado?... y la verdad es que no lo sé... ando, soy, estoy... me voy de viaje a los lugares que amo, sin moverme, porque tal ya te lo he dicho, he aprendido a desprenderme... dejar el cuerpo atrás así como viviendo... respirando... para irme con mi alma a aquellos parajes donde se siente bien mi consciencia y también mi sentimiento... que ¿de quién son las pinturas de este tramo?, pues de mi hermana española, esa misma que nadie sabe que tengo, pero a quien amo profundamente porque no nos enlaza la vida, sino la extranjería de la razón cósmica que para los humanos reside en algo que está más allá de la muerte... no sólo me gustan sus pinturas, también lo que ella misma escribe describiendo sentimientos que la hacen bien diferente... recuerda que te he dicho ya no pocas veces, que la Tierra está lleno de humanos que no son tales, que han ocupado cuerpos que tienen la forma humana a tus ojos, pero que en realidad no lo son ni siquiera por afinidad ni tampoco por empatía... y que ¿dónde se siente bien mi alma?, pues mira, los lugares son variados... a veces voy a Europa la vieja que es la que más me sintoniza, pero ello se debe a mi paso por allá en otros tiempos y otras prisas... a veces hasta yo mismo me doy risa, viejo, panzón, medio pelado, con papada y vestido con lo que me da la gana, lo que nunca es apropiado para andar entre las gentes de bata blanca, pero ya he dejado los hospitales y sus acuciantes realidades, ahora me dedico a ayudar a otros médicos que vienen comenzando, que están despertando a una realidad que los consume, que están atrapados entre lo que no figura en los libros y todo aquello que nadie te cuenta del poder devorándose las razones y los razonamientos de los otros... sí, hubo tiempo en que fui docente, de los titulares que dicen por estos lares, como si los demás fueran suplementes, pero como sabes no me creo eso que te venden, así es que dependo de mi mismo y en algo, también de la suerte... ahora recorro horas de oncología y enfermedades raras, por aquello que dicen que soy y/o fui especialista en el metabolismo de los azúcares, porque ello me ha ayudado a alejarme de la sangre y la cirugía que me pesan desde siempre, porque lo que corre por las venas... fijate que no siempre coincide con los sentidos de la consciencia... bueno, es que tal como te lo decía suelo viajar en secreto a las comarcas de mi España bien amada... a veces me ayuda eso de ser invisible... a veces me ayuda eso de hacerme visible para poder saludar a otros que se ven sorprendidos al reconocerme... o simplemente me esfumo sin dejar rastro, porque supe ser mensajero y debo decirte que hasta en alguna oportunidad fui degollado... hay mucha maldad en este mundo de los humanos... se dicen inteligentes, pero usan al prójimo tanto como al despojado, todo en nombre de Dios y de un ángel desmañado, y como si eso no alcanzara, pueden usarte en nombre de la Virgen María o de algún santo de ocasión, siempre después de misa, porque eso les habilita a exhibir todo el poder de las segundas intenciones, de los cinismos, de las hipocresías, y todo eso que hace a la conducta humana, siempre miserable, siempre mezquina, para luego santiguarse e invocar a Dios, para asegurarse que está de su parte...

Carmen Conde Molins Sedemiuqse

¿que si le he pedido permiso para reproducir sus pinturas?, ¿a mi hermana la española?, pues no hombre!, se pide permiso cuando uno no es de la casa, pero como ambos somos viajeros del espacio sin tiempo, viajeros de la luz y mensajeros cósmicos de las dimensiones contiguas, algunas paralelas y otras sin forma, nos ha traído la misma nave... y lo demás no puedo contártelo porque al humano le gusta que queden cosas pendientes que le permitan salir a hurgar la suerte ajena... además, venimos del mismo lugar, así es que tenemos las mismas mañas... contemplamos el cielo para recargar nuestras almas... ella escribe y pinta... yo escribo pero no pinto... y no lo hago eso de pintar porque pasaría vergüenza de la fiera, ya que sigo dibujando como cuando estaba en la primaria, y eso fue hace tanto que ya no me acuerdo ni quién era... siguiendo con eso de los viajes astrales y los otros terrenales, ya te dije que suelo desprenderme para visitar la Europa antigua... España, algo de Francia, no poco de Alemania, un poco de la Gran Bretaña... y por que no allende los Urales... alguien supo decirme que había estado allí para la Segunda Guerra Mundial, pero que fui derribado por los aliados... y que resucité casi inmediatamente al fin de la guerra... pero no sé cómo es que vine a parar a la Argentina, será porque había muchos alemanes que terminaron radicados aquí... más aún, uno de ellos supo decirme que veníamos de la misma villa... cercana a Innsbruck... pero eso pertenece a otra vida y a otra historia, y aunque forme parte del mismo karma, ya no guarda importancia... la cuestión es que me desprendo y también me voy al Asia, pero mucho más al Sahara... ya que tengo lugares donde mi PAZ se prende a las arenas y a las rocas negras, meteóricas todas ellas... ¿qué puedo decirte?, la locura me raya pero no me cuadra, y es por eso que identifico a las personas por sus auras... aunque justo es reconocer que a veces la magia no te alcanza, y que todo sale mal, porque algo te impide modificar lo escrito con forma de destino, en especial cuando el espíritu es portador de mentiras y alabanzas, que son utilizadas como escudo para que nadie les detecte las lanzas... así es que llevo no pocas heridas y ninguna batalla ganada, me he acostumbrado a perder entre espadas y estocadas, y tengo la suerte de poder cicatrizarme mediante la luz y este velero que utilizo para viajar en mi voluntad dibujada...

Carmen Conde Molins Sedemiuqse

suelo preguntarme por qué hay tanta maldad en la esencia humana... pero no encuentro respuestas a tanto desprecio y a la mucho mayor intolerancia... eso mismo lo he conversado con mi hermana, pero ello pinta, escribe y no me responde absolutamente nada... me dice que debo interpretar su pincelada, y por eso, hablando de trazos, expongo sus pinturas entre noches y ensaimadas, porque tal te lo he contado, he sido educado por árabes de pura cepa del Líbano recién creado, esos que supieron adoptarme al saberme huérfano de madre y de vidas pasadas... árabes formados en la Francia... que sabían de la península mucho más de lo que se reconoce en la propia España, porque eran navegantes y sabían de puertos tanto como de sogas amarradas, reconociendo los muelles por las ausencias que evocan a las distancias... hoy, de todo aquello no me queda nada, ni los Cheade, ni los Chamoún, ni los otros que ya ni recuerdo cómo se llamaban, pero me han aparecido hijos de la vida como los Jozami, y entre ellos la Paula, y ni te cuento el vínculo con los Aquim y la Krasiah Al Awad... por lo que ves, no me privo de nada... aunque 
convivo con lo puesto ya que lo demás me lo quitaron mientras dormía en mi inocencia y sin espalda... no, no te equivoques, no tengo alas... no presumo ni de mis saberes ni de mis vidas pasadas, pero sí puedo asegurarte que soy mucho más que la memoria de mi karma...

Carmen Conde Molins Sedemiuqse

esto me ha enseñado a no quedar atrapado por mis circunstancias... donde no percibo con mi piel la latencia de amor genuino, simplemente dejo atrás el pasado y me libero de las ataduras que pretenden imponer los cinismos de esta raza... ¿qué querés que te diga?... no tengo techo ni tampoco casa... ando con lo puesto y consciente de mi alma... porque observando las auras, aprendes a descubrir la intención de aquel que te abraza... tengo tercer ojo... y también cuarto... pero no me alcanzan... los humanos tienen vueltas que te sorprenden siempre dándoles la espalda, y cuando te das cuenta la culpa es tuya, y de ellos tu esperanza... por eso me muestro con harapos y remiendos que me tapan la cara, eso que crees ver... no es otra cosa que un tiempo que se desgrana. OCTUBRE 23, 2016.-

gracias Carmen Conde Molins por devolverme el color de las mañanas... no sé qué sería de mí si no fuese por tus pinturas en mi alma.

Carmen Conde Molins Sedemiuqse

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