viernes, 10 de marzo de 2017

EL DÍA QUE LA TIERRA SE DETUVO || [Henciclo] interruptor - Pantalla y deslocalización - la columna de H enciclopedia

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interruptor_Pantalla y deslocalización



LA VIDA EN NINGUNA PARTE

Pantalla y deslocalización

Carlos Rehermann



Proliferación de las imágenes



La repetición obsesiva  de variantes de la afirmación “vivimos en una civilización de la imagen” ha tenido bastante éxito desde que comenzó a propalarse, es casi seguro, en los años 1960, la era de los mass media.

Pero la  cultura de la imagen no nació con los mass media. En realidad hay que retroceder hasta la Edad Media, cuando el organismo feudal más ubicuo, la Iglesia de Roma, imponía una historia y la difundía a través de lo que hoy nombraríamos historietas. La hoy llamada Biblia pauperum era un libro religioso en cuyas páginas se contaban historias religiosas con imágenes con pies escritos en lengua vernácula (y no en latín, como se publicaban las biblias). También las iglesias de entonces estaban atiborradas de imágenes. Cuando, hasta el románico, las paredes ocupaban más espacio que las ventanas, los frescos contaban historias sagradas. Luego, cuando el gótico hizo desaparecer los muros, las imágenes se volvieron literalmente luminosas, aplicadas a los cristales coloridos de las ventanas.
Las imágenes tenían su lugar: las iglesias y los libros. Con el nacimiento del capitalismo las imágenes, en forma de cuadros, se metieron en las casas burguesas, y comenzó entonces un proceso de deslocalización que hoy llega a un clímax. La primera etapa de la deslocalización fue la proliferación. Esa proliferación se multiplicó a través de  la copia y luego se potenció con la reproducción mecánica.
Quizá el último lugar de las imágenes, el último sitio concreto que uno podría citar como hogar de las imágenes fue la caja de zapatos que probablemente hasta hoy se conserva en muchas casas. Las familias proletarias guardaban su memoria familiar en cajas de cartón. La gente fina, claro, compraba álbumes que solían reservarse para colecciones temáticas: nacimiento y bautismo, primera comunión, bar mizvah, quince, casamiento. Una memoria encuadernada de acontecimientos memorables.

Deslocalización de las imágenes
Una familia quizá tenía algunos centenares de fotos, muchas de ellas tomadas por fotógrafos profesionales. Antes de la fotografía digital era común que los padres se sentaran con sus hijos a mirar las fotos familiares, ocasiones ideales para mostrar la rama de cada uno en el árbol genealógico. La muerte se hacía presente con naturalidad en esas fotos, en forma del spectrum, ese estar todavía ahí y al mismo tiempo haber partido, que definió Barthes en su libro tal vez más perfecto, La chambre claire. Las fotografías familiares, como las ilustraciones bíblicas o de las iglesias, eran herramientas para la narración de una historia.

¿Alguien se reúne con sus hijos, hoy, a mirar las quince mil fotos digitales que tiene repartidas en nubes, Boxes, Drives y notebooks? La proliferación infectó la esfera privada e hizo perfecta la deslocalización. El desorden inevitable impide que un árbol genealógico se condense en la miríada de repeticiones de acontecimientos de una suprema banalidad. El precio nulo de la toma conspira contra el momento: todo es ocasión para una foto, que es idéntico a decir que nada es ocasión para una foto. Nada es memorable; el instrumento de la memoria es una tonta imagen borrosa y mal encuadrada.

Las imágenes perdieron lugar y simultáneamente se convirtieron en destellos eléctricos insustanciales, tanto en sentido estricto como figurado: son banales, no significan nada, no tiene sustancia, no están en ningún lugar. Las imágenes mismas, y ya no meramente el sujeto fotografiado, son verdaderos espectros, en el sentido de Barthes y más allá. Las imágenes son inmateriales, y así como no se pueden destruir físicamente, no se pueden aprehender como las viejas figuras sostenidas en un bastidor, en un vidrio de ventana, en una pared, en un cartón gelatinado.

Como somos seres portadores de cuerpos, nuestro sentido de posesión y de pertenencia requiere  imágenes y sensaciones corporales para construirse: mis fotos son mis fotos mientras puedan guardarse en mi caja de zapatos. Mi One Drive o mi Box no es más que un fantasma que, como buen fantasma, lo que mejor sabe es provocar miedo: ¿quién me asegura que todas esas fotos no han de perderse? La ectoplásmica existencia de las imágenes de mi vida está en peligro y puede desaparecer para siempre, por ejemplo si se produce un cambio súbito en el NASDAQ (la fantasma nodriza) y la empresa de mi Drive desaparece.
Para que una foto exista plenamente debe cumplir con dos requisitos: remitir icónicamente a un referente (aquello que estaba delante de la lente de la cámara cuando se accionó el obturador) y existir en un lugar en el mundo. De lo contrario tiene la misma consistencia que  una imagen retiniana: dura lo que dura la luz y la memoria; en cuanto dejo de verla deja de existir. En cambio, mis fotos están siempre allí, en la caja de zapatos en el ropero, incluso si yo no las veo.



Subjetividad irreal
La deslocalización se completa, es decir, cierra un circuito de irrealidad, porque el modo preferencial de ver las imágenes se realiza a través de una pantalla. Las imágenes proliferan en pantallas que tienen un fulgor efímero, complementario del proceso neuroquímico que se produce en la retina cuando un fotón excita los conos y los bastones, que son las células fotosensibles de la retina. La pantalla funciona eléctricamente para reproducir a la inversa el funcionamiento de la retina: trasmite imágenes mediante la síntesis aditiva de puntos verdes, rojos y azules, del mismo modo como los conos verdes, rojos y azules de la retina producen imágenes mentales en combinación con las respuestas monocromáticas de los bastones. La pantalla es una copia de la retina. La duración de las imágenes en nuestra memoria no es mayor que la imagen persistente que nos suministra la retina: unos pocos segundos posteriores a la exposición a la luz.

La pantalla que produce una síntesis aditiva crea la ilusión de estar presenciando la percepción directa de otro, al contrario de lo que ocurre con las impresiones en cuatro tintas que emplean una síntesis sustractiva. Mirar una pantalla es como tener dos retinas: una, la nuestra, que se convierte en reproducción de la pantalla, estructuralmente idéntica, pero en lugar de ser receptora es emisora.
En cierta medida, todas las fotografías que vemos a través de una pantalla luminiscente son falsificaciones de una retina. Cuando miramos una foto hacemos lo mismo que John Cusack cuando se deslizaba dentro de la cabeza de John Malkovich, en la película de Spike Jonze Being John Malkovich. La fascinación de usurpar el cerebro de otros viene acompañada con la ilusión de ocupar otro punto de vista.

La idea de ocupar puntos de vista ajenos, estrictamente perceptuales tuvo cierto desarrollo mientras las fotos se mantuvieron en un lugar en el mundo: una caja de zapatos, o un cine, en el caso de las imágenes en movimiento (en ambos casos, sin embargo, con la amortiguación de relieve psíquico que impone la síntesis sustractiva, que permite, y hasta obliga, a un mayor espacio para la reflexión acerca del acto de percibir). Pero la deslocalización actual solo permite que ocupemos un lugar-otro, sin lugar. Extraídos de nosotros, caemos, no dentro de un Malkovich, sino, como quienes salían de su cabeza en la película, en el borde nocturno, desalmado y peligroso de una autopista anónima.
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el dispensador dice: a alguien se le ocurrió que era bueno universalizar la memoria por fuera de los cerebros humanos, y aquella excelentísima biblioteca de Alejandría, prolijamente quemada por fanatismos cristianos, se vio copiada (emulada) y contenida en memorias miniaturalizadas al extremo... tan bueno resultó el experimento que el ser humano se preguntó a sí mismo: ¿para qué pensar?, si todo está allí al alcance de la voluntad de "cortar" y "pegar", y luego apropiarse de la biblioteca de la nube, colocándole el propio nombre... ¿total?, es tanta la abundancia de información, que el cálculo de probabilidades indica que es muy improbable que otro se tome el trabajo de buscar hasta encontrar lo opuesto... entonces la civilización humana dio por bueno eso de "no pensar"... y evitó hacerlo, antes que otro se diera cuenta...

sucedió algo parecido con las matemáticas simples y también con las muy complejas, muerta la regla de cálculo, y antes de ella, asesinado el ábaco, alguien vio que era bueno apretar teclas y obtener resultados de suma, resta, multiplicación, división, álgebra, cuántica, y lo que se te ocurra... y vio que era tan bueno que se ahorraba tiempo y dicho tiempo podía ser utilizado en no hacer nada (útil)... y viendo que era tan extraordinario, apretó teclas sin atender a los desvíos de las variables... y los sesgos no fueron importantes... pero a nadie le importó, porque la memoria del número ya estaba por fuera del razonamiento humano, y todos parecían felices de saber que las fórmulas estaban guardadas en alguna parte de una nube invisible... nadie vio que Hipatia y otros genios matemáticos de la escuela Ptolomeica, intentaban avisar a los "vivos" que eso era peligroso y que, además, iba a terminar muy mal... Hipatia tenía vergüenza ajena, y los demás, también...

para no ser menos, algo semejante sucedía con las lenguas vivas y con algunas de las ya muertas... el secreto estaba en cortar y pegar... ¿gramática?, ¿qué es eso?... ¿ortografía?, ¿qué es eso?... ¿sintaxis?, ¿para qué sirve?... ¿verbos?, ¿qué verbos?, y cada quien en su ignorancia se arrogó el derecho de interpretarse como propio verbo,  ya que se entendía que todo lo necesario está en la nube... entras, copias, cortas y pegas... felicidad absoluta, ¿para qué pensar?, todo está allí en la nube, esa invisible que nadie sabe dónde está... pero que larga lo que le pides...

sí, hay reservas de memoria y memoria de las reservas y todo está a resguardo de la hecatombe, siempre que no se corte la luz o siempre que no se fundan las baterías... qué felicidad esto de no pensar!... alguien ya pensó antes y fue bueno... que estúpido!, ¡¿para qué habrá pensado?!

tanto es así que la civilización humana olvidó que había prioridades, y al omitirlas, no pocas de ellas se transformaron en urgencias, sin que nadie supiese qué hacer... por consiguiente las catástrofes alcanzaron, justamente, el rango de calamidades, pero nadie lo tuvo en cuenta, porque la nube sabía todo lo necesario aún cuando nadie lo leía, porque... ¿para qué leer?... está bueno pasar por la vida dejando que la gente se arregle como pueda... ¿dónde queda Cuba?, fijate en la Wiki... ¿dónde queda Montevideo?, fijate en la nube... la Tierra era cúbica hasta que fue plana y luego volvió a ser cúbica pero terminó siendo cuadrado, todo eso en el medioevo eclesiástico de la inquisición, porque en la Lemuria era esférica, porque en la Atlántida era esférica, porque entre los nubios era esférica y también lo era para todas las civilizaciones antiguas borradas del mapa por la Iglesia Católica... en aquellos tiempos no había ni memoria ni nube... pequeño detalle... y si a alguien se le ocurría decir lo contrario, aparecía la hoguera y la descalificación pública... sin perder de vista las torturas tan necesarios al pensamiento filosófico... de un Dios que sólo se dedica a castigar a las víctimas, protegiendo siempre a los sacerdotes en su condición de victimarios... ¡qué lindo es cura!...

de tanta nube, el humano dejó de pensar... dejó de razonar... dejó de observar... dejó de reflexionar... y se concentró en los placeres y sobre todo en los bienestares que alimentan a las soberbias que testimonian a los cínicos y a los hipócritas... y alguien vio que eso era bueno, e hizo de ello un negocio, y la vida privada fue sacrificada en nombre de culos, tetas, vaginas, pectorales, penes y vellos púbicos... cuanta cosa importante ha prodigado la naturaleza a la raza humana, y las corporaciones de medios vieron que el rating subía sin parar, y entonces pudrieron la radio y la televisión para que las gentes fuesen estúpidas y dominables, y los políticos vieron que eso era bueno para su negocio, y alentaron los mediatismos que aturdían a los soberanos... y de tanta nube... comiendo ideas digeridas y comiendo ideologías vomitadas... la esclavitud creció en una civilización que careciendo de oportunidades creativas, se dejaba llevar por las infamias de los miserables, seres que tampoco pensaban más allá de sus miserias, porque para eso estaba la nube...

un día... vaya a saber por qué mierdas... la energía eléctrica se cortó y nadie supo por qué... entonces ya no hubo agua potable corriente... entonces ya no hubo gas de red ni del envasado... entonces ya no hubo telefonía celular ni de ninguna otra... ya no hubo ni heladeras ni lavarropas... ya no hubo aires acondicionados ni ventiladores de techos... y los humanos se miraron entre ellos, perplejos, preguntándose dónde había ido a parar la nube... habiéndose cambiado los polos magnéticos solares, los de la Tierra se había invertido y ya nada funcionaba... la humanidad carecía de memoria tanto como de razonamiento... y los aviones ya no volaron... y los astronautas ya no regresaron... y los buques se quedaron amarrados a los puertos... y los automóviles quedaron imposibilitados de ponerse en marcha... todo estaba inmóvil y nadie sabía cómo se plantaba una lechuga, porque para eso estaba la nube... y hubo hambre... y no pocos le imploraban a la nube que les devolviera las semillas de maíz... pero éstas habían quedado en la nube y las transgénicas, al modificarse los polos, eran inertes para una nueva naturaleza... estaban incapacitadas para germinar y crecer...

los humanos comenzaron a perecer reclamándole a Dios por la nube perdida... pero esta jamás regresó... y cansados de tanta culpa a dioses ajenos y de tanto reclamo a dioses conocidos, la humanidad se fue desarticulando en batallas por el yuyo y por el árbol, pero casi no había aire en la atmósfera... y la muerte con sus valles se apoderó de la Tierra y colocó su sello en las frentes de los cómodos así como de los cínicos, y estos ya no regresaron a la vida, porque fueron consumidos en sus infiernos... y ya no hubo cine ni pantallas... y apareciéndose Dios en femenino dijo a los pocos sobrevivientes... ¿han visto lo que ha sucedido con sus congéneres vestidos de comodidad y cinismo?... pues bien, de ahora en más estarán condenados a pensar y reflexionar... condicionados sus egos... limitados sus bienestares alcanzables... y los días comenzaron nuevamente con un SOL que duraba la órbita visible... y hubo noches de Luna según cuartos... pero ya no hubo nubes disponibles para la memoria de la raza. MARZO 10, 2017.-

cualquier parecido con la realidad potencialmente posible, es una mera coincidencia... los nombres son ficticios... y Dios es la verdadera razón de que esté escribiendo esto... ¿sabes dónde queda ninguna parte?, sí, en la Tierra.

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