Los negocios de Cambó
Borja de Riquer parece obsesionado en mostrar como corrupto al influyente político y hombre de negocios catalán en su último libro
Francesc Cambó.
Francesc Cambó ha sido uno de los políticos españoles más importante del siglo XX. Constituyó una pieza fundamental del nacionalismo catalán conservador y fue dos veces ministro en Gobiernos de la época de Alfonso XIII. Autor de artículos y libros sobre temas políticos y gran coleccionista de arte, ejerció como mecenas de la cultura catalana. Triunfó en los negocios, amasando una gran fortuna. Tuvo una presencia muy destacada, en la época de entreguerras, en el mundo de las grandes compañías internacionales. A pesar de todo ello, no contamos hoy con una biografía actualizada y extensa de este personaje, tan poliédrico como fascinante.
En las últimas dos décadas han visto la luz un buen número de aportaciones, obra de Borja de Riquer, dedicadas a algunas etapas de la vida de Cambó. Se centran, en especial —y, quizá, no casualmente—, en momentos en los que su figura resulta singularmente discutible y polémica: los años 1930-1932, con el final de la Monarquía alfonsina y los inicios de la Segunda República, y los años 1936-1947, esto es, los del apoyo parcial a los sublevados y al nuevo régimen franquista y su definitiva instalación en Argentina.
La última entrega del autor es Cambó en Argentina. Negocios y corrupción política, un trabajo extenso y algo farragoso, fundamentado en archivos públicos y privados españoles y argentinos. A pesar de lo que indica el título, sin embargo, no se trata en puridad de un libro sobre un periodo de la acción de este político y hombre de negocios catalán, sino de la historia de las formas de proceder de una empresa eléctrica, la Compañía Hispano Americana de Electricidad (CHADE), que Cambó presidió durante mucho tiempo.
La CHADE puede ser considerada, según el autor, como la mayor eléctrica de América Latina, una de las más importantes del mundo y la principal aventura española en el extranjero en la primera mitad del siglo XX. Suministró energía durante décadas al gran Buenos Aires. Siempre estuvo controlada por grandes holdings internacionales, en especial la alemana AEG primero y después la belga Sofina. La empresa vivió un desarrollo espectacular gracias a la eficacia de sus gestores, las relaciones privilegiadas con el mundo político y el crecimiento de la demanda de electricidad. Y generó, en consecuencia, enormes beneficios, viéndose inmersa en recurrentes escándalos de los que iba siempre a salir más o menos bien librada.
Para Riquer, la CHADE fue “una de las compañías más escandalosas y corruptas” de América Latina y la gran fortuna de Cambó procedía del hecho de haberla presidido. Para sustentar esta tesis, el autor acopia una enorme masa de datos. La obra adolece de un par de problemas, que no son menores. En primer lugar, una ostensible falta de referencias a la historiografía generada en las últimas décadas sobre algunos de los temas centrales abordados, desde la propia corrupción política hasta el desarrollo del capitalismo en la Argentina de la primera mitad del siglo XX, sin olvidar las relaciones entre competencia y corrupción, o entre los negocios y las colectividades y sus respectivos grupos de interés.
En segundo lugar, la construcción de un relato acusador, que en ocasiones se impone al relato histórico. Riquer parece obsesionado en mostrar la culpabilidad de Cambó. Este habría sido supuestamente uno de nuestros grandes corruptos. No le corresponde al historiador, me parece, ejercer ni de juez ni de fiscal. Francesc Cambó fue, en fin de cuentas, un personaje muy destacado de la gran finanza internacional, que se movió como pez en el agua en el competitivo y asaz poco reglamentado mundo empresarial de la etapa de entreguerras.
Cambó en Argentina. Negocios y corrupción política. Borja de Riquer. Edhasa, 2016. 574 páginas. 29 euros
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