Hallado un lujoso mosaico romano en la población israelí de Lod
Los pavimentos artísticos pertenecían a una rica villa del siglo IV y representan figuras de animales reales e imaginarios
Jerusalén
Mosaico descubierto en la ciudad romana de Lod (Israel) repleto de animales fantásticos, figuras geométricas y escenas marinas. NIKI DAVIDOV EFE
En Tierra Santa casi no hay piedra sin remover que no oculte un tesoro del pasado. Incluso cuando se construye un nuevo museo arqueológico afloran secretos de la historia del arte. Es lo que ha ocurrido en Lod, eje carretero en la zona metropolitana sureste de Tel Aviv, donde las obras de un centro de interpretación de los mosaicos romanos han desenterrado, precisamente, el pavimento de teselas que decoraba una lujosa villa romana del siglo IV. La Autoridad de Antigüedades de Israel ha echado las campanas al vuelo tras el hallazgo, que confirma la majestuosidad de una residencia imperial erigida a un tiro de piedra del actual aeropuerto internacional David Ben Gurion.
Amir Gorzalczany, director de las excavaciones, destaca que el mosaico recuperado revela que la villa romana “contaba con un triclinio [sala de banquetes] lujosamente pavimentado para recibir a los visitantes, con un claustro de columnas en torno a un patio interior y con un sistema de traída de aguas”. “Hemos hallado pruebas de que las paredes estaban decoradas con frescos, en el lujoso estilo que caracterizaba las mansiones del Mediterráneo oriental durante el Imperio Romano”, asevera el arqueólogo en un comunicado difundido por la Oficina de Prensa del Gobierno de Israel. “La excavación arqueológica que hemos llevado a cabo en el últimos mes ha sido relativamente pequeña”, apostilla 1.700 años después, “pero ha contribuido de forma significativa a entender la dimensión de la villa, que parece ser mucho mayor de lo que suponíamos”.
Animales reales o imaginarios. Complejos diseños geométricos. Escenas marinas con un surtido de peces y dos veleros mercantes romanos eran el gozoso paisaje —en el que no aparecía ninguna figura humana— que divisaban los comensales reclinados. La ubicación rectangular de sus tumbonas venía definida en el propio mosaico, como revela el pavimento ahora desenterrado en un comedor anejo. Si nuevos hallazgos no lo demoran aún más, el museo arqueológico de Lod tardará dos años en abrir sus puertas al público. Mientras tanto, publicaciones como National Geographic ya se han echo eco del reciente descubrimiento en las excavaciones del centro de interpretación para visitantes.
El pasado histórico reverdece —suele suceder— fruto de la causalidad. La construcción de una carretera en 1996 sacó a la luz los primeros restos de la villa romana excepcionalmente bien conservada en los accesos a la ciudad de Lod, que albergaba uno de los mosaicos más completos de los siglos III y IV. Las imágenes del panel central sobre las que descansaba la mirada de los ricos terratenientes del Imperio y de sus invitados se han convertido en un emblema cultural del Estado de Israel. A la espera de que quede definitivamente expuesto junto al lugar en el que fue hallado por unos obreros, ya ha sido exhibido en museos como el Louvre de París, el Hermitage de San Petersburgo o el Metropolitan de Nueva York.
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