Los antecedentes de la barbarie
Rescatada 'Theodor Chindler', la novela de Brentano sobre el archicatólico diputado, que tan magistralmente retrató la política y sociedad alemanas entre 1914 y 1918
Concentración en la Puerta de Brandenburgo (Berlín) en 1918. HULTON-DEUTSCH COLLECTION (CORBIS)
El centenario del final de la Primera Guerra Mundial parece un momento más que oportuno para desviar un rato la atención de la monomaniaca ocupación con la época nazi y el Holocausto y fijarla en sus alarmantes antecedentes. Sobre todo si se brinda una oportunidad como esta, a través de una novela escrita explícitamente con el propósito de ilustrar las circunstancias que prepararon el terreno para la segunda catástrofe europea. Bernhard von Brentano, compañero de luchas de Joseph Roth, Benjamin y Brecht en el Berlín de los años veinte y treinta, muestra en Theodor Chindler una imagen tan auténtica y angustiante del hundimiento de la época guillermina, y perfila tan bien su carácter totalitario, con tanta elegancia y buen ritmo, que cuesta dejar el libro antes de haber pasado la última página.
La novela, publicada en 1936 en Suiza, está concebida como una crónica familiar alrededor del venerable diputado conservador y archicatólico Theodor Chindler y despliega mediante más de ¡70! personajes un rotundo cuadro de la época entre 1914 y 1918 que abarca todos los estratos sociales y partidos políticos. A Chindler y su esposa, una obtusa y fanática beata, los conocemos en el día de la declaración de guerra por parte del Reich alemán, en unas escenas de dramatismo explosivo que anuncian ya el desmembramiento de la gran familia burguesa: los dos hijos mayores se despiden exultantes en sus uniformes de oficiales; la hermana mayor abandona el hogar para cuidar heridos (amancebándose con un comunista); el benjamín treceañero se enamora de un efebo exquisito que acabará suicidándose, y la joven nuera se rebela contra el papel social asignado echándose un amante.
Resulta como mínimo sorprendente que esta novela “escrita con maestría y con mano ligera y certera” —como afirmaba Thomas Mann—hoy no forme parte del canon de la literatura alemana
Ahora bien, Theodor Chindler en primer lugar es una novela política. Los pequeños cataclismos que se producen en el hogar sólo reflejan la falta de orientación, la pérdida de realidad y el cinismo de la clase reinante, principalmente preocupada por conservar sus puestos privilegiados. La prolongación de la guerra, imposible de ganar ya en 1915, se muestra como una deliberada estrategia de la casta militar para seguir decidiendo los destinos de la nación, mediante falsificación de los hechos y ocultación de las pérdidas. La amarga verdad la comprende el viejo Chindler, uno de los pocos firmes opositores a la guerra, muy pronto: “Cuando Chindler bajó del tren en Berlín, vio por primera vez en su vida el efecto de la propaganda política, la manera sistemática de influir en las masas que aparecía por aquel entonces y que iría desarrollándose más y más. La capital entera, embriagada por la demanda generalizada de una guerra submarina irrestricta, parecía estar en oposición al Gobierno”.
Resulta como mínimo sorprendente que esta novela “escrita con maestría y con mano ligera y certera” —como afirmaba Thomas Mann— estuviera olvidada tantos años y hoy no forme parte del canon de la literatura alemana. Su recepción en los países de habla alemana constituye, desde luego, un capítulo instructivo de la historia del siglo XX, pues ejemplifica, por un lado, las metamorfosis ideológicas de muchos intelectuales y, por otro, prueba los efectos perdurables de la propaganda política de la Guerra Fría.
Brentano, descendiente de los legendarios escritores románticos Clemens y Bettine von Brentano, era hijo de un ministro conservador de la República de Weimar y sobrino del penúltimo canciller del káiser. De ahí que conociera el material para su libro más famoso de primerísima mano, directamente del salón de su casa paterna, como explica Sven Hanuscheck en su concienzudo epílogo. La vocación familiar por la política se traducía en su caso en un temprano compromiso con el comunismo y el periodismo de izquierdas. Brillante comentarista, publicó en 1932, tras varios poemarios y ensayos críticos, un reportaje social titulado El comienzo de la barbarie en Alemania que le valió la quema de sus libros y la expulsión de Alemania.
Buscó refugio en Suiza, y allí, como vecino directo de Thomas Mann, escribió su éxito internacional Theodor Chindler. Sin embargo, el modelo literario de la novela no es Thomas Mann, con cuyos Buddenbrooks absurdamente ha sido comparada, sino el Heinrich Mann de El súbdito. Brentano se adhería a la reivindicación del mayor de los hermanos Mann de escribir novelas sociales: “Esta sociedad alemana se desconoce a sí misma. Se desintegra en capas que se ignoran entre ellas, y la clase reinante se desdibuja tras las nubes”. Sin embargo, en Suiza se produce durante el largo exilio un giro político en Brentano que le hace pedir en 1940 la repatriación, afirmando un total distanciamiento con su pasado de escritor revolucionario proletario. A sus amistades literarias las desaira con comentarios antisemitas y nacionalistas, y esta fama ya no le abandona, a pesar de sus esfuerzos para rectificar después de volver en 1947 a Alemania.
Sin embargo, nada de todo este estrechamiento mental aparece en su Novela de una familia alemana —así el subtítulo de Theodor Chindler—, todo lo contrario: es un alegato de tolerancia y de emancipación personal (y sexual). Critica el autoritarismo y militarismo de la sociedad alemana y desmonta los mitos propagados por los nazis sobre la culpa de la debacle bélica: “Nuestra fanfarronería nos ha echado encima esta guerra, ahora tiene que ponerse un punto final a esta fanfarronería”. Todo esto hace de Theodor Chindler una novela de un alcance y una calidad extraordinarios que se lee con deleite y enorme provecho.
Theodor Chindler. Bernard von Brentano. Traducción de Jorge Seca. Alianza, 2018. 638 páginas. 28 euros
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