los ojos vieron el cielo oscurecerse,
las nubes tribulaban conjugando vientos y extraños sonidos de caos y turbulencias,
remolinos de agua se agitaban en su seno,
las temperaturas se confundían entre fríos extremos y calores raros,
algo debía enjuagarse... mucho más lavarse...
pero lo ojos admiraban dicho caos,
confluencia de colores propios de una paleta de sabios,
ocres, grises, naranjas, aires pesados,
inteligencias inquietas, magnetismos encontrados...
lámparas de llamas deformadas
el viento golpeaba al aire, apurando tiempos, desplazando tierras,
despertando ansias, sorprendiendo espíritus, inyectando adrenalina a las dudas,
proponiendo esperanzas, juntando voluntades mediante inyecciones de corrientes centrífugas que amalgaman los miedos ante la naturaleza indómita que sabe de temores, pero mucho más de gracias...
el corazón corrió rápido cuando sonó el primer estampido,
cruzando el cielo rasgado entre azules y abismos de una luz indescriptible...
había más oscuridad pero las almas se sentían protegidas,
a sabiendas que esas energías desmadradas..., en realidad,
ordenaban el aire, limpiaban la atmósfera, nutrían los suelos,
alimentaban semillas, alineaban fuerzas, repartían ideas,
bajaban luces... iluminando sendas, creando vida, adosando gracias que las almas pedían.
el dispensador: disipando temores. Mayo 18, 2009.-
DEDICADO A: los atormentados y las almas tormentosas... que no logran divisar que las almas precedentes trabajan por el mañana necesario de las presentes... y futuras.-
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