mezcla de sensaciones... intensas, profundas, ininteligibles,
entelequias de los momentos que transitamos...
el viento se lleva las ramas tratando de limpiar las almas,
golpea hojas, agita sentimientos, escurre voluntades, atiende miradas,
distribuye sorpresas, busca a los observadores, halla a quiénes lo admiran...
sopla, sopla con fuerza, generando una turbulencia verde, invisible,
que se escurre en los espíritus buscando llevarse las maldades,
las pensadas, las manifiestas, las dichas, las nunca pronunciadas,
las nubes acompañan la brisa fuerte,
limpiar las almas es algo semejante a depurar los cielos...
cae un arco iris proveyendo luces de amor,
espectros de colores que hacen del cielo un nido de paz,
todo se sucede rápidamente...
entonces el alma se libera, y su vista alcanza al horizonte,
al hacerlo se encuentra a sí mismo,
preguntándose hasta dónde alcanza la sabiduría del árbol,
que permanece estoico, alimentando aires para que la luz se traduzca en auras,
almas coloridas alimentadas por espectros de prismas celestiales,
expresados en tardes otoñales... donde el horizonte está más lejos que la vista, allá por donde vaga el alma, buscando sombra para admirar la vida.
el dispensador: de vientos y luces con sombras. Mayo 16, 2009.-
DEDICADO A: los prismas de la vida, almas que contienen arco iris a los ojos del otro.-
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