algo extraño ocurrió en tu suelo,
algo raro sucedió en tu aire,
tus calles se fueron vaciando,
las gentes emigraron,
los ruidos se silenciaron...
la quietud ganó la comarca,
el abandono avanzó, trepando como enredadera,
los espíritus se acallaron
al tiempo que los fantasmas llegaron...
instalándose a su placer,
ya nadie puede creer que alguna vez hubo gente,
existe un mutismo hiriente
que se ahoga en el olvido,
las casas ofrecen abrigo
pero nadie las habita,
apenas el óxido y el polvo del tiempo,
han retenido a la vergüenza,
pensando que alguna trenza sirvió para desolar tus puestos...
reemplazando a los alientos,
ya perdidos, ya esfumados...
no crean que hubo algún desprecio,
allí vivía el Indalecio,
que harto de pasar años,
dejó que su alma se transformara en vestigios,
tal vez recuerdos, estampas...
de tierra colorada, promesas mentidas y muchas más olvidadas.
quisieron llegarse los artesanos,
buscando bohemias amadas,
pero soportando atropelladas,
de desidias encumbradas...
finalmente también se fueron,
dejando a la soledad como reina,
y como compañero al viento...
el dispensador: quebrada de Alemania, en Salta, camino hacia a Cafayate. Julio 16, 2009.-
DEDICADO A: los espíritus que moran en ALEMANIA, pueblo olvidado.
cuando me llego a tu estación,
se me parte el corazón...
viendo yuyos y alimañas...
sabiendo que si bien hay vía,
ya nada cruje, nada pasa,
sólo quedan las mañas,
apenas la vergüenza ajena...
que agrega dolor, mucha pena,
lágrimas llevándose la esperanza.
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