podría decirse que he sido la piedra fundamental de este mundo,
a lo largo de la existencia de la Tierra,
he ocupado distintos lugares,
sea en las llanuras,
en el fondo de los mares tanto como en sus playas,
en ciertos nichos entre las montañas...,
en mí se han regocijado niños y adultos,
han descansado las aves y han dejado sus cuerpos los cetáceos...
siempre he permitido que me pisen descalzos,
porque eso permite reconocer la intencionalidad del alma que me transita.
en mí, todos, hasta el más liviano, deja su huella,
que luego me ocupo prolijamente de borrar,
sin decir a nadie que en realidad la senda jamás se diluye...
porque la historia del paso, se estampa para siempre,
aún cuando el hombre crea lo contrario...
lo que diga será escuchado...
lo que pise identificará la huella...
lo que haga alguien lo verá, tanto en el aquí como en allá...
la cuestión es que durante milenios me he limitado
a ocupar espacios que hacen al orden universal,
esto es: aquí las aguas, allá las tierras, también los desiertos,
pero ahora, viendo que al hombre se le seca el alma,
he decidido avanzar sin solución de continuidad,
porque entiendo que cuando el alma no existe,
el espíritu se esfuma, y la historia debe ser cubierta por mí,
sí, por las arenas...
Así lo hice desde siempre.
Cuando la soberbia nubla la razón de los ojos,
simplemente avanzo y la vida se extingue...
aunque no debes temer, siempre me ocupo de dejar el lugar suficiente,
como para renazca el brote.
así debe ser....
el dispensador: sabidurías de las arenas ancestrales. Septiembre 30, 2009.-
DEDICADO A: lo que está debajo de las arenas.
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