mientras la niebla invadía los espacios,
y el frío hacía lo propio con mis huesos,
las hojas se evaporaron
al modo de un gigantesco nebulizador,
perdiéndose las ramas en el invierno que diluía fuerzas,
los árboles eran centinelas de la primavera en ciernes...
esperaban la luz templada y los afectos vegetantes,
los verdes omitidos y los colores olvidados,
al terminar aquel otro verano...
busqué en mi rostro pero sentí mi alma,
no había espejos pero sí calmas,
árboles esperando los tiempos que regresan en brotes,
sentí los fríos... esperé hallarme,
me encontré en mis ojos...
cuando el suelo se había convertido en pisada,
mi piel se arrugaba,
mi sentimiento escapaba,
buscando la hoja triste ya seca, ya perdida...
del árbol nuevo que reverdecería...
pretendiendo mi mirada y el sentimiento tibio,
envueltos en los colores del alma...
el dispensador: anuncios de nuevos verdores. Septiembre 08, 2009.-
DEDICADO A: las primaveras de ALICIA.
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