los sentidos se estremecen ante la caida de un rayo,
pero lo mismo sucede cuando ves su luz recorrer el cielo,
rasgando nubes cuyas formas se definen sólo ante dicha luz...
ese caos nos llega en forma de energías dispersas,
que integran el paisaje de la rutina de las tormentas...
a veces con mayor intensidad, otras con menos,
pero siempre enseñándonos que su poder nos trasciende...
solemos asistir a dichas visiones como un algo ajeno a nosotros,
sin entender que esas energías potenciadas,
se desparraman por la atmósfera y nos llueven de manera invisible,
sumándose de algún modo a nuestros átomos...
claro, estás demasiado ocupado en otros quehaceres trascendentes,
como para pensar en tanta cosa,
sin embargo, algún día te darás cuenta que la vida es algo muy importante,
una gracia que sucede mientras estas ocupado en otra cosa...
claro que cuando finalmente te des cuenta,
ya habrá pasado tu tiempo...
el dispensador: iluminando rayos y desparramando centellas. Octubre 15, 2009.-
DEDICADO A: Zeus... y también a Júpiter, por qué no?.
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