el dispensador dice:
lo que voy a decirte hoy-día,
es un eco de otras vidas,
ando envuelto en mis locuras,
entre desfiladeros y quebraduras,
he preferido la montaña,
lejos de los humanos,
que lo que dicen en palabras,
lo escupen con sus manos,
pero llegado este momento,
luego del día del NO TIEMPO,
si te sientes para algo elegido,
si por tu alma vibras,
podrá decirse sin temores,
que aquello que se repite no se olvida,
y aún cuando te hayas ido,
puedas haber pasado sin abrigos,
días, noches y hasta siglos,
aunque te hayas quedado sin testigos,
de tus tiempos de mendigo,
en algunos espíritus perduran,
cristales de memoria eterna,
limitando dimensionales diferencias,
aquello que parece sencillo,
es de verdades ovillos,
lo que desciende desde el manto,
no se desprecia ni con llantos,
por lo tanto debe recogerse,
elevarse y sostenerse,
de modo que más allá de las estancias,
horizontes y distintos paisajes,
con sus recuerdos, sus olvidos,
existen ciertas presencias,
relacionadas con muchas ausencias,
de aquellas almas que reclamantes,
gastan destinos a cuenta,
usando ajenas voluntades,
para fines que no tienen cielos,
a veces se escudan en velos,
otras tantas andan a cara descubierta,
hablan de gestos de grandeza,
pero sobre sus puñales rezan,
a Dios haciendo referencia,
de las culpas que se inventan,
para vivir acomodados,
a costillas de descamisados,
que se la rebuscan como pueden...
pero este asunto no es de diablos,
ni de purgatorios, ni de infiernos,
el mundo está repleto de lerdos,
que se autodefinen como dioses,
andan fabricando roces,
entre los prójimos caídos,
si has pasado por la segunda vida,
y aún te queda memoria,
seguramente sabrás de qué te hablo,
nada es para asustarse,
nada es para alejarse, buscar excusas,
no se trata de órbitas confusas,
ni de ecuaciones extrañas,
los que viven de las patrañas,
son espíritus de arañas,
que tras invisibles telas,
van recolectando algunas almas,
que andan perdidas de velas,
no descubren sus mañanas,
porque justifican sus tardanzas,
en demoras de sus labranzas...
sucede que ayer no hubo tiempo,
para respirar sentimientos,
el espacio guarda secretos,
que en esta era se han perdido,
existe un doblez de espacios,
que sucede de vez en cuando,
y allí se cambia todo,
por un lado se abren portales,
y hasta se cambian los polos,
el astro rey vira colores,
la tierra se llena de vapores,
luego bajan algunos ángeles,
que se dedican a las limpiezas,
no alcanza lo que se reza,
si no hay fe genuina en la mesa,
aquí no es cuestión de altares,
Dios es universal esencia,
de todas las existencias,
con sentidos o sin ellas,
cuando las señales abundan,
cuando los cielos se abren,
se derraman vibraciones,
y hasta se producen desbandes,
se ven gentes sorprendidas,
huyendo por las calles,
escapando de las playas,
ascendiendo sus escaleras,
sin atender que al momento,
en que la Tierra se ilumina,
no hay gruta ni esquina,
que oculte al bicho que camina...
así se han ido cuatro humanidades,
y a esta le llega el turno,
no habrá olores nauseabundos,
cuando Dios se le aparezca,
rodeado de ángeles y coros,
una señal serán los loros,
con colores muy intensos,
andarán precediendo vientos,
grandes lluvias, lágrimas de sentimientos,
todo se envolverá en fragancias,
de flores de otras estancias,
y nadie podrá moverse,
a la espera de su tiempo,
no hay señal sin movimiento,
que no exprese número cierto,
lo que aparezca a los ojos,
apenas podrá ser vapor de alientos,
trayendo arenas a raudales,
canción de vendavales,
rodearán toda la Tierra,
el que ande sin sus cuerdas,
silenciará sus instrumentos,
no alcanza con gritar a tiempo,
para evitar los remolinos,
el que no respetó aquellos trinos,
el que bebió ajenos vinos,
sacrificando sudores,
de terceras voluntades,
verá avanzar los hielos,
al mismo modo de las llamas,
Dios escucha al que clama,
no al que burla su rama...
por eso quiero decirte,
que hubo un códice tlabulano,
que hoy es desconocido,
no está en museo, no hay testigos,
de lo que decía el documento,
recuerdo su testamento,
porque era de aquella estirpe un aliento,
justo ahora no queda tiempo,
para rememorar tanta barbarie,
que la inquisición quemó en Honduras,
invadida por discriminaciones y locuras,
propias de hombres sin alma,
aquellos hablaban de Dios,
pero su biblia era espada,
traicionera y de malas ganas,
habían invadido las américas,
se apropiaron de los sabios,
hasta les sellaron los labios,
pero tuvieron peor suerte,
cuando los atropelló la muerte,
lo que se quemó ascendió,
hasta el mundo de los sabios,
allí hay balanzas,
conocimientos estrafalarios,
de tiempos demasiado antiguos,
hay pensamientos ambiguos,
de sucesos ocurridos,
luego de un día sin tiempos...
aquel códice tlabulano,
establecía sentimientos,
de gentes por escarmientos,
que ellos veían como divinos,
alguna vez fueron las llamas,
otras lo fueron los vientos,
esta vez ya no hay tiempo,
para que te cuente los sucesos,
sólo cuida tus huesos,
cuando venga el mediodía,
el Sol brillará cual su día,
hasta que lo apague una estocada,
nadie podrá entender nada,
por una noche repentina,
no habrá pene ni vagina,
que se salve de la sorpresa,
algunos clamarán al cielo,
lo que no han hallado en sus suelos,
no será tiempo de oraciones,
de clamores ni canciones,
se deberá guardar silencio,
y aceptarlo resignado,
el que olvidó su recado,
el que no atendió al llamado,
el pronunció un mal deseado,
deberá estar arrodillado,
bien llegado el momento,
no se tratará de escarmientos,
sino de lo pasado y labrado,
aquello que fue concedido,
lo fue por un tiempo,
pero nada estará terminado,
cada cual se verá a su espejo,
rogando por su pellejo,
pero el espíritu no tiembla,
ante su Dios terminante,
en la Tierra cambiará todo,
sucederá en un instante...
no olvides el documento,
el códice tlabulano,
allí los karaives contaban,
cómo sería este tiempo,
sin sexos ni sentimientos,
gentes perdidas y descartables,
sin afectos y sin artes,
para cultivar propias vidas,
todo aquello que se olvida,
regresa justo en su tiempo,
no hay ídolo de mármol,
que escuche las oraciones,
para Dios son canciones,
la FE, la gracia, resignaciones. Julio 26, 2011.-
martes, 26 de julio de 2011
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