Un árbol que asesina aves en los océanos Índico y Pacífico intriga a los científicos
Sabemos que algunos árboles y aves tienen una relación bastante colaborativa. Muchas fertilizan el área cerca a sus raíces y esparcen sus semillas para ser retribuidos con comida y refugio. Sin embargo, un género de árbol encontrado en aguas tropicales de los océanos Índico y Pacífico no parece agradarle demasiado. Los pájaros que se posan en sus ramas son aprisionados, y sin poder volar, son conducidos a la muerte.
Lo curioso es que no parece haber una razón realmente clara para esta masacre. Debido a esto, el ecólogo Alan Burger de la Universidad de Victoria en Canadá viajó a la Isla Cousin en la Republica de Seychelles para investigar un poco más sobre el caso del Pisonia Grandis.
El árbol atrapa aves
Muchas especies de árboles producen largas semillas cubiertas con una sustancia espesa y pequeños anzuelos, que se adhieren a casi cualquier cosa que roce contra ellos. Entre sus principales víctimas se encuentran los insectos y muchas aves marinas, como las del género Anous, que pasan y aterrizan sobre las ramas de estos árboles.
Lo que diferencia al Pisonia de los demás árboles es que sus semillas se pegan con mucha facilidad, lo que adhiere peso a los pájaros más pequeños y les imposibilita volar. Si un carroñero o un depredador no los ataca, terminan muriendo de hambre y se descomponen al pie del árbol.
Una serie de experimentos
El ecólogo se preguntó si podría haber alguna razón evolutiva para este comportamiento, así que llevo a cabo diversos experimentos. El primero de ellos consistió en analizar qué tanto beneficiaban estos cadáveres ricos en nutrientes al desarrollo de sus semillas. Él logró descubrir que en realidad las semillas que crecían cerca de estos pájaros muertos no parecían tener diferencia alguna con las que crecían lejos. No parecía que los cuerpos en descomposición beneficiaban demasiado a los Pisonia. Al contrario, las aves vivas le eran más útiles debido a sus excrementos fertilizantes.
En otro experimento, Burguer colocó estas polémicas semillas en agua de mar, esperando de alguna manera encontrar pistas que sugiriesen que las aves muertas pudiesen funcionar como medios de transporte de las semillas hacia otras islas. Desafortunadamente, las semillas murieron a los cinco días en agua salada. Esto descartó la segunda hipótesis.
Por último, el ecólogo resolvió sumergir ocasionalmente las semillas en agua de mar durante cuatro semanas, y logró germinar. Con esto se concluyó que las semillas probablemente evolucionaron para dar un paseo con las aves, aunque con el plus bastante infeliz de matar algunas en el proceso.
El nuevo documental de la BBC Planet Earth II, transmitido en la televisión británica y narrado por David Attenborough, tiene un episodio en el que muestra lo que es capaz de hacer el árbol asesino de aves.
“Tener las aves vivas parece ser la clave para la dispersión, pero una consecuencia desafortunada de tener semillas extremadamente pegajosas y producir muchas semillas en un cúmulo es que algunas aves se enredan fatalmente”, dijo Burger a The Washington Post.
Aunque el trabajo de Burguer se publicó en el Journal of Tropical Ecology en el 2005, nos muestra que la naturaleza no siempre se desarrolla para un propósito específico, muchas veces puede cometer ciertos errores.
Las aves pueden tener reputación de tontas, pero lo cierto es que ocultan mucha inteligencia. Hace un mes se descubrió cómo trabajan duramente para cantar en coro. Incluso su canto podría explicar cómo aprenden a hablar los bebés humanos.
Fuente: nmas1.org
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