Ana Campoy: “Tenemos que crear seres pensantes, y eso empieza en la infancia”
La escritora habla sobre ‘Familia a la fuga: en busca y captura’, un libro para compartir entre padres e hijos
Madrid
Una de las ilustraciones de 'Familia a la fuga: en busca y captura'. ÁLEX ALONSO
Una familia en un programa de protección de testigos, ¿qué puede salir mal? La escritora Ana Campoy parte en su nuevo libro de esta idea con humor. Familia a la fuga: en busca y captura (Loqueleo) reivindica el papel de la literatura infantil y que los padres participen de ella. Este proyecto, creado junto al ilustrador valenciano Álex Alonso, llega sin “moralina”, con la intención de que sean los niños los que reflexionen. “Tenemos que crear seres pensantes, y eso empieza en la infancia”, defiende Campoy en una cafetería de Madrid.
La escritora madrileña afincada en Valencia, de 39 años, cree que, en los últimos años, en la literatura infantil los padres estorban. “Digamos que los niños son los protagonistas de sus propias historias y los padres molestan o están fuera, incluso", asegura. Así, Campoy se propuso crear un libro en el que los padres también pudieran formar parte del relato. Por dos razones: “Porque me parece que es una manera interesante de hacer un libro familiar y, también, porque creo que es una oportunidad para que los padres puedan compartir la lectura con sus hijos”. Y no solo compartir el momento de leer, sino que la escritora anima al debate sobre los libros y a mostrar interés por los gustos de los hijos, siempre predicando con el ejemplo. "He procurado que el libro tenga bromas, guiños, que a lo mejor un niño no detecta del todo, pero que un adulto las puede decodificar. Es un libro para que lo disfrute toda la familia".
Lorenzo, Norma, Maya, Lucas, Fiona y la abuela Ginebra tienen un secreto enorme, gigante: son la familia F. y están incluidos en un programa de protección de testigos. Por este motivo deben cumplir la importante misión de no llamar la atención, ya que se enfrentan a la persecución de la malvada organización Mandíbula. ¿Conseguirán atraparlos? ¿A quién le tocará liarla esta vez? Esta es la premisa de la colección que, en marzo de 2019, prevé la publicación del segundo título, Infiltrados en la gran ciudad, cuya fórmula parte de meter en problemas a los personajes, "que haya un conflicto gordo", apunta Campoy. “Poner a una familia con todo en contra en un entorno cada vez más desconocido, más hostil, en el que sucedan un montón de cosas e, incluso, ver qué tipos de conflictos surgen, que descubran cosas de ellos mismos, como hacer frente a la adversidad", explica.
Todo esto con la comedia como bandera para afrontar temas sociales que hagan reflexionar a los niños y les ayude a crear un discurso propio. “A mí me gusta lanzar preguntas y que sean los niños los que busquen la respuesta", cuenta. "Se supone que una sociedad que avanza es una sociedad en la que se piensa", argumenta.
En esta labor, Campoy se enfrenta al público infantil, muy exigente. "Son los más sinceros, para bien o para mal. Si algo no les gusta te lo van a decir sin ningún tipo de filtro, pero si algo les gusta, les entusiasma”. La autora demanda más atención para este tipo de literatura enfocada a un público que, afirma, es el que más lee en España, pero al que "se mira muy por encima del hombro". "El volumen de negocio que mueve la infantil y juvenil es muy grande. Y es una cultura nuestra, española, que debemos reivindicar", expone. Esta reivindicación, dice, debe venir de la mano de campañas y organismos que estén dedicados a la literatura infantil y juvenil.
Los niños son los más sinceros, para bien o para mal. Si algo no les gusto te lo van a decir sin ningún tipo de filtro, pero en cambio si algo les gusta, les entusiasma
En esta ocasión, la escritora ha cambiado su proceso de escritura basado en el escaletado, los mapas y post-it para apoyarse en otro elemento: la ilustración. Las imágenes de Álex Alonso acompañan al texto y ofrecen una narrativa paralela. "La ilustración es una puerta abierta a la imaginación", comenta. En Familia a la fuga las imágenes y el texto se han desarrollado de forma paralela con un mismo fin: "Ante todo, divertirme. Porque para mí, sobre todo, la literatura es ocio, y espero que para el lector también lo sea".
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