CULTURA | La revolución de la Lingüística
Palabramáticas
- ¿Cuántas palabras tiene un idioma? ¿Cómo viven? ¿Cómo mueren? La solución, según Culturomics, en los números.
Luis Alemany | Madrid
Actualizado jueves 22/03/2012 09:15 horas
Diciembre de 2010. Google presenta 'Books ngram viewer', una herramienta que actúa como un buscador de palabras en los fondos de su biblioteca digitalizada 'Google books' y mide su frecuencia de aparición, año a año. Suena a juego divertido. Se pueden buscar palabrotas, nombres propios, topónimos... Un mes después, un grupo de 'científicos sociales' procedentes, en su mayoría, de la universidad de Berkeley, presentan en la revista 'Science' una línea de trabajo que se basa en el uso de esa herramienta. Su título/marca es 'Culturomics' y, como el asunto suena a 'freakonomics', sigue pareciendo divertido. Marzo de 2012. El equipo de trabajo de Culturomics lanza un nuevo 'paper' que, unido a su primera 'cosecha', ofrece conclusiones impresionantes para los ojos de un lector que no sea lingüista. Por ejemplo: el corpus de palabras empleadas por los hablantes de la lengua inglesa ronda el millón; tres veces más que las recogidas en el diccionario más extenso. Más de 8.000 voces nuevas se incorporan cada año al idioma. Las palabras, además, viven en un mundo competitivo, en el que tienen que pelear por su supervivencia contra sus sinónimos. Etcétera, etcétera.
"Nuestro conocimiento de las lenguas en este momento es equivalente al que tenia Galileo en el siglo XVI sobre el universo: él inventó el telescopio para poder hacer mejores observaciones. La tecnología mejoró la investigación en Física. Hasta que no ha habido una tecnología que ha permitido disponer de los datos sobre el lenguaje de manera manejable para los investigadores, es decir, hasta que no ha aparecido la tecnologia digital, nuestro conocimiento se ha basado en lo que podían captar nuestros sentidos, lo cual es muy limitado. La tecnología digital permite disponer de grandes bancos de datos textuales sobre los que podemos aplicar programas que nos permiten analizar como son las lenguas, cual es su estructura, etcétera. Y lo que es más, la tecnología de la imagen (resonancia magnética y tomografías de emisión de positrones) nos permite ver el cerebro en acción y observar su funcionamiento cuando realiza funciones cognitivas relacionadas con el lenguaje. Por primera vez se va a poder estudiar el lenguaje de manera integrada con la Neurociencia. La digitalización de la información ha sido realmente una revolución en las ciencias del lenguaje".
La que habla es María Antonia Martí, lingüista y profesora de la Universitat de Barcelona y directora del Centre de Llenguatge i Computació. Como ella, cuatro filólogos responden a ELMUNDO.es sobre el valor de experiencias como 'Culturomics'. En el correo de ida, cuatro preguntas más o menos sencillas: ¿qué tienen de nuevo trabajos como el de Culturomics? ¿Cuál es su valor? ¿Cuáles son sus límites? ¿Cuánto sabemos de las lenguas que hablamos?
"Estos métodos tienen la ventaja de ser fácilmente implementables, son independientes de la lengua y ponen a disposición del investigador los datos lingüísticos preprocesados, de manera que se facilita la investigación posterior. Además, como se ve en el artículo de Culturomics, el interés de la aplicación de estos métodos no és sólo lingüística, tiene un interés social, cultural... amplio y se pueden beneficiar de ello investigadores de diversas líneas de investigación. Actualmente se están desarrollando métodos estadísticos muy sofisticados para extraer información de grandes corpus. Por ejemplo se puede saber qué palabras están relacionadas. Ésta es una web muy simple de un programa que hemos desarrollado en nuestro grupo de investigación: en la casilla de arriba pones una palabra del español, la que sea, y verás como aparecen las palabras relacionadas sobre un fondo de color más o menos fuerte según el grado de conexión.
"Los límites vienen dados por el hecho de que los métodos estadísticos (o numéricos) sólo tienen acceso al aspecto formal del lenguaje, es decir, tratan el lenguaje como simples concatenaciones de formas (palabras) y realizan cálculos sobre las palabras sus combinaciones, su probabilidad de aparición una junto a otra, etcétera. Con este tipo de análisis se pueden hacer muchas cosas, pero, como sabemos hoy, tanto los lingüistas como los hablantes, la información lingüística no está 'contenida' en las palabras, sino que el lenguaje es un sistema que nos permite evocar y recrear una realidad mucho más compleja. Es decir, las palabras no 'transportan' o 'contienen' el significado, sino que el significado se recrea en la mente del hablante o del oyente, mediante los procesos que desencadenan las palabras. Es decir, el significado no está en las palabras, sino en los procesos cognitivos que desencadenan las palabras. Por eso, en la actualidad se combinan los métodos estadísticos con planteamientos cognitivos".
"[De nuestros idiomas] sabemos muy poco. Pero si lo comparamos con lo que sabíamos en la época de Nebrija, creo que el balance es positivo y que ha habido un gran avance, especialmente, dentro de la lingüística cognitiva, que tiene antecedentes en tradiciones clásicas, como, por ejemplo, la gramática filosófica francesa. Pero es cierto que queda un gran camino por recorrer. El problema es que la lingüística es una disciplina que cubre un área tan extensa (psicologia, ciencia cognitiva, neurolingüística, neurocognitivismo, antropología, ciencias de la computación, etcétera), que complica evidentemente la realización de avances que tienen que integrar necesariamente todos estos aspectos para ser realmente consistentes".
"Sobre la lengua (y no digamos sobre el lenguaje) sabemos poco: la primera es sentida por la mayoría de la gente como un medio y un modo de comunicación; pero para los escritores es un modo y un medio de expresión y de creación; y para los filósofos, un modo y un medio de representación. Es todas esas cosas a la vez lo que nos da un poema: reducirlo a su composición (o descomposición, fónica, fonológica o silábica) nos aporta información sobre el verso, pero no sobre el poema. Por eso hay que aceptar las limitaciones de este método, que las tiene (como también sus ventajas) como todos. Una mezcla de entusiasmo, escepticismo y objetividad es lo recomendable".
"No sé si sabemos mucho o poco [sobre nuestros lenguajes]. Hasta ahora sabíamos lo que sabíamos. A partir de ahora podremos saber más; está por ver cuánto más. Pero sí, sin duda, nos va a aportar conocimientos nuevos y muy interesantes. La lingüística como disciplina científica es joven aún".
"Como toda metodología, el valor de este tipo de herramientas es instrumental. Su fin último es agilizar desde un punto de vista temporal el trabajo pero no se muestra capaz de sustituir la inteligencia que la filología, como trabajo humanístico, supone frente al análisis lingüístico y literario. Los métodos cuantitativos han de ponerse al servicio, cosa que no siempre sucede dada la naturaleza del mercado académico, de la comprensión y fijación del texto y no han de convertirse en un fin en sí mismos dado que el lenguaje tanto como gesto social como natural supone uno de los mayores misterios a los que puede enfrentarse un investigador. Nuestra capacidad para enfrentarnos a los procesamientos del lenguaje, por ejemplo, dado el desarrollo de las ciencias cognitivas en las últimas décadas, nos sitúa en una sensación de inmenso respeto y admiración ante un gesto tan extraordinario, maravilloso y cotidiano como resulta ser la naturaleza social y biológica del lenguaje. Los filólogos como guardianes del corpus tienen que ser sensibles a integrar en sus métodos de trabajo todas las posibilidades técnicas que hagan todavía más eficaz su tarea que es una tecnología milenaria".
el dispensador dice:
el mundo transita algo distinto a una Babelia... y tal vez no exista antecedente para denominar esta etapa de lenguas vivas + confusiones + lenguas en proceso de extinción + otras tantas extinguidas+lenguas mutantes+dialectos marginales+lenguajes indescifrables+sms para los recién llegados+onomatopeyas+términos que no encajan en ningún diccionario... sin embargo, al igual que las especies más extrañas, siempre hay alguien en el que sobrevive el sentimiento que conlleva el eco de lo "muerto". En occidente se confiere especial valor al latín o al griego, pero ya casi nadie puede imaginar cómo se saludaban en la calle, griegos o romanos, describiendo algo semejante a un trabalenguas indescriptible. Recuerdo que en mi adolescencia estudiaba latín para enriquecer el ejercicio de las neuronas, pero me divertía tratando de elucubrar cómo sería una conversación entre generales y soldados de las huestes romanas... a decir verdad, la lengua madre se me aparecía como ridícula... nada distinto al griego... cómo sería una obra teatral de Esquilo (complejo por demás) en un anfiteatro abierto... con espectadores griegos y con otros que no lo eran... más allá, conjugando letras muertas a orillas de horizontes perdidos, cómo habrá sido aquel tiempo donde las lenguas eran confundidas intencionalmente por Dios, a sabiendas que en verdad el hombre nunca hizo mucho por entenderse con su prójimo, y más allá, hacía lo imposible por "no entenderse". Cómo hizo Platón para robarle el conocimiento a los egipcios herederos de los nubios acerca del "mundo de las ideas", sustrayendo apenas un paradigma de dicho legado y perdiendo en el asalto ángulos fundamentales como la geometría de las palabras y la otra, la de los pensamientos, sobre las que había tratados escritos en el mundo antiguo, mucho antes de Pérgamo y otra tanto de Alejandría [aquí mismo he escrito largo y tendido sobre este tema]... y no habrá respuestas, y las preguntas quedarán flotando para futuras humanidades que hablarán vaya a saber qué idiomas, aseverando que los dialectos son lenguas menores... en realidad el hombre ha perdido su capacidad de entenderse... se miran a los ojos (hombres y mujeres) pero se mienten tanto que ya nadie atiende lo que el otro expresa o intenta hacer. De allí que el mundo humano transite un concierto para sordos... de allí que el mundo asista a una ópera para ciegos... las palabras han dejado de ser sedas para convertirse en dardos que lastiman la condición humana y más allá, hieren los sentimientos bajo el imperio conceptual de raras discriminaciones y peores diversidades. Los errores ortográficos nos invaden y el plural de "hir" es un "ban" que enseña que la humanidad no sabe hacia dónde se dirige... quién podría estimar hace apenas pocos años, que "ir" terminaría llevando a cuestas una "h" endilgada por las pobrezas crecientes... o bien, quién podría creer que "van" abandonaría la "v" para cambiarla por una "b", y que todo ello aparecería en los subtitulados de la televisión y del cine... también espanta ver en ese mismo contexto que "you" se halla convertido en "iu", al tiempo que "go" ha pasado a ser "gou". Me pregunto: ¿qué será de las generaciones de futuros antropólogos, tratando de descifrar la piedra de roseta de semejante expresión de barbarie?... ¿acaso, habrá antropólogos o serán meros antropófagos de las lenguas pasadas?... aberraciones del pensamiento trágico que nos invade para conducirnos a reflexiones dramáticas. Hoy, se habla de un lenguaje de varones y de otro femenino... lo cual indica que la raza humana se está disgregando y se ve condenada a desaparecer en la estupidez que va ocupando los espacios mediáticos de la vida apurada que no conduce a ninguna parte. Así como lastima ver que "huevo" puede perder su "h" y su "v" para pasar a ser "uebo" (me cuesta escribirlo y hasta leerlo), pueden suceder cosas peores en cualquier otro idioma bien lejano del español... se me aparecen los chinos y demás orientales escribiendo como disléxicos, aterrando comarcas con símbolos intraducibles... ¿qué hubiera sido de nosotros si los indos hubieran descubierto el modo de tergiversar su escritura?... ¿no los hubieran condenado a muerte por ignorantes?... atlantes, lemures, nubios, indos y otros lejanos exponentes de las culturas ignotas, al morir pesaban sus palabras respecto de sus intenciones, y ambas se comparaban con el "valor" de la pluma de un ganso... Osiris, hoy mismo, vería quebrada su balanza al ver que "alguien" reemplace sus palabras por otras "palavraz"... al tiempo que sus intenciones se cambian por pesadas segundas "hintensionez" a efectos de neutralizar las sabidurías de los ganzos ancestrales... y francamente espanta. Veo huestes de letrados huyendo despavoridos hacia los desiertos intentando conservar los últimos vestigios de sus respectivas lenguas maternas, intentando que el "traductor" de Google no se contamine de tanta tragedia que hace poner colorado al más trágico de los griegos. Veo escribas egipcios corriendo hacia sus oráculos llevando consigo papiros que deben ser preservados de la polilla tanto como de las generaciones repletas de ignorancias que están por nacer... al día de hoy, más que palabramáticas, transitamos una palabratrágica donde nada guarda el sentido original, y al no hacerlo conduce a los participantes a un extraño abismo de sonidos impronunciables y hasta intraducibles. Qué será entonces de nuestras vidas, cuando en vez de ellas se transforman en simples "bidaz"...? no me alcanza el cerebro para asimilar semejante desastre... también he visto al Hidalgo Don Quijote de la Mancha, escapar en patineta con destino incierto, acompañado a la distancia por un Sancho que viaja en cuatriciclo diciendo vaya a saber qué cosas... allí me explico por qué se extinguieron los molinos... en la Tierra todo anda revuelto, hasta el viento. Marzo 24, 2012.-
Qué será de nosotros cuando el batracio se transforme en "vatrasio", y hasta el ave que cursa los cielos cargue por la vida como "habe"... Dios mío!, a los botes!...
"Nuestro conocimiento de las lenguas en este momento es equivalente al que tenia Galileo en el siglo XVI sobre el universo: él inventó el telescopio para poder hacer mejores observaciones. La tecnología mejoró la investigación en Física. Hasta que no ha habido una tecnología que ha permitido disponer de los datos sobre el lenguaje de manera manejable para los investigadores, es decir, hasta que no ha aparecido la tecnologia digital, nuestro conocimiento se ha basado en lo que podían captar nuestros sentidos, lo cual es muy limitado. La tecnología digital permite disponer de grandes bancos de datos textuales sobre los que podemos aplicar programas que nos permiten analizar como son las lenguas, cual es su estructura, etcétera. Y lo que es más, la tecnología de la imagen (resonancia magnética y tomografías de emisión de positrones) nos permite ver el cerebro en acción y observar su funcionamiento cuando realiza funciones cognitivas relacionadas con el lenguaje. Por primera vez se va a poder estudiar el lenguaje de manera integrada con la Neurociencia. La digitalización de la información ha sido realmente una revolución en las ciencias del lenguaje".
La que habla es María Antonia Martí, lingüista y profesora de la Universitat de Barcelona y directora del Centre de Llenguatge i Computació. Como ella, cuatro filólogos responden a ELMUNDO.es sobre el valor de experiencias como 'Culturomics'. En el correo de ida, cuatro preguntas más o menos sencillas: ¿qué tienen de nuevo trabajos como el de Culturomics? ¿Cuál es su valor? ¿Cuáles son sus límites? ¿Cuánto sabemos de las lenguas que hablamos?
María Antonia Martí
"Desde el momento en que se empieza a disponer de textos en soporte digital se ve la posibilidad de aplicar programas que realizan análisis cuantitativos de los textos. Esto tiene lugar en Estados Unidos en los años 50. El análisis cuantitativo permite averiguar de manera muy rápida las palabras más frecuentes, qué combinaciones de palabras son las que predominan, etcétera. Con estos datos, aunque son limitados, se puede afrontar el análisis cualitativo (del contenido) con mayor objetividad. Que conste que me centro en los 'métodos'; otra cosa distinta serían los 'modelos' matemáticos del lenguaje, pero esto es harina de otro costal"."Estos métodos tienen la ventaja de ser fácilmente implementables, son independientes de la lengua y ponen a disposición del investigador los datos lingüísticos preprocesados, de manera que se facilita la investigación posterior. Además, como se ve en el artículo de Culturomics, el interés de la aplicación de estos métodos no és sólo lingüística, tiene un interés social, cultural... amplio y se pueden beneficiar de ello investigadores de diversas líneas de investigación. Actualmente se están desarrollando métodos estadísticos muy sofisticados para extraer información de grandes corpus. Por ejemplo se puede saber qué palabras están relacionadas. Ésta es una web muy simple de un programa que hemos desarrollado en nuestro grupo de investigación: en la casilla de arriba pones una palabra del español, la que sea, y verás como aparecen las palabras relacionadas sobre un fondo de color más o menos fuerte según el grado de conexión.
Carlos Subirats (catedrático en el Departamento de Filología Española de la Universidad Autonoma de Barcelona)
"Simplificando mucho (si me permites) podríamos decir que los métodos puramente estadísticos se han aplicado, en algunos casos con mucho éxito, desde la lingüística computacional. Esto sería el planteamiento clásico. Pero en la actualidad, lo que estamos haciendo es combinar las análisis desarrollados por lingüistas con los métodos estadísticos más sofisticados. Incluso en la actualidad hay sistemas de tratamiento automático que combinan los sistema de reglas (lingüísticas) con sistemas estadísticos dentro de una misma aplicación informática. En general el valor de los métodos estadísticos es su aplicabilidad para procesamiento automático del lenguaje"."Los límites vienen dados por el hecho de que los métodos estadísticos (o numéricos) sólo tienen acceso al aspecto formal del lenguaje, es decir, tratan el lenguaje como simples concatenaciones de formas (palabras) y realizan cálculos sobre las palabras sus combinaciones, su probabilidad de aparición una junto a otra, etcétera. Con este tipo de análisis se pueden hacer muchas cosas, pero, como sabemos hoy, tanto los lingüistas como los hablantes, la información lingüística no está 'contenida' en las palabras, sino que el lenguaje es un sistema que nos permite evocar y recrear una realidad mucho más compleja. Es decir, las palabras no 'transportan' o 'contienen' el significado, sino que el significado se recrea en la mente del hablante o del oyente, mediante los procesos que desencadenan las palabras. Es decir, el significado no está en las palabras, sino en los procesos cognitivos que desencadenan las palabras. Por eso, en la actualidad se combinan los métodos estadísticos con planteamientos cognitivos".
"[De nuestros idiomas] sabemos muy poco. Pero si lo comparamos con lo que sabíamos en la época de Nebrija, creo que el balance es positivo y que ha habido un gran avance, especialmente, dentro de la lingüística cognitiva, que tiene antecedentes en tradiciones clásicas, como, por ejemplo, la gramática filosófica francesa. Pero es cierto que queda un gran camino por recorrer. El problema es que la lingüística es una disciplina que cubre un área tan extensa (psicologia, ciencia cognitiva, neurolingüística, neurocognitivismo, antropología, ciencias de la computación, etcétera), que complica evidentemente la realización de avances que tienen que integrar necesariamente todos estos aspectos para ser realmente consistentes".
Jaime Siles (catedrático de Filología Clásica en la Universidad de Valencia y presidente de la Sociedad Española de Estudios Clásicos)
"[En el estudio de la Literatura] desconfío no poco de estos métodos puramente cuantitativos que, si bien tienen la ventaja de facilitarnos el índice de frecuencia de determinados usos lingüísticos de un autor, no nos añaden demasiada información ni sobre una obra ni sobre el sistema de su mundo. A veces lo numérico intenta maquillar de cientifismo algo que dista mucho de ser científico en sí: el número de ventanas de un edificio nos informa de uno de los elementos de un edificio, pero no de su totalidad. Y las medidas del bastidor de un cuadro (que son un dato objetivo) difícilmente pueden confundirse con su carácter artístico"."Sobre la lengua (y no digamos sobre el lenguaje) sabemos poco: la primera es sentida por la mayoría de la gente como un medio y un modo de comunicación; pero para los escritores es un modo y un medio de expresión y de creación; y para los filósofos, un modo y un medio de representación. Es todas esas cosas a la vez lo que nos da un poema: reducirlo a su composición (o descomposición, fónica, fonológica o silábica) nos aporta información sobre el verso, pero no sobre el poema. Por eso hay que aceptar las limitaciones de este método, que las tiene (como también sus ventajas) como todos. Una mezcla de entusiasmo, escepticismo y objetividad es lo recomendable".
Montse Alberte (traductora y lexicógrafa. Coeditora de 'El dardo en la academia')
"La aplicación de métodos matemáticos al estudio de la lengua corre paralela a la aparición de los ordenadores y, especialmente, a su desarrollo y el incremento de su capacidad y velocidad de procesamiento. Conforme han ido siendo más potentes, capaces de manejar más datos, esta aplicación se ha hecho más presente y ha permitido realizar más observaciones y llegar a más conclusiones. La reciente digitalización de textos, cada vez más en masa, ha supuesto la creación de una materia prima sobre la que aplicar esos métodos. Como cualquier análisis estadístico, proporciona una serie de datos cuantitativos sobre la lengua o, mejor dicho, sobre esa 'muestra' de la lengua (el corpus). La interpretación de esos datos es valiosa para la lingüística, para varios campos de la misma (la lexicometría, la semántica, la lexicografía, la gramática...). Poder rastrear una palabra en el tiempo, a través de textos, por ejemplo, permite conocer su 'vida', y poder rastrear muchas palabras permite tener el reflejo de una ideología, de una tendencia social, de una cultura..."."No sé si sabemos mucho o poco [sobre nuestros lenguajes]. Hasta ahora sabíamos lo que sabíamos. A partir de ahora podremos saber más; está por ver cuánto más. Pero sí, sin duda, nos va a aportar conocimientos nuevos y muy interesantes. La lingüística como disciplina científica es joven aún".
Ana Gorría. Investigadora en formación en el CCHS (CSIC).
"De forma natural el desarrollo de las disciplinas estadísticas desarrolladas por las ciencias experimentales hace accesible el trabajo con el corpus, materia privilegiada del trabajo filológico tanto en el análisis lingüístico como literario. Dado que el corpus es un objeto social, la filología ha incluido en su trabajo los hallazgos de científicos sociales como antropólogos para poder enfrentarse al análisis del lenguaje y la literatura con el fin de optimizar resultados a través de aplicaciones específicas que son herramientas que complementan la actualización filológica a través del análisis de los diversos corpora como lo son hoy las bases de datos CORDE y CREA, por ejemplo"."Como toda metodología, el valor de este tipo de herramientas es instrumental. Su fin último es agilizar desde un punto de vista temporal el trabajo pero no se muestra capaz de sustituir la inteligencia que la filología, como trabajo humanístico, supone frente al análisis lingüístico y literario. Los métodos cuantitativos han de ponerse al servicio, cosa que no siempre sucede dada la naturaleza del mercado académico, de la comprensión y fijación del texto y no han de convertirse en un fin en sí mismos dado que el lenguaje tanto como gesto social como natural supone uno de los mayores misterios a los que puede enfrentarse un investigador. Nuestra capacidad para enfrentarnos a los procesamientos del lenguaje, por ejemplo, dado el desarrollo de las ciencias cognitivas en las últimas décadas, nos sitúa en una sensación de inmenso respeto y admiración ante un gesto tan extraordinario, maravilloso y cotidiano como resulta ser la naturaleza social y biológica del lenguaje. Los filólogos como guardianes del corpus tienen que ser sensibles a integrar en sus métodos de trabajo todas las posibilidades técnicas que hagan todavía más eficaz su tarea que es una tecnología milenaria".
el dispensador dice:
el mundo transita algo distinto a una Babelia... y tal vez no exista antecedente para denominar esta etapa de lenguas vivas + confusiones + lenguas en proceso de extinción + otras tantas extinguidas+lenguas mutantes+dialectos marginales+lenguajes indescifrables+sms para los recién llegados+onomatopeyas+términos que no encajan en ningún diccionario... sin embargo, al igual que las especies más extrañas, siempre hay alguien en el que sobrevive el sentimiento que conlleva el eco de lo "muerto". En occidente se confiere especial valor al latín o al griego, pero ya casi nadie puede imaginar cómo se saludaban en la calle, griegos o romanos, describiendo algo semejante a un trabalenguas indescriptible. Recuerdo que en mi adolescencia estudiaba latín para enriquecer el ejercicio de las neuronas, pero me divertía tratando de elucubrar cómo sería una conversación entre generales y soldados de las huestes romanas... a decir verdad, la lengua madre se me aparecía como ridícula... nada distinto al griego... cómo sería una obra teatral de Esquilo (complejo por demás) en un anfiteatro abierto... con espectadores griegos y con otros que no lo eran... más allá, conjugando letras muertas a orillas de horizontes perdidos, cómo habrá sido aquel tiempo donde las lenguas eran confundidas intencionalmente por Dios, a sabiendas que en verdad el hombre nunca hizo mucho por entenderse con su prójimo, y más allá, hacía lo imposible por "no entenderse". Cómo hizo Platón para robarle el conocimiento a los egipcios herederos de los nubios acerca del "mundo de las ideas", sustrayendo apenas un paradigma de dicho legado y perdiendo en el asalto ángulos fundamentales como la geometría de las palabras y la otra, la de los pensamientos, sobre las que había tratados escritos en el mundo antiguo, mucho antes de Pérgamo y otra tanto de Alejandría [aquí mismo he escrito largo y tendido sobre este tema]... y no habrá respuestas, y las preguntas quedarán flotando para futuras humanidades que hablarán vaya a saber qué idiomas, aseverando que los dialectos son lenguas menores... en realidad el hombre ha perdido su capacidad de entenderse... se miran a los ojos (hombres y mujeres) pero se mienten tanto que ya nadie atiende lo que el otro expresa o intenta hacer. De allí que el mundo humano transite un concierto para sordos... de allí que el mundo asista a una ópera para ciegos... las palabras han dejado de ser sedas para convertirse en dardos que lastiman la condición humana y más allá, hieren los sentimientos bajo el imperio conceptual de raras discriminaciones y peores diversidades. Los errores ortográficos nos invaden y el plural de "hir" es un "ban" que enseña que la humanidad no sabe hacia dónde se dirige... quién podría estimar hace apenas pocos años, que "ir" terminaría llevando a cuestas una "h" endilgada por las pobrezas crecientes... o bien, quién podría creer que "van" abandonaría la "v" para cambiarla por una "b", y que todo ello aparecería en los subtitulados de la televisión y del cine... también espanta ver en ese mismo contexto que "you" se halla convertido en "iu", al tiempo que "go" ha pasado a ser "gou". Me pregunto: ¿qué será de las generaciones de futuros antropólogos, tratando de descifrar la piedra de roseta de semejante expresión de barbarie?... ¿acaso, habrá antropólogos o serán meros antropófagos de las lenguas pasadas?... aberraciones del pensamiento trágico que nos invade para conducirnos a reflexiones dramáticas. Hoy, se habla de un lenguaje de varones y de otro femenino... lo cual indica que la raza humana se está disgregando y se ve condenada a desaparecer en la estupidez que va ocupando los espacios mediáticos de la vida apurada que no conduce a ninguna parte. Así como lastima ver que "huevo" puede perder su "h" y su "v" para pasar a ser "uebo" (me cuesta escribirlo y hasta leerlo), pueden suceder cosas peores en cualquier otro idioma bien lejano del español... se me aparecen los chinos y demás orientales escribiendo como disléxicos, aterrando comarcas con símbolos intraducibles... ¿qué hubiera sido de nosotros si los indos hubieran descubierto el modo de tergiversar su escritura?... ¿no los hubieran condenado a muerte por ignorantes?... atlantes, lemures, nubios, indos y otros lejanos exponentes de las culturas ignotas, al morir pesaban sus palabras respecto de sus intenciones, y ambas se comparaban con el "valor" de la pluma de un ganso... Osiris, hoy mismo, vería quebrada su balanza al ver que "alguien" reemplace sus palabras por otras "palavraz"... al tiempo que sus intenciones se cambian por pesadas segundas "hintensionez" a efectos de neutralizar las sabidurías de los ganzos ancestrales... y francamente espanta. Veo huestes de letrados huyendo despavoridos hacia los desiertos intentando conservar los últimos vestigios de sus respectivas lenguas maternas, intentando que el "traductor" de Google no se contamine de tanta tragedia que hace poner colorado al más trágico de los griegos. Veo escribas egipcios corriendo hacia sus oráculos llevando consigo papiros que deben ser preservados de la polilla tanto como de las generaciones repletas de ignorancias que están por nacer... al día de hoy, más que palabramáticas, transitamos una palabratrágica donde nada guarda el sentido original, y al no hacerlo conduce a los participantes a un extraño abismo de sonidos impronunciables y hasta intraducibles. Qué será entonces de nuestras vidas, cuando en vez de ellas se transforman en simples "bidaz"...? no me alcanza el cerebro para asimilar semejante desastre... también he visto al Hidalgo Don Quijote de la Mancha, escapar en patineta con destino incierto, acompañado a la distancia por un Sancho que viaja en cuatriciclo diciendo vaya a saber qué cosas... allí me explico por qué se extinguieron los molinos... en la Tierra todo anda revuelto, hasta el viento. Marzo 24, 2012.-
Qué será de nosotros cuando el batracio se transforme en "vatrasio", y hasta el ave que cursa los cielos cargue por la vida como "habe"... Dios mío!, a los botes!...
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