Ciencia
Los insectos también tienen personalidad
Un estudio sugiere que algunas abejas son más propensas que otras a buscar aventuras
Día 08/03/2012 - 21.12h
Un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores sugiere que las emociones no se limitan a los seres humanos y otros vertebrados. Algunas abejas son, también, más propensas que otras a buscar aventuras. Los cerebros de estas abejas, que se sienten atraídas por la novedad, presentan distintos patrones de actividad genética en las vías moleculares asociadas con la búsqueda de emociones, en los seres humanos.
Los resultados, publicados en «Science», ofrecen una nueva visión de la vida interior de las colmenas, que en el pasado ha sido descrita como una colonia de trabajadores, altamente regimentada, en el que cada abeja tiene un papel específico (enfermera, o recolectora, por ejemplo) para servir a su reina. Ahora, parece que las abejas individuales, en realidad, difieren en su deseo o voluntad de realizar determinadas tareas, según afirma el profesor de Entomología y director del Instituto de Biología Genómica, Gene Robinson, quien dirigió el estudio.
Según el experto, estas diferencias pueden deberse, en parte, a la variabilidad en las personalidades de las abejas. Robinson y sus colaboradores estudiaron dos comportamientos de búsqueda de novedad en las abejas melíferas: la exploración de sitios de anidación y la búsqueda de comida. Cuando una colonia de abejas deja atrás sus viviendas, la colmena se divide y el enjambre debe encontrar un nuevo hogar. En este momento de crisis, algunas abejas intrépidas -menos del 5 por ciento del enjambre- se dedican a la caza de una colmena. Estas abejas, llamadas exploradoras de nidos, son, en promedio, 3.4 veces más propensas a convertirse, también, en exploradoras de alimentos.
Los investigadores querían determinar la base molecular de estas diferencias en el comportamiento de las abejas melíferas, y para ello utilizaron análisis de microarrays para buscar diferencias en la actividad de miles de genes en los cerebros de las abejas exploradoras. "Esperábamos encontrar algunas, pero la magnitud de las diferencias fue sorprendente, teniendo en cuenta que tanto las exploradoras, como las no exploradoras, son también recolectores", apunta Robinson.
Entre los muchos genes expresados diferencialmente se encontraron las catecolaminas, el glutamato, y la señalización del ácido gamma-aminobutírico (GABA) -los investigadores se centraron en ellos porque están involucrados en la regulación de búsqueda de la novedad, y la respuesta a la recompensa, en los vertebrados.
Para comprobar si los cambios de señalización en el cerebro causan la búsqueda de novedad, los investigadores sometieron a los grupos de abejas a tratamientos para aumentar o inhibir estas sustancias químicas en el cerebro. Dos tratamientos (con glutamato y octopamina), aumentaron el deseo de exploración en abejas que no habían explorado antes. Por otro lado, el bloqueo de la señalización de la dopamina disminuyó el comportamiento de exploración. Los resultados también sugieren que los insectos, los seres humanos, y otros animales, hacen uso del mismo sistema genético en la evolución del comportamiento -los genes que codifican ciertas vías moleculares, pueden desempeñar un papel en los mismos tipos de comportamientos, pero cada especie se adapta, posteriormente, de una manera distintiva.
el dispensador dice: las paralelas ya existían mucho antes que Plutarco las descubriese y les confiriera entidad literaria... curiosamente, las abejas ya sabían de ellas (paralelas) mucho antes que el ser humano apareciese como testigo de los tiempos (los propios y los ajenos). Pero no sólo las abejas sabían de ellas (paralelas), también lo hacían las hormigas, las abispas, los temibles camoatíes, las arañas tejedoras y un universo de insectos que ya ocupaban espacio de cara a sus tiempos y destinos... Nada distinto ocurría en los mares, donde además de los peces, algunos mamíferos las reconocían (paralelas) en el seno de las corrientes marinas, tal como sucedía en los aires con las aves y sus térmicas. En el campo, ya de niño, me detenía a observar a las aves en sus periplos aleteados, apreciando qué podría llevarlas a acercarse a mi presencia, o bien, alejarse... pero también me focalizaba en las sendas de las hormigas negras y en las frecuentes amernazas radiales de las hormigas coloradas... atendiendo a las abejas y sus aventuras florales en contextos campestres, sus horarios, sus puntos de referencia, sus extraños vuelos circulares siguiendo el qué se yo del magnetismo terrestre, etc. ... y más allá, reparando en el vuelo del colibrí, un rey para los ángulos rectos y las libaciones extensas, incansables. Allí, en la niñez, se aprende a convivir y respetar la naturaleza y todo lo que hay en ella... y si no se aprende, más tarde o más temprano se aprenderá a despreciarla, violarla, mentirla, vejarla, sea pisando a las hormigas o matando pajaritos... no es cuestión de educación... es cuestión de sentimientos y esencias. Si entiendes que tu eres uno más en un contexto de creación, con los mismos derechos que todo el resto, no hay más que agregar... de lo contrario te verás invadido por la confusión y los argumentos falaces te pertenecerán, en la mediocridad de los ignorantes... El hombre de estos tiempos está en contra de sí mismo, por ende tampoco entiende de paralelas, mucho menos de respetar lo evidente ya que ello no forma parte de sus ángulos de aceptación... por el contrario, se cambia el discurso según el contexto y el paisaje... de allí en más no hay horizonte que valga ni nada que tenga valor intrínseco. Las paralelas pueden cortarse en su intimidad... sin embargo, dentro de ellas mismas, miles de millones de paralelas coexisten sin tocarse, a sabiendas de la importancia de los ecos y sus distancias, de los reflejos y las propias... y nada es casual, sino antes bien "causal"... por ello la esfera es tal, al tiempo que el cubo también lo es, guardando el sentido último de los cristales y las ondulaciones de la luz. ¿Qué hace que una abeja use su aguijón en contra de alguien?, y ¿qué hace que otra abeja asuma una potencial agresión y se defienda de ella?... indudablemente, las abejas contienen "sentidos" finos que van más allá de los néctares y las flores... y así sucede en todo el reino de la creación... hasta los lobos han demostrado el sentido de la protección hacia los humanos perdidos. Ello no es una leyenda... el mundo salvaje no lo es tanto, así como el mundo humano guarda salvajismos mucho más marcados que el de los animales. El hombre desprecia a su propia especie y la discrimina por ideas o por colores, por comarca de nacimiento o por lengua, por olor de la piel o hasta por las dudas... justo allí las paralelas se cortan o bien dejan de ser tales. Cuando los afectos se quiebran, las paralelas se cortan... cuando las vanidades reemplazan a los vínculos, además de desplazarlos, cortan las paralelas... cuando las soberbias cultivan a los desprecios, los surcos dejan de ser paralelos... algo hay en los seres que han recibido la gracia de la vida... algo hay que los impulsa a cultivar las paralelas, así como algo hay que impulsa a los otros a cortarlas. Los primeros entienden de cristales y dobleces... los segundos pretenden erigirse como dueños de su propia creación, sin darse cuenta que al final... todas las paralelas conducen a Dios. Marzo 10, 2012.-
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