lunes, 26 de marzo de 2012

LOS CRUCES Y SUS CRUCES || Los edificios que se destapan | Cultura | EL PAÍS

Los edificios que se destapan | Cultura | EL PAÍS

Los edificios que se destapan

"La vida secreta de los edificios" relata los detalles que se ocultan tras algunos grandes edificios

Edward Hollis ha elegido desde el Partenón o la Alhambra de Granada, hasta el muro de Berlín

 


Santa Sofía, en Estambul. / MURAD SEZER (AP)

El curso de la historia está grabado en los edificios. Sobre todo aquellas construcciones que se convirtieron en el cruce de destinos de la población, e incluso del mundo. Entre ellas del Muro de las Lamentaciones, del Partenón, de la Alhambra de Granada, o del Muro de Berlín, de los que nunca se ha terminado de saber toda su biografía.

Pero ahora se sabe un poco más de algunos de ellos a través del La vida secreta de los edificios (Siruela) del británico Edward Hollis, arquitecto y profesor de Arquitectura de Interiores en el College of Arts de Edimburgo. Por ejemplo, en la historia del Partenón (o donde todo empezó), recorre minuciosamente las veces que fue destruido, tres en total, sin contar el terrible terremoto que en 1894 acabó derribando sus columnas de mármol. Llega al presente, que sitúa en 1975, año en el que arrancan las discusiones sobre qué hacer con él. Desde remplazar los restos con réplicas de vidrio hasta no hacer nada. Once años de discusiones hicieron falta para decidir que lo mejor era destruirlo y levantar una réplica, que debía de haberse acabado en 2010, más de 20 siglos después de su construcción. ¿Alguien sabe qué ha sido de ese proyecto? Pues para el que no lo sepa, el autor nos cuenta que después de sacar sus piezas y las esculturas trasladadas a otro museo, la réplica, un gran atrio de cristal proyectado por el francés Bernard Tschumi, sigue vacío. Un dato curioso: se ha tardado en destruir y reconstruir el edificio el doble de lo que se tardó en construirlo.

La historia de la Alhambra, por hablar del edificio español que el autor define como una “una rareza exótica” empieza con Boabdil, sigue con los Reyes Católicos y se detiene especialmente en Carlos V. De él cuenta con detalles cómo pasó aquí su luna de miel y cómo después se convirtió para el emperador en un refugio exótico de infinitos secretos… Luego ya se sabe, cayó en un estado de deterioro del que resurgió a finales del XIX gracias a la fama que le dieron escritores y artistas.

Este libro, subtitulado Del Partenón a Las Vegas en trece historias, que atraviesa con todo lujo de detalles la historia de la arquitectura universal a través de esos edificios no pasa por alto uno de los fenómenos de los últimos tiempos, los parques temáticos. Y elige The Venetian, en Las Vegas. ¿Y quién sale en esta historia? Alguien muy de actualidad: el multimillonario Sheldon G. Adelson. ¿Les suena? El mismo que quiere montar en Madrid (o Barcelona) su otra Las Vegas saltándose la ley y lo que haga falta. Pero esa es otra historia. De momento, En la vida secreta de los edificios podemos comprobar cómo se desenvuelve y algunas de las artes que emplea para salirse con la suya.

El título de este libro no es novedoso. Pero si tantos caen en la tentación de utilizarlo será porque tiene gancho. Algunos se titulan igual, como La vida secreta de los edificios, (Nerea, 1990) en el que Gavin Macrae-Gibson repasa la trasformación experimentada por la arquitectura americana en los últimos años a partir de siete edificios. Otro libro, que nos afecta más de cerca en el tiempo y espacio es La historia secreta de los edificios (Espasa Forum, 2011), donde el exdirector de la Politécnica de Madrid, Ricardo Aroca, selecciona una serie de monumentos representativos de la arquitectura española para hablar en qué circunstancias y por qué se construyeron así y no de otro modo. Edward Hollis, arquitecto nacido en Londres en 1970, explica que solo se dedique a monumentos y no a otro tipo de edificios en base a la teoría de Adolf Loos de que la arquitectura no tiene origen en la vivienda, sino en el monumento que al fin y al cabo es lo que perdura. Pero que al paso de los siglos siga en pie no significa que no se mueva. Y es ahí, en su volubilidad y en su transformación donde el autor exprime la historia de cada uno de ellos. Unas historias que tienen un tono de cuento. “Este es un libro de cuentos sobre la vida que llevan los edificios”, avisa el autor en el prólogo.


el dispensador dice: hay lugares del mundo que atrapan los sentidos tanto como los sentimientos del observador, en particular cuando éste no pasa por el lugar bajo la condición de "turista"... es así que hay lugares construidos por el hombre, que aún habiéndolo trascendido en tiempo y obra, contienen un "algo" que los distingue, que los hace inmortales, que los diferencia, que agrega valor a los espíritus por el sólo hecho de estar allí bajo la armonía que "alguien" estampó por obra y gracia del Espíritu Santo, ése que concede las gracias y los dones... en dichos lugares las "armonías" hablan a través de las paredes, de los techos, de las pinturas, de conversaciones que aún retumban en sus ángulos y que pueden revelar las sensaciones de otros momentos de la historia humana... uno de dichos lugares, elegidos por Dios como testimonio de su existencia es la llamada Άγια Σοφία, Santa Sabiduría, conocida en occidente como Santa Sofía. Veamos que recita la wikipedia de este lugar desbordante de humanismo mágico y de sabidurías extinguidas:

Santa Sofía o Hagia Sophia (del griego: Άγια Σοφία, «Santa Sabiduría»; latín: Sancta Sophia o Sancta Sapientia; turco: Aya Sofya) fue una antigua basílica patriarcal ortodoxa, posteriormente reconvertida en mezquita y actualmente en museo, en la ciudad de Estambul, Turquía.[1]
Desde la fecha de su dedicación en el año 360 y hasta 1453 sirvió como la catedral patriarcal de Constantinopla, excepto en el paréntesis entre 1204 y 1261 en que fue reconvertida en catedral católica durante el patriarcado latino de Constantinopla del Imperio latino, establecido por los cruzados. Tras la invasión otomana el edificio fue transformado en mezquita, manteniendo esta función desde el 29 de mayo de 1453 hasta 1931, fecha en que fue secularizado. El 1 de febrero de 1935 fue inaugurado como museo.
A veces llamada Sancta Sophia (como si fuera el nombre de Santa Sofía), sophia es en realidad la transcripción fonética al latín de la palabra griega "sabiduría" —el nombre completo en griego es Ναός τῆς Ἁγίας τοῦ Θεοῦ Σοφίας: «Iglesia de la Santa Sabiduría de Dios»—.[2] [3]
El templo estaba dedicado a la Divina Sabiduría; una imagen tomada del Libro de la Sabiduría del Antiguo Testamento y que hace referencia a la personificación de la sabiduría de Dios o segunda persona de la Santísima Trinidad. Su fiesta se celebra el 25 de diciembre, el aniversario de la encarnación del Verbo o Logos en Cristo.[4]
Famosa por su enorme cúpula, está considerada como el epítome de la arquitectura bizantina, y se dice de ella que «cambió la historia de la arquitectura».[5] Fue la catedral más grande del mundo durante casi mil años, hasta que se completó la obra de la Catedral de Sevilla en 1520. El edificio actual fue reconstruido entre 532 y 537 para ser usado como iglesia, por orden del emperador bizantino Justiniano I, siendo la tercera iglesia de la Santa Sabiduría edificada en ese mismo emplazamiento. El diseño es obra del arquitecto y físico jonio Isidoro de Mileto y del matemático y arquitecto lidio Antemio de Tralles.
La iglesia contiene una gran colección de reliquias de santos, y contó con un iconostasio de plata de 15 metros. Fue la sede del Patriarca de Constantinopla y el punto focal religioso de la Iglesia ortodoxa oriental por casi mil años. En esta iglesia el cardenal Humberto excomulgó a Miguel I Cerulario en 1054; acto que comúnmente se considera como el comienzo del Gran Cisma.
En 1453 Constantinopla fue conquistada por los turcos otomanos bajo las órdenes del sultán Mehmed II, quien posteriormente decidió que el templo se convirtiera en mezquita.[6] Las campanas, el altar, el iconostasio y los vasos de sacrificio fueron retirados, y muchos de los mosaicos fueron enlucidos. Durante el dominio otomano se le añadieron detalles arquitectónicos islámicos como el mihrab, el minbar y cuatro minaretes. El edificio se mantuvo como mezquita hasta 1931, fecha en que fue cerrado al público por el gobierno de Turquía hasta su reapertura, ya como museo, en 1935.
Mezquita principal de Estambul durante casi 500 años, Santa Sofía sirvió como modelo para muchas otras mezquitas otomanas, como la Mezquita del Sultán Ahmed —también conocida como la Mezquita Azul de Estambul—, la Mezquita Sehzade, la Mezquita de Solimán, la Mezquita Rüstem Pasha y la Mezquita Kiliç Ali Pasha.


allí dentro sientes (si es que tienes sensibilidad para ello) que flotan los espíritus de sus mentores, que siguen a cada uno de los visitantes en sus pasos, agradeciéndoles su presencia o amonestándolos por sus irreverencias... los detalles son profusos y cuando te detienes a apreciarlos, te subyugan hasta absorberte los sentidos, impulsándote a descubrir sus secretos mensajes de siglos de sabidurías... y allí te revelas a ti mismo que aquella Santa Sabiduría que diseñó semejante monumento no ha sido otro que el propio Espíritu Santo (Santísima Trinidad) a través de la inspiración legada hacia sus elegidos mediante el ejercicio de las gracias. Y allí asumes que las arquitecturas han involucionado al ritmo de la deshumanización del hombre y de sus tecnicismos, ya que en aquella época el genio se expresaba calculando a pura neurona, sin computadoras de índole alguna, esto es a "cerebro genuino"... nada despreciable para un monumento instalado en uno de los peores lugares geológicos del planeta Tierra, suelos que padecen sismos terribles. Entonces, que movió al hombre a hacer semejante obra en semejante lugar...?, indudablemente fue el genio concedido como gracia por Dios mismo. Esto último no sólo es evidencia de tiempos, también lo es de muros y cúpulas, de ábsides y pechinas, todo exhala pasión y sabiduría y obliga a abstraerse del bullicio del turismo que poco sabe de respetos y mucho menos de silencios necesarios. El lugar concede al visitante distinguido una extraña sinfonía de voces que hablan de los cruces, las cruces, sus intersecciones, y desde luego enseña ecos de geometrías filosóficos que hacen al nombre dado "Sophia". El monumento guarda una historia tan rica como versátil...

Tercera iglesia (construcción actual, hubo dos anteriores)

El 23 de febrero de 532, tan sólo unos días después de la destrucción de la segunda basílica, el emperador Justiniano I decidió construir una tercera basílica completamente diferente, más grande y más majestuosa que sus predecesoras.

Justiniano eligió al físico Isidoro de Mileto y al matemático Antemio de Tralles como arquitectos, aunque Antemio murió durante el primer año de la empresa. Existe la teoría de que se empleó a Herón de Alejandría para hacer frente a los desafíos que presentaba la construcción una cúpula expansiva sobre un espacio tan grande.
El historiador bizantino Procopio de Cesarea describió la construcción del templo en su obra Sobre los edificioslatín: De aedificiis; griego:Peri ktismatōn—. Se emplearon más de diez mil personas para la construcción., y el emperador hizo traer material procedente de todo el imperio, como las columnas helenísticas del Templo de Artemisa en Éfeso, grandes piedras de las canteras de pórfido de Egipto, mármol verde de Tesalia, piedra negra de la región del Bósforo y piedra amarilla de Siria. Esta nueva iglesia fue reconocida por los contemporáneos como una gran obra de arquitectura. El emperador, junto con el patriarca Eutiquio, inauguró con mucha pompa la nueva basílica el 27 de diciembre de 537. Los mosaicos dentro de la iglesia se completaron bajo el reinado del emperador Justino II (565-578). Santa Sofía fue la sede del patriarca ortodoxo de Constantinopla y el escenario principal de las ceremonias imperiales bizantinas, como las coronaciones. La basílica también ofrecía asilo a los malhechores.
Los terremotos de agosto de 553 y del 14 de diciembre de 557 causaron grietas en la cúpula principal y en la media cúpula oriental. La cúpula principal se derrumbó por completo durante un posterior terremoto el 7 de mayo de 558,[9] que también destruyó el ambón, el altar y el copón. El accidente se debió principalmente al exceso de carga de la cúpula y al enorme empuje horizontal que transmitía a los soportes, al tener un diseño demasiado plano. Esto causó la deformación de los pilares que sostenían la cúpula. El emperador ordenó la restauración inmediata, la cual se encomendó a Isidoro el Joven, sobrino de Isidoro de Mileto, que utilizó materiales más ligeros y elevó la cúpula,[10] dando a la construcción su altura interior actual de 55,6 metros (182 pies).[11] Por otra parte, Isidoro cambó también el tipo de bóveda, erigiendo una cúpula nervada con pechinas, cuyo diámetro se encontraba entre 32,7 y 33,5 metros.[10] Esta reconstrucción, que dio a la iglesia su actual forma característica del siglo VI, se completó en el año 562. El poeta bizantino Pablo Silenciario compuso un poema épico, conocido como Ekphrasis, para la dedicación de la basílica presidida por el Patriarca Eutiquio el 23 de diciembre de 562.
En 726, el emperador León el Isáurico publicó una serie de edictos contra la veneración de imágenes y ordenó al ejército destruir todos los iconos —inaugurando el período de la iconoclasia bizantina—. En ese momento, todas las imágenes y estatuas religiosas se retiraron de la iglesia de Santa Sofía. Después de un breve respiro durante el mandato de la emperatriz Irene (797-802), los iconoclastas reaparecieron. El emperador Teófilo (829-842), fuertemente influenciado por el arte islámico, prohibió las imágenes religiosas e instaló una puerta de bronce de dos hojas con su monograma en la entrada sur de la iglesia.
La basílica volvería a sufrir daños: primero por un gran incendio en el 859, y de nuevo por un terremoto, el 8 de enero de 869, que colapsó media cúpula. El emperador Basilio I ordenó las reparaciones. Un siglo después, el 25 de octubre de 989, un nuevo gran terremoto arruinó la cúpula, y fue el emperador bizantino Basilio II quien encargó su reparación al arquitecto armenio Trdat, creador de las grandes iglesias de Ani y Argina.[12] Sus principales reparaciones afectaron al arco occidental y a una parte de la cúpula. La magnitud de los daños requirió seis años de reparación y reconstrucción, hasta que la iglesia fue reabierta el 13 de mayo de 994.
En su libro De caerimoniis aulae Byzantinae, el emperador Constantino VII (913 a 919) escribió un relato detallado de las ceremonias que llevaron a cabo el emperador y el patriarca en la iglesia de Santa Sofía.
Tras la toma de Constantinopla durante la Cuarta Cruzada la iglesia fue saqueada y profanada por los cristianos latinos. El suceso fue descrito por el historiador bizantino Nicetas Choniates. Muchas supuestas reliquias de la iglesia —como una piedra de la tumba de Jesús, la leche de la Virgen María, la mortaja de Jesús y los huesos de varios santos— fueron enviadas a las iglesias de occidente, y actualmente se encuentran en varios museos. Durante la ocupación latina de Constantinopla (1204-1261) la iglesia se convirtió en una catedral católica. En ella fue coronado emperador Balduino I de Constantinopla, en una ceremonia que siguió de cerca las prácticas de bizantinas, el 16 de mayo de 1204.

Mezquita

En 1453 el sultán Mehmed puso cerco a Constantinopla, impulsado en parte por un deseo de convertir a la ciudad al Islam.[13] El sultán prometió a sus soldados tres días de saqueo ilimitado antes de reclamar los contenidos de la ciudad para sí mismo.[14] [15] La iglesia de Santa Sofía no estuvo exenta de saqueos, siendo el punto focal de los invasores, quienes pensaban que contendría los tesoros más importantes de la ciudad.[16] Poco después de que las defensas de la ciudad se derrumbaran, los saqueadores se dirigieron a la iglesia de Santa Sofía derribando sus puertas.[17] A lo largo del asedio, en la iglesia se estuvo celebrando la santa liturgia y la liturgia de las horas, siendo el templo un refugio para muchos ciudadanos incapaces de contribuir en la defensa de la ciudad.[18] [19] Atrapados en la iglesia, feligreses y refugiados se convirtieron en parte del botín a repartir entre los invasores. El edificio fue profanado y saqueado, y sus ocupantes esclavizados o asesinados;[16] los ancianos y los enfermos fueron asesinados, y el resto encadenados.[17] Los sacerdotes continuaron llevando a cabo los ritos cristianos hasta que fueron detenidos por los invasores.[17] Cuando el sultán y su cohorte entraron en la iglesia insistió en que debía ser transformada en mezquita, tras lo cual uno de los Ulama subió al púlpito y empezó a recitar el shahada.[20] [21]

Fuente (Şadırvan) para rituales de purificación

La mihrab situada en el ábside del altar donde solía estar, apuntando hacia la Meca
Como está escrito más arriba, inmediatamente después de la conquista de Constantinopla en 1453, Mehmet II convirtió Santa Sofía en la mezquita de Santa Sofía.[22] [23] [21] Según lo descrito por varios visitantes occidentales (como el noble Cordobés Pero Tafur[24] y el Florentino Cristoforo Buondelmonti),[25] la iglesia estaba en un estado ruinoso, con varias de sus puertas fuera, el sultán Mehmed II ordenó la limpieza de la iglesia y su conversión. Asistió a la primera oración del viernes en la mezquita el 1 de junio de 1453.[23] Santa Sofía se convirtió en la primera mezquita imperial de Estambul.[26] A la que corresponde Waqf fueron dotados la mayoría de las casas existentes en la ciudad y la zona del futuro Palacio de Topkapi.[21] A través de las cartas imperiales de 1520 / 926H y 1547 / 954 H tiendas y partes de Gran Bazar y en otros mercados se han añadido a la base.[21] Antes de 1481 un pequeño minarete fue erigido en la esquina suroeste del edificio, por encima de la torre con escalera.[21] Más tarde, el siguiente sultán, Bayaceto II (1481-1512), construyó otro minarete en la esquina noreste.[21] Uno de ellos se estrelló debido al terremoto de 1509,[21] y alrededor de la mitad del siglo 16 fueron reemplazadas por dos minaretes diagonalmente opuestas construido en las esquinas del edificio este y oeste.[21]
En el siglo 16 el sultán Solimán el Magnífico (1520-1566) trajo dos colosales candelabros de la conquista de Hungría. Ellos se colocaron a ambos lados de la mihrab. Durante el reinado de Selim II (1566-1577), el edificio comenzó a mostrar signos de fatiga y se ha reforzado mucho con la adición de las ayudas estructurales en su exterior por el gran arquitecto otomano Mimar Sinan, considerado uno de los primeros ingenieros en incluir refuerzos antisísmicos.[27] Además de fortalecer la histórica estructura bizantina, Sinan construyó los dos minaretes grandes adicionales en el extremo oeste del edificio, el original palco del sultán, y el Turbe (mausoleo) de Selim II en el sureste del edificio en 1576 -7 / 984 H. Con el fin de hacer que, un año antes que las partes del patriarcado en la esquina sur del edificio fueron derribadas.[21] Por otra parte, el oro media luna fue montado en la parte superior de la cúpula,[21] mientras que la zona al respecto de 35 arşin (alrededor de 24 metros) de ancho, se impuso en todo el edificio, derribando todas las casas que en el ínterin habían anidado a su alrededor.[21] Más tarde su Turbe acogió también 43 tumbas de los príncipes otomanos.[21] En 1594 / 1004 H Mimar (arquitecto de la corte) Davud Ağa construyó la Turbe de Murad III (1574–1595), donde el sultán y su Valide , Safiye Sultán fueron enterrados más tarde.[21] El mausoleo octogonal de su hijo Mehmed III (1595-1603) y su Valide fue construido al lado de él en 1608 / 1017 H por el arquitecto real Dalgiç Mehmet Aĝa.[28] Su Hijo Mustafa I (1617-1618; 1622-1623) convierte el baptisterio en su Turbe.[28]

Arquitectura

Sus arquitectos, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. Posee además unos bellos mosaicos bizantinos. La construcción definitiva se llevó a cabo sobre la primitiva basílica de Constantino entre el 532 y el 537, durante el reinado de Justiniano, en el periodo conocido como "Primera Edad de Oro". Sus arquitectos realizaron un diseño sin antecedentes, tomando elementos conocidos (planta basilical y rotonda), pero que se unen en una estructura nueva.
En palabras de Agatías, los diseñadores (Artemio de Tralles era matemático, Isidoro de Mileto arquitecto) trataron de «aplicar la geometría a la materia sólida». Justiniano, según su cronista oficial Procopio de Cesarea, al ver Santa Sofía terminada exclamó: «Salomón, te he vencido».


el dispensador agrega: si te detienes, si el apuro no te lleva, si prescindes de las fotografías, si te concentras en todo lo que te rodea, sabrás que mucho de los esenios educadores y contemporáneos  de Juan el Baustista, Jesús, los hermanos de éste último, de José y de la propia María madre, y de María de Magdala descansaron allí durante un prolongado lapso hasta el saqueo cruzado fundamentalista que sembró odios y restó cosmogonía de comuniones a la raza humana como tal... quizás allí mismo comenzó a quebrarse y luego hundirse la cultura occidental, siempre deseosa de poseer para escudar el falso poder de los imperios y sus vacíos... desde el sudario hasta las llaves de los ángulos sagrados cambiaron de manos, perdiéndose en la noche de los tiempos, ésa que protege todo aquello "que no debe ser tocado ni blasfemado"... algunas de esas llaves recalaron en la América, mucho antes del mentido descubrimiento y su posterior conquista. Todas ellas permanecen a buen resguardo porque se cuidan a sí mismas ya que son contenedoras del verbo en todas sus formas de expresión. La Santísima Trinidad aún desprende extrañas fragancias en los días elegidos y durante las noches, aún suelen escucharse conversaciones sobre las filosofías de las enseñanzas divinas que descienden desde el más allá hacia el mundo humano... claro está, occidente está demasiado envuelto en urgencias como para atender motivos y motivaciones de otros tiempos y otros pensamientos... no obstante ello, hay dos significancias que están estampadas allí: el valor de los cruces de las líneas y todas las geometrías que emanan de los mismos (cruces)... así como las cruces que contienen cada uno de ellos de cara a los tiempos por venir... ambos hitos están delante de los ojos de quién los quiera ver (realmente muy pocos), y habilitan al inocente a descubrir la importancia de los contenidos... allí, los números contienen escrituras, y éstas últimas pueden ser traducidas al pentagrama. De hacerlo, Dios te hará vibrar por siempre jamás... siempre que la humildad de tu alma envuelva al conocimiento y no al revés. Marzo 26, 2012.- 
En uno de sus ángulos de la Santa Sofía, reside el doblez del año en curso...  el que modificará la historia humana en este ciclo...




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