domingo, 24 de junio de 2012

AISLAMIENTO || El ruido de un café promueve la creatividad - ABC.es

El ruido de un café promueve la creatividad - ABC.es

El ruido de un café promueve la creatividad

Así lo asegura un estudio del Journal of Consumer Reseach

Día 21/06/2012 - 22.10h

Pues va a resultar que no estoy tan loco como les parece a mis compañeros. Me miran como alma que lleva el diablo cuando a la hora de escribir o, por lo menos, pergeñar alguna información me pongo la música (educadamente, con auriculares, claro) a todo trapo. Ocho horas al día y así todos los días.

Siempre les he dicho que era para concentrarme y no me creían. Y ahora ha venido un grupo de científicos dirigidos por un profesor llamado Ravi Mehta a darme la razón en un estudio publicado por Journal of Consumer Researchque recoge www.theatlantic.com
 
No es exactamente que a uno le visiten más y mejor las musas y se le dispare la creatividad en un escenario como la playa Omaha en Normandía... pero casi. 

El estudio asegura que un ambiente silencioso (50 decibelios) promueve menos la creatividad que un ambiente moderadamente ruidoso (70 decibelios), que es aproximadamente el ruido que uno se encuentra en un café. Será un café inglés, o de Boston, porque en el bar de la esquina (aunque gente sabia como Vargas Llosa lo consiguió en Madrid al lado del Retiro con «La ciudad y los perros», en la tasca «El Jute»), entre bocatas de calamares y al fondo hay sitio no parece que uno vaya a ponerse línea a línea, palabra a palabra, con «La Iliada».

Nada nuevo en el café

En cualquier caso, tampoco es nada nuevo. Los cronistas medievales a menudo escribían entre espadazos y trompadas, y Jenofonte llevaba en una mano recado de escribir y en la otra la lanza. O qué decir de Baudelaire que si iba al bistró en busca de las flores del mal, aunque uno crea que más que ruido ambiental lo que buscaba el poeta era una lagrimita de absenta. 

Eso sí, el informe también asegura que a partir de los 85 decibelios (con la radial y el martillo neumático hemos topado) la cosa empieza a ser dolorosa. Es decir que un ruido de fondo moderado aventa y aviva nuestra imaginación. Cabe preguntarse sin por ruido moderado de café los estudiosos entenderán esto.


el dispensador dice:
me he sumergido en tus ruidos,
albores de un día crujido,
despertando gentes entre sorbidos, 
suenan los pocillos entre mucho palabrerío,
la barra se ve repleta de pedidos,
y las bandejas chocan en líos,
donde los dichos se opacan,
nadie entiende lo que expresan,
pero se conforman con lo que confiesan,
ya que a nada interesa,
el momento que se atraviesa...


filosofías de corto vuelo,
opiniones tiradas de los pelos,
acudiendo a razones de abuelos,
palabras que caen como trozos de hielo,
en copas derramadas al suelo,
donde van quedando desvelos,
perdidos como los anzuelos,
enterrados en los subsuelos,
como antiguos caramelos,
donde las razones son señuelos...


en medio del desconcierto,
de los ruidos de alocados cubiertos,
puedes sumergirte en propios vientos,
nadar en quietos océanos,
adentrarte en los silencios de un huerto,
y hasta quedarte boquiabierto,
descubriendo que en tus silencios,
cruzando de corazón un desierto,
la creación aguarda su puerto,
a sabiendas que tu alma contiene el acierto,
de la sintonía con el preciso momento...


todo es cuestión de aislamiento,
donde hallas la esencia del cuento,
ya no tendrá importancia el viento,
ni andar por la vida sediento,
para no perecer en el intento,
deberás finalmente reconocer,
que todo depende y lo hará,
de la calidad del sentimiento.
JUNIO 24, 2012.-









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