¿De dónde vino el agua de la Tierra?
Científicos afirman que probablemente llegó desde el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter
Día 13/07/2012 - 13.40h
Hace mucho tiempo que los científicos empezaron a preguntarse por el origen del agua de la Tierra. Y hasta ahora la versión oficial sostenía que los elementos volátiles (como por ejemplo el hidrógeno, el nitrógeno o el carbono), e incluso la primera materia orgánica, llegaron hasta aquí desde el exterior, aportados por cometas y por una clase de meteoritos de origen muy antiguo, las condritas carbonáceas. Ambas clases de objetos se formaron más allá de la órbita de Júpiter y "migraron" después hacia el interior del Sistema Solar. Ahora, un nuevo estudio acaba de revelar que no fue así.
Por supuesto, determinar con exactitud de dónde proceden estos elementos esenciales significa ser capaces de comprender cómo llegó el agua, y la vida, hasta la Tierra. Ahora, un grupo de investigadores del Instituto Carnegie de Washington acaba de publicar en Science un artículo según el cual el agua que hay en nuestro planeta no es la misma que se distribuyó, en forma de hielo, por todo el Sistema Solar en los tiempos de su formación, sino que llegó mucho después. Y no a bordo de lejanos cometas procedentes de los confines del SIstema Solar, sino de mucho más cerca: del cinturón de asteroides que hay en el entre Marte y Júpiter.
Para Conel Alexander, investigador principal del estudio, una gran cantidad de agua helada se repartió por todo el Sistema Solar primitivo, pero ese hielo nunca formó parte de los materiales que se agregaron para formar la Tierra. Ese hielo primitivo puede encontrarse hoy en objetos como cometas o las ya citadas condritas carbonáceas. Pero su análisis demuestra, según los investigadores, que los dos tipos de objetos no nacieron más allá de la órbita de Júpiter, como se creía, sino en dos zonas muy alejadas. Los cometas se formaron en las regiones externas del Sistema Solar. Las condritas carbonáceas lo hicieron mucho más cerca.
Alexander logró establecer esta diferencia calculando la proporción de deuterio (un isótopo del hidrógeno) contenido por el agua helada de 85 condritas carbonáceas. Cuanto más lejos del Sol se ha formado un objeto, más deuterio contiene. Y si los cometas y las condritas carbonáceas se formaron en el mismo lugar, su hielo debería contener la misma, o parecida, cantidad de deuterio. Pero no es así.
El hielo de los meteoritos analizados contiene mucho menos deuterio que el de los cometas, lo cual sugiere que los éstos últimos se formaron mucho más lejos del Sol. Un resultado que, además, contradice los modelos más aceptados sobre la forma en que el Sistema Solar adquirió su arquitectura actual.
Para Alexander, el contenido de deuterio de las condritas carbonáceas indica que estos meteoritos debieron formarse mucho más cerca del Sol que los cometas. En concreto, en el cinturón de asteroides, el gran anillo de rocas que se encuentra entre las órbitas de Marte y Júpiter. Y es de ahí, sugiere el estudio, de donde procede precisamente el agua de la Tierra. Alexander está convencido de que los resultados de su investigación obligarán a revisar las teorías actuales y contribuirán, de paso, a resolver un buen puñado de cuestiones que hasta ahora se habían resistido a la Ciencia.
el dispensador dice:
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?
por qué llueven rosas sobre la hierba,
qué es lo que esconde la hiedra,
por qué no escuchan lo que dicen las piedras...
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?,
por qué lo que abre cierra,
por qué el hombre se envuelve en la guerra?
por qué se aferra de aquello que aterra?...
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?,
por qué el alma no se entierra,
por qué el espíritu se destierra,
por qué los sentidos se aferran?...
sucedió hace mucho tiempo,
tanto que aún no había la noche,
tanto que no se sabía del día,
tanto que los contrastes no eran rías,
tanto que los desfiladeros no iban,
tanto que los abismos no reían,
tanto que nada se movía,
tanto que nadie se afligía,
tanto que no había alegrías,
porque todo permanecía,
esperando el motivo de la vida...
se apoyó el verbo en su quilla,
avanzó buscando su horquilla,
mientras nada de lo que existe brilla,
ninguna encuentra villa,
ninguna nave guarda silla,
mientras aún no llega la arcilla,
no barbilla ni bombilla,
la palabra se cobija como semilla,
algo desciende de la buhardilla,
pronunciando que el agua será capilla,
de los ciclos que se engrillan,
lo que se abrocha se hebilla...
el agua está en el espacio,
uniendo el arriba y el abajo,
es necesario el badajo,
para que la campana abra el legajo,
que destapa la vida en un trazo...
sucede que hay muchas aguas,
eternidades en fraguas,
bautismos en prudentes pascuas,
hornos donde se cocinan almas,
lo que desciende no baja,
lo que se eleva no siempre encaja...
usa la neurona que tienes,
cuando de esencias se trata,
debes saber que en el cielo no hay plata,
debes saber que a nadie se mata,
es bueno separar la nata,
porque cuando oscurece se delata...
y esta es cuestión de aguas,
de químicas y piraguas,
cuando el verbo se pronuncia,
todo lo que fluye es agua.
JULIO 14, 2012.-
DEDICADO A la memoria de Horacio José González... mi hermano de la vida.
el dispensador dice:
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?
por qué llueven rosas sobre la hierba,
qué es lo que esconde la hiedra,
por qué no escuchan lo que dicen las piedras...
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?,
por qué lo que abre cierra,
por qué el hombre se envuelve en la guerra?
por qué se aferra de aquello que aterra?...
dime... ¿de dónde vino el agua a la Tierra?,
por qué el alma no se entierra,
por qué el espíritu se destierra,
por qué los sentidos se aferran?...
sucedió hace mucho tiempo,
tanto que aún no había la noche,
tanto que no se sabía del día,
tanto que los contrastes no eran rías,
tanto que los desfiladeros no iban,
tanto que los abismos no reían,
tanto que nada se movía,
tanto que nadie se afligía,
tanto que no había alegrías,
porque todo permanecía,
esperando el motivo de la vida...
se apoyó el verbo en su quilla,
avanzó buscando su horquilla,
mientras nada de lo que existe brilla,
ninguna encuentra villa,
ninguna nave guarda silla,
mientras aún no llega la arcilla,
no barbilla ni bombilla,
la palabra se cobija como semilla,
algo desciende de la buhardilla,
pronunciando que el agua será capilla,
de los ciclos que se engrillan,
lo que se abrocha se hebilla...
el agua está en el espacio,
uniendo el arriba y el abajo,
es necesario el badajo,
para que la campana abra el legajo,
que destapa la vida en un trazo...
sucede que hay muchas aguas,
eternidades en fraguas,
bautismos en prudentes pascuas,
hornos donde se cocinan almas,
lo que desciende no baja,
lo que se eleva no siempre encaja...
usa la neurona que tienes,
cuando de esencias se trata,
debes saber que en el cielo no hay plata,
debes saber que a nadie se mata,
es bueno separar la nata,
porque cuando oscurece se delata...
y esta es cuestión de aguas,
de químicas y piraguas,
cuando el verbo se pronuncia,
todo lo que fluye es agua.
JULIO 14, 2012.-
DEDICADO A la memoria de Horacio José González... mi hermano de la vida.
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