Ciencia
Los móviles dañan el cerebro de las hormigas, según un estudio
Un experimento sugiere que las ondas que emiten los terminales perjudican sus capacidades de memoria y orientación, de forma que son incapaces de encontrar el camino de regreso al hormiguero
Día 13/07/2012 - 02.46h
Si usted se preguntaba por qué las hormigas no usan teléfonos móviles, la Universidad Libre de Bruselas ha dado con la respuesta: las ondas que emiten les dañan gravemente el cerebro y perjudican sus capacidades olfativas, visuales y los mecanismos de aprendizaje. El estudio, realizado por un equipo dirigido por la profesora Marie-Claire Cammaerts ha sido publicado por la revista “Electromagnetic Biology and Medicine” y aunque no está claro que las conclusiones puedan aplicarse a los seres humanos, demuestra que puede haber una relación entre las ondas electromagnéticas y ciertos efectos negativos en mecanismos neurológicos.
Las hormigas que fueron sometidas a una exposición a las ondas similares a las de los teléfonos móviles perdieron más de un 50 por ciento de sus capacidades de orientación y memorización, algo esencial para la organización de los hormigueros. Los efectos no son irreversibles, ya que al cabo de 30 horas las mismas hormigas recuperaban parte de sus capacidades, aunque según el estudio, nunca completamente.
La experiencia consistía en atraer a un grupo de hormigas hacia un lugar donde encontraban comida, a través de las feromonas, sustancias bien conocidas que sirven a estos insectos para orientarse a través del olfato. Normalmente, las hormigas son capaces de seguir el rastro del camino de vuelta al hormiguero con la comida a cuestas y el resto de las hormigas puede orientarse por la misma ruta para repetir el trayecto tantas veces como sea necesario. Sin embargo, sometidas a una exposición de una frecuencia de 900 megahercios y una potencia de 2 watios, muy inferior a la de una antena de un teléfono ordinario, las hormigas perdían el camino y eran incapaces de orientarse, a pesar de que ya conocían el trayecto.
Catastrófico en una colmena
Según la profesora Cammaerts, las ondas “afectan a la membrana celular, lo que tiene consecuencias sobre el sistema nervioso” y a su juicio en el caso de los insectos puede afectar directamente el desarrollo larvario y las neurosecreciones. En concreto, ella hubiera querido investigar sobre las abejas, pero “no he sido autorizada, cuando se sabe que si se coloca un teléfono móvil en la colmena, se produce una catástrofe”. En su opinión, “el mundo no puede vivir ya sin los aparatos que funcionan con ondas electromagnéticas, pero creo que haríamos bien en aumentar las precauciones sobre las emisiones de las antenas.
el dispensador dice:
es bueno que el ser humano comience a preguntarse, de qué modo afectan sus actividades a la Tierra, a la naturaleza, a los elementos indispensables para la vida, a cualquier especie del reino animal (incluyéndonos, ya que no somos diferentes ni tampoco superiores a ninguna de ellas [especies])... existen evidencias que las abejas padecen las alteraciones electromagnéticas de los teléfonos celulares, pero lo propio sucede con hormigas, avispas, mariposas, y cualquier otro insecto... ¿por qué?, porque ellos se comunican mediante reacciones químicas que se ven alteradas y/o modificadas y/o anuladas por dichas ondas... el problema guarda tal magnitud que puede observarse a simple vista del profano. Ahora bien, curiosamente, a pesar de los incesantes estudios que intentan demostrar lo contrario, existen evidencias dramáticas de cómo las ondas de los móviles afectan a las aves, sea ahuyentándolas, sea desorientándolas, sea cegándolas... indudablemente, el hombre en sus soberbias empecinantes no está dispuesto a regresar sobre sus pasos, reflexionar, meditar, para luego replantear y avanzar sin herir ni lastimar... antes bien prefiere insistir y luego lamentar. Los resultados están envolviendo a la "Tierra" inquieta y están excediendo su atmósfera... aspecto que no parece contribuir a modificar conducta alguna, ya que el desprecio crece a la par de las necedades. Tanto es así que, el mundo humano se expone a una extinción masiva como consecuencia de actividades humanas que no miden "consecuencias", priorizando únicamente raros beneficios económicos, tan efímeros como la vida misma... mientras tanto, nadie se pregunta acerca del alcance de estos daños, que no son en absoluto colaterales. Todo indica que las incapacidades inducidas e impuestas a naturaleza "sabia" por excelencia, comprenderán reacciones en cadena de alcances imperceptibles para las incapacidades del hombre, aunque sí manifiestas y evidentes en el concierto de las armonías del universo. JULIO 14, 2012.-
el dispensador dice:
es bueno que el ser humano comience a preguntarse, de qué modo afectan sus actividades a la Tierra, a la naturaleza, a los elementos indispensables para la vida, a cualquier especie del reino animal (incluyéndonos, ya que no somos diferentes ni tampoco superiores a ninguna de ellas [especies])... existen evidencias que las abejas padecen las alteraciones electromagnéticas de los teléfonos celulares, pero lo propio sucede con hormigas, avispas, mariposas, y cualquier otro insecto... ¿por qué?, porque ellos se comunican mediante reacciones químicas que se ven alteradas y/o modificadas y/o anuladas por dichas ondas... el problema guarda tal magnitud que puede observarse a simple vista del profano. Ahora bien, curiosamente, a pesar de los incesantes estudios que intentan demostrar lo contrario, existen evidencias dramáticas de cómo las ondas de los móviles afectan a las aves, sea ahuyentándolas, sea desorientándolas, sea cegándolas... indudablemente, el hombre en sus soberbias empecinantes no está dispuesto a regresar sobre sus pasos, reflexionar, meditar, para luego replantear y avanzar sin herir ni lastimar... antes bien prefiere insistir y luego lamentar. Los resultados están envolviendo a la "Tierra" inquieta y están excediendo su atmósfera... aspecto que no parece contribuir a modificar conducta alguna, ya que el desprecio crece a la par de las necedades. Tanto es así que, el mundo humano se expone a una extinción masiva como consecuencia de actividades humanas que no miden "consecuencias", priorizando únicamente raros beneficios económicos, tan efímeros como la vida misma... mientras tanto, nadie se pregunta acerca del alcance de estos daños, que no son en absoluto colaterales. Todo indica que las incapacidades inducidas e impuestas a naturaleza "sabia" por excelencia, comprenderán reacciones en cadena de alcances imperceptibles para las incapacidades del hombre, aunque sí manifiestas y evidentes en el concierto de las armonías del universo. JULIO 14, 2012.-
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