el dispensador dice:
¿dónde comienza la rosa?,
¿dónde hiere la espina?,
¿dónde la esencia reclina?,
¿por qué a veces te sientes llamado por las fragancias?,
¿por qué te sientes atraído por lo subyugante de la forma?,
¿por qué te atrapa el color?,
¿por qué te engancha la espina y entrampa el hilo de tu ropa?,
¿por qué no te libera la espina?,
¿por qué tiene capacidad para lastimarte?,
y nuevamente...
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a mirarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a admirarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a observarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a contemplarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a cortarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a esperarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a podarla?,
¿qué contiene la rosa, que te sientes llamado a plantarla?,
y nuevamente...
¿qué te amenaza de la espina que tratas de huirle?,
¿qué dolor hay en ella que intentas esquivarla?,
¿qué recuerdos te trae que prefieres diezmarla?,
es curioso ver cómo el ser humano aprecia sólo que ve,
y en este caso, agregándose el perfume,
que se aleja de la flor buscando llamar la atención del pasajero,
asimismo la atención del jardinero,
pero en la esencia de la rosa,
más allá de sus pétalos,
allende sus geometrías,
más allá, incluyéndola, ella guarda espíritu...
sí, tiene alma, al igual que tú,
con una diferencia,
ella es todo alma, mientras que tú,
tú puedes prescindir de ella (alma), negándola,
esquivándola, pasándole de largo...
la rosa está en su lugar,
intentando despertar sensibilidades,
algunas incipientes, otras dormidas,
algunas concurrentes, otras distendidas,
algunas convergentes, otras quebradizas,
algunas refulgentes, otras hechas trizas,
sin embargo la rosa permanece,
esperando que conjugar los espíritus,
para que un alma se apiade de ella,
y la guarde en esencia, en su corazón,
un corazón que será efímero, sí,
pero que quedará impregnada en la memoria universal,
en el tiempo respirable del jardinero,
de aquel que, sabiendo interpretarla,
la atesoró...
pero hay más de la rosa,
su fragancia es conducente de energías espirituales,
te eleva, y también, a través de sus espinas,
te incrimina...
te avisa, y hasta te recrimina,
te señala, y te destina,
te aleja, y hasta te discrimina,
en especial si al cortarla,
luego la omites y la olvidas...
pero una cosa es la flor,
y otra cosa su mensaje,
ya que puedes estar en su paisaje,
y ser parte de su presente,
también podrá ser que siendo gente,
ella misma te elija,
en cuyo caso la gracia,
invertirá las idiosincracias,
para ella tú serás el huerto,
mientras que ella permanecerá como puerto...
cada flor guarda su mensaje,
y no tomarlo es perder el pasaje,
ya que el espíritu que cada flor contiene,
va buscando afinidades de pertenencia,
y aunque tú no lo descubras,
ellas saben mirar al igual que las uvas...
de néctares se compone la vida,
y así como algunos nutritivos,
hay otros que no sirven de testigos,
mientras que muchos pasan desapercibidos,
y otros se ausentan sin ver el río,
ocurre que algunos néctares son tóxicos,
envenenando a espíritu desprevenido,
ya que hay que ser portador de inocencias,
para reconocer las clemencias,
así como hay que ser estivador de humildades,
para reconocer quiénes son tus iguales...
entonces la rosa pasa a ser una armonía,
o forma parte de tu sintonía,
o ni siquiera será descubierta al pasar el día,
fragancias en sinfonías,
van inundando a sus elegidos,
y aún cuando hayan perdido el camino,
ella, la rosa, podrá señalar un destino,
obsequiándote con una segunda oportunidad inesperada,
tan cercana a tus ojos que pasará por velada...
y la rosa tendrá su nota,
será número y hasta forma,
cada quien tiene su horma,
tanto como cada rosa la suya,
así como hay vida en la tuya,
la de ella contiene la "vibra",
si el diapazón no te invoca,
la confundirás con una roca,
y le pasarás de largo sin verla,
ya no habrás tenido la gracia de merecerla...
la Tierra es un ser vivo,
que contiene muchos invitados,
mientras que unos pocos son sabios,
y algunos esgrimen inteligencias,
otros cultivan ausencias,
justificando falsas pertenencias,
se van despoblando las querencias,
mientras otras rosas observan,
cómo se pierden las personas,
mintiendo sus convicciones,
no sólo es cuestión de principios,
también juegan los corazones...
y allí aparece la cruz,
símbolo en el que se descansa,
el cruce es lo que convoca,
tanto como el espíritu el que llama,
olvida las espinas que lastiman,
no son los clavos los que traspasan,
suelen ser las palabras mal usadas,
aquellas que quiebran la estirpe y ensucian la raza...
para reconocer la gracia que porta la rosa,
para reconocer la gracia que porta la cruz,
se demanda ser caballero,
no siendo necesario ni el caballo, ni gesta alguna,
hay que descubrir las lagunas,
que te enseñan en los sueños de luz,
verás que al beber dichas fuentes,
regresarás al día percibiendo fragancias intangibles...
claro está, no alcanzará con ello solo,
tampoco será suficiente,
debes ser portador de la alianza,
tanto como haber bebido del cáliz que no fue de plata,
ya que ningún oro se arrebata,
como ninguna rosa se poda,
cuando la cruz se enloda,
lo que se pierde es el alma.
JULIO 02, 2012.-
el dispensador agrega: no puedes trasponer tu tiempo respirable, sin portar armonías con el espíritu de la rosa... así como no puedes trasponer el sentido de tu gracia, de tu don y tu talento, sin saber reconocer el valor esencial de la cruz... cualquier deficiencia en uno u otro sentidos, en uno u otro órdenes, se verá reflejado en tu huella y en tu sombra.
las magias son cortas, útiles durante un tiempo,
la sabiduría es el arte de saber esperar,
las inteligencias son apuros que te acuden al despertar,
mientras las ignorancias atrapan al que viene a pasar,
tu alma y tu espíritu se deben cultivar,
porque en eso consiste tu altar...
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