RITUAL DE OTOÑO
Carlos de HitaEl mismo ritual, la misma secuencia de todos los otoños.
Hace unas semanas los ciervos que berreaban en este audioblog lo hacían en plena sequía, sin comida fresca, con pocas fuerzas. Ahora parece que el tiempo está cambiando, las lluvias empiezan a regar los campos resecos y la berrea, aunque quizá un poco tarde, vuelve a atronar por los valles y sierras de la España agreste.
Esto es lo que pasa en una pequeña raña, una llanura despejada y hundida entre laderas de monte espeso, en la sierra de las Villuercas, en Cáceres.
A primera hora de la noche descarga un agüacero. Truena el cielo y truenan los montes con los bramidos de los ciervos. Un risco de cuarcita cierra el escenario por un costado y la pared, la misma contra la que retumba la tormenta, devuelve las voces amplificadas con una resonancia especial.
Los primeros venados en salir al claro han tomado posiciones en torno a los grupos de ciervas. Otros van llegando; avanzan con estrépito, rompiendo el monte donde encontraban protección. Esta noche nadie quiere pasar desapercibido.
Ni siquiera algunos grillos, los últimos del otoño, que no pueden esperar ni a que escampe.
Un ciervo berrea ante una hembra. | Juan Carlos Muñoz
Pero en la oscuridad todo se reduce a una confusión de bramidos. Poco más que narrar, salvo algunas carreras, algunos testarazos sin mayor trascendencia.
Y así toda la noche. El mismo ritual del otoño pasado; el mismo del próximo otoño.
el dispensador dice:
se escuchan voces latiendo,
ecos y sentimientos,
fragancias de bosques lentos,
naturaleza llamativa,
lámpara votiva,
que el ser humano castiga,
omitiendo que en ella anida,
el sentido universal de la vida...
hubo gentes en otros tiempos,
sentidos de largos alientos,
guías de extraños vientos,
apurando hierbas frescas,
destrozando hojas secas,
cuando el espíritu se despereza,
alejándose de mundanas tristezas,
encuentran la tibieza,
que despierta la consciencia...
suelen dejarse oír los grillos,
mariposas de vuelos sencillos,
libélulas transportando mensajes,
a los atentos en sus pasajes,
donde otros ven paisajes,
donde muchos se enseñan salvajes,
hay expresiones que cargan señales,
que resguardan almas de vendavales,
no todas las ramas se mueven iguales,
ante los anuncios estivales...
hoy se han quebrado los iguales,
las diferencias son infernales,
y mientras el hombre discrimina,
la naturaleza recrimina,
anudando el aire en ciertas esquinas,
fuegos espontáneos prometen ruinas,
mientras algún rayo fulmina,
y algunos hablan de pamplinas...
los duendes no andan errando,
antes bien andan pensando,
cómo recuperar la tierra divina,
y en sus ritos hacen cortinas,
entre lo que comienza y lo que termina,
haciendo sintonías finas,
entre lo bueno y lo que se abomina,
antes que llegue el día,
el ritual protege lo que germina...
en los bosques no hay horizontes,
algunas cosas se ven,
mientras muchas otras se ocultan,
y aunque los ojos no vean,
y los oídos anden escasos,
saberes se emplean a destajo,
separando los futuros de los fracasos,
cuando las nubes portan ocasos,
las neblinas abundan en atrasos,
a veces es bueno ir a contrapaso,
tomando distancia del payaso,
que sólo propone repasos...
los truenos vienen avisando,
de turbulencias llegando,
será prudente ir desensillando,
hasta que se despeje aquello que se fue ligando,
cuando se abran los tejidos,
la página se dará vuelta,
mucho se irá al olvido,
y bueno será lo que aparezca,
de allí en más habrá que esperar que crezca,
dando voz a los testigos,
que están escondidos... esperando,
apenas ser artistas de sus propios escenarios.
Octubre 17, 2012.-
DEDICADO A: María Eugenia...
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