EXPOSICIÓN | 'La historia del mundo en 100 objetos'
Pequeña gran historia del mundo
'La historia del mundo en 100 objetos'
"Desde 1753, ésta ha sido siempre una colección de todo el mundo para todo el mundo", presume el director del British, Neil McGregor. "Y cada cual tiene la oportunidad de crear aquí su propia historia de la historia, a través de pequeños objetos que tal vez nos pasan desapercibidos, pero que nos dicen mucho de todo lo que ha sido hasta ahora la humanidad".
El escocés Neil McGregor ha escrito ahora su propia versión -'La historia del mundo en 100 objetos' (Debate)- siguiendo los pasos del programa que marcó un hito en la BBC y que traza un recorrido insólito por las vitrinas del tiempo, con cuatro elementos que se repiten en cualquier lugar y cualquier época: sexo, dinero, religión y política.
Las historias que nos cuenta McGregor empieza simbólicamente con la momia de Hornedjitef (¿qué sería del British sin las momias?), pero se remonta cronológicamente al canto tallado bifacial de Olduvay –dos millones de años- y culmina con una lámpara solar «made in China», aunque pudo haber terminado con una camiseta de Drogba (por todo lo que simboliza globalmente el fútbol en el siglo XXI).
McGregor no entra en el debate sobre las momias, las esfinges y los frisos (hablamos del Partenón) deberían volver a su lugar de origen en aras de la justicia histórica. De momento, aquí están, en el British Museum, posiblemente el mejor lugar del mundo donde se pueden mirar, admirar y comparar...
- Los amantes de Ain Sakhri. "Cuando la última era glacial tocó a su fin, alguien cogió un guijarro no lejos de Belén»... Y el guijarro, modelado hace 11.000 años por una mano humana, dio forma a la que se considera como la representación más antigua de una cópula. Ahí está la pareja de amantes, precursores de John Lennon y Yoko Ono, fundidos en un abrazo inequívoco. El mundo estaba cambiando, advierte McGregor. El nomadismo y la caza estaba dejando paso al sedentarismo y la agricultura.
- La piedra Rosetta. Todos los días, una interminable Babelia de lenguas y culturas se congrega ante la vitrina que contiene la pieza más 'gastada' del British. "Quien labró esa piedra no era sin duda consciente de su importancia", sostiene McGregor. "Tampoco imaginaba que iba a convertirse en la proyección del poder, en objeto codiciado por los invasores europeos. Una vez en Londres, iba a simbolizar uno de las mayores colaboraciones entre investigadores de todo el mundo para desentrañar el misterio de los jeroglíficos egipcios".
- El cristal de Lotario. En este disco plano de cristal de roca de apenas 18 centímetros de diámetro está contenido de alguna manera el nacimiento del ideal de Europa. Lotario, rey de los franceses, me mandó hacer", puede leerse en una pequeña inscripción. El cristal es una obra maestra de la talla en miniatura, y también una de "las primeras imágenes europeas que representan el imperio de la ley" (el cristal, por cierto, está rayado, lo que añade aún más simbolismo al pasado y futuro del viejo continente).
- Reales de a ocho. Las vueltas que da el mundo: la primera moneda global fue española. El 'dólar' que circulaba por doquier en aquellas fechas (1573-1598) era el real de a ocho, acuñado con plata de Potosí. La expresión 'vale un potosí' ha sobrevivido incluso a la llegada del euro. Y la historia detrás de la moneda, la salvaje explotación de los indígenas y de los esclavos en las minas de plata, dice también mucho del alto coste humano de eso que llamamos dinero.
- El Bi de Jade. China también tuvo su propia Ilustración, como lo demuestra este disco de Jade, producto de la curiosidad intelectual del emperador Qianlong, que en 1756 envió a un equipo multicultural (integrado por sacerdotes jesuitas, lamas tibetanos y astrónomos chinos) para cartografiar sus territorios anexionados en Asia. Gracias a las inscripciones, Qianlong dio una finalidad esencialmente cultural al bi, usado hasta entonces como objeto de decoración en las tumbas.
- Torno de armas. "Por primera vez en la historia estamos ante un objeto que es un fenómeno bélico, pero que no glorifica las guerras ni al gobernante que las libró", escribe Neil McGregor. Se trata de una silla hecha hace once años en Maputo (Mozambique) y fabricada artesanalmente con fusiles, rifles, cargadores, culatas y metralletas. La «lucha por África» del siglo XIX, las guerras de independencia del siglo XX y las guerras tribales del siglo XXI se funden dramáticamente en este «trono» que tiene algo de herrumbrosa proclama antibélica.
el dispensador dice:
lejanas conquistas,
un mundo sin pistas,
lo que se cuenta da risa,
para el buscador que no anda con prisa...
se desmantelaron escenarios,
se mezclaron anecdotarios,
se los robaron los anticuarios,
para luego fabricar raros abecedarios...
las rocas claman por ser devueltas,
lo que queda de historia ya está resuelta,
a nadie le importa lo que le cuentan,
la burla es un hecho, lo demás no cuenta...
al caminar por los extensos laberintos de los museos europeos, además de apreciar obras monumentales, impensables para este tiempo, vas reflexionando acerca de cómo, justificando aventuras y aventureros, novelas y otros relatos, occidente se fue apoderando de la historia de las grandes culturas del mundo humano, tomando a discreción objetos de interés que les confirieran el poder sobre las sociedades víctimas de tales atropellos. En nombre de falsas arqueologías y peores antroologías, se fueron adueñando de la historia de los "otros", escribiendo aquello que les servía a los fines de la dominación y el desprecio... claro está... nunca lograron explicar los fundamentos de aquellas culturas que hicieron de la "piedra" un culto... y a efectos de burlar sus incapacidades interpretativas, y más que ello, sus carencias científicas, lograron definir que todo el mundo antiguo no era más que una expresión pobre de los primitivismos del ser humano. Todo se mezcló intencionalmente, y más tarde escribieron la historia que les convino... desde luego, el hombre de todos los días, atrapado en sus urgencias y rebelado ante sus pobrezas inducidas, se dio por enterado y aceptó lo inaceptable. De este modo se mintió la historia del África, del Asia, y desde luego de la América Latina... más tarde hicieron lo propio con las culturas de América del Norte y cerraron la Australasia, colocando pigmeos en las tapas de los libros de estudio... todo en prolijo inglés, francés y hasta, algunas veces, algo en alemán. Nadie tuvo derecho a réplica y los advenedizos "canales de cable, documentales" hicieron el resto... la Europa Medieval es el ombligo del mundo civilizado, mientras que el resto del mundo humano apenas si es un despojo cultural de atrasos obsequiados a lo largo de mil años de inquisiciones a escalas. Más allá, las propias culturas no medievales europeas, fueron denigradas y minimizadas intencionalmente con el sólo objeto de borrarlas de las historias de conveniencias, así se consumieron entre otros a los nórdicos, a los celtas, a los eskeras, y muchísimos otros de los que apenas se habla. Los ecos señalan otras realidades, y así como los sílices claman por verdades ocultas, hacen lo propio las obsidianas, los escasos oros no fundidos para salvar coronas europeas quebradas, y ni qué hablar de los granitos y otros diamantes. Cuando te detienes y observas con paciencia los rostros líticos del antiguo egipto, simplemente escuchas, y te das cuenta que esas piedras pulidas a espejo (hoy algo inalcanzable a pesar de las teconologías y sus otras mentiras) te hablan... sí, te hablan a tí... podrás comprender el mensaje o no... podrás tomarte fotografías a escondidas de los custodios de los museos o no... podrás comprar libros sobre las raras versiones occidentales de las "vidas de los otros ancestros"... pero una vez más, si tu intención es apreciar y asumir perspectiva... descubrirás que la historia humana habla por sí misma, y que no necesita de historiadores de pacotilla que representan los intereses de los poderes en curso de colisión... aquellas no tan lejanas conquistas de las culturas ajenas, no fueron otra cosa que un asalto a la humanidad y sus poesías... donde las piedras presas en salas de museos, piden por sus regresos a sus lugares de origen... adonde siempre han pertenecido por derecho de creación. Las vitrinas exponen en minúsculo objetos mayúsculos... y aquellos que se atrevieron a romper con los moldes de los academicismos de las falsas ciencias de los reyes pobres, han sido descalificados o despreciados por sociedades científicas que sí saben de soberbias pero nada saben de ciencias, mucho menos de la humanidad y sus estirpes. En la historia, todo aquel que se erige y luego se vende como ganador, termina siendo el perdedor... el gran perdedor, ya que la condición humana indica que todos nacemos de madre... todos recibimos la misma gracia con distintos dones para ejercitar diferentes talentos..., pero todos sin excepciones, somos iguales ante Dios, y más aún, idénticos ante el VERBO. Octubre 07, 2012.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario