martes, 25 de marzo de 2014

EL FIN ▲ El cálido azul de Paula Bonet | Cultura | EL MUNDO

El cálido azul de Paula Bonet | Cultura | EL MUNDO









ARTE Publicación

El cálido azul de Paula Bonet

  • La castellonense publica 'Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End', un libro en el que pone voz a sus ilustraciones







'Zona iceberg', autorretrato de Paula Bonet.

'Zona iceberg', autorretrato de Paula Bonet.





Paula Bonet le quita protagonismo a su color fetiche, el rojo, y nos inunda. Rostros llorando, empapados o flotando, pero al final, siempre rostros, y, desde ahora, siempre azul. Nada en el papel, sus ilustraciones son delicadas, suaves, pero te golpean. "En nuestras pieles quedan grabadas muchísimas experiencias, me gusta ir descifrándolas cuando me enfrento a dibujar una cara, una expresión o una actividad de lo más cotidiana", comenta.
Ahora, 15 de sus obras se encuentran expuestas en la galería Mad is Mad, una forma de dar a conocer su primer libro, 'Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End', en el que 40 ilustraciones narran pequeñas historias, más o menos biográficas, cálidas, pero duras, como sus retratos. Todos sus modelos son mujeres, o casi todos, sólo dos rostros masculinos forman parte de su las ilustraciones de su libro y muchos de sus dibujos son autorretratos.
"Son el 80% de mi público [las mujeres]. Seguramente habremos vivido situaciones similares y tanto ellas como yo hemos intentado explicarnos de algún modo. Yo lo hago con imágenes". Sus ilustraciones han pasado de representar situaciones de la vida diaria, como una mujer comiendo un yogur, a manifestar estados de ánimo."Cada vez que me enfrento a un dibujo intento aportar algo nuevo, que no aparezca en los anteriores. Supongo que esa suma de pequeñas aportaciones es la que hace que, pasado un tiempo, se vea una diferencia entre uno y otro cuya creación está separada por varios meses o años". Ahora, la soledad, el dolor, el amor o la tristeza impregnan su trabajo, se ha rasgado las vestiduras y enseña más de Bonet que nunca. "Siempre plasmas algo de ti en tu trabajo", sentencia.
Desde que diseñó el cartel del festival de cine La Cabina, que fue arrancado de los muros de Valencia por coleccionistas, y empapeló Barcelona con sus posters publicitarios, se ha consagrado como una de las mejores en su campo, y tras años murmurando en sus dibujos, la ilustradora valenciana, ha decidido pegar el salto a la literatura. "Me he atrevido a publicar mis textos, en 'Qué hacer cuando en la pantalla aparece The End', porque están respaldados por ilustraciones". "La literatura me impone mucho respeto y no me sentía tan cómoda escribiendo como dibujando, me ha costado mucho", confiesa.
Pintura, literatura y, además, música. La artista acompaña sus obras de canciones, "se complementan". Le da tanta importancia a la "banda sonora" que ha creado una lista de reproducción, en la que se puede escuchar desde 'Cinnamon girl' de Neil Young al 'Hallelujah' de Jeff Buckley, que completa su libro. "Son las canciones que inspiraron las historias, o las que escuchaba en bucle en las épocas que éstas ocurrieron, me parecía bien darlas a conocer", confiesa. "Y de repente un día nos despertamos y sentimos el vacío: en la pantalla aparece 'The End' y decidimos empezar otra historia. Una en la que nunca tengamos que fingir que no nos conocemos".

el dispensador dice:
a veces, 
quieres que llegue cuanto antes,
otras veces,
prefieres esperar que se aleje,
dependiendo de la magia,
que el momento teje,
dependiendo de la circunstancia,
y de la ecuación que se despeje,
sea como sea,
el fin siempre aparece,
a veces mostrándose antes de lo que se quiere,
otras tantas llegando mucho después de las plegarias,
siempre guardando una relación,
de puertas y ventanas,
puedes huir por las noches,
y nunca regresar por la mañana...

y el fin termina siendo designio de cada destino,
ya que siempre encuentras una curva,
por la que se desvía el camino,
haciendo ángulo recto,
o hasta volviéndose invertido,
y aún desconociendo las razones,
casi nunca regresas,
por donde has venido,
salvo que insistas,
en repetir los errores que ya has cometido...

y a veces la vida,
es paradoja de uno mismo,
y a veces la contradicción,
permite adaptaciones a sus ritmos,
y como siempre, una vez más,
puedes haber viajado,
sin siquiera haberte movido,
y hasta puedes regresar,
sin siquiera haberte ido...
todo es raro en este mundo,
ya que depende de un ombligo,
que puede transformarse en comienzo,
o en ángulo invertido,
dando fin inesperado,
a aquello que trajo,
a aquello por lo que has venido,
sin siquiera pronunciarse,
acerca de ser bienvenido...

a veces la vida es un retrato,
donde aparece otro distinto,
otras tantas es garabato,
donde la carbonilla huele a vino,
y a veces llega a ser acuarela,
donde se coincide con el uno mismo,
haciendo del instante magias,
donde cualquier fin es un principio...
y así aprender a andar,
tropezando en el camino,
a veces quieres llegar,
y otras verte perdido...
pero cuando el fin...
finalmente se presenta,
comienzas a comprender los sentidos,
de todo aquello que no viste,
cuando la circunstancia te hizo ser,
un simple elegido...

a veces el azul es lo mío,
a veces el amarillo me da la consciencia de estar vivo,
sin embargo prefiero vibrar,
y pasar desapercibido...
MARZO 25, 2014.-

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