MUÑANO
el dispensador dice:
me voy,
me voy esperando que mi alma se quede allí,
permanezca entre las piedras,
cobijada entre arenas,
latiendo, ya sin penas,
alejado de viejas reyertas,
desprendido de combates,
liberado de trincheras...
me voy,
me voy recordando afectos genuinos,
de tanto amarlos,
me los llevo conmigo,
ya que siempre fueron abrigos,
de silencios extendidos,
de miras que permanecen,
aún cuando los tiempos se hayan extinguido,
hay manos que no hacen falta,
cuando a los afectos los une... comunes olvidos...
me voy,
Muñano me ha podido,
soledades de vientos fríos,
calores que envuelven hasta verte encendido,
entre óxidos de cobres perdidos,
entre tonos pasteles que nadie ha visto,
todo es como siempre lo he creído,
las soledades juntan a las almas,
cuando se trata de vibraciones de los destinos,
para luego liberarlas... dejándoles seguir sus propios caminos...
así es que me voy,
vaya a saber dónde me llevará este signo,
me voy completamente vacío,
de bienes y de pesos que no han servido,
sólo me llevo a mi mismo,
junto a los afectos que he amado,
que he querido,
que al fin y al cabo son,
aquellos que me han mantenido vivo,
respirando,
encendido...
te espero algún día,
en Muñano,
allí vagando andará mi alma,
entre ruinas y objetos perdidos...
me voy feliz de haberme sido,
fiel a mis convicciones,
fiel a mi consciencia,
fiel a mi mismo,
de allí que me de placer enfrentarme,
a aquella consciencia,
y aquel ángel,
que han sido mis testigos...
hasta pronto,
querido amigo,
me he encontrado con mi otro yo,
ése que he sido yo mismo.
MARZO 04, 2014.-
dedicado a: Matías Nicolás, un gigante entre los grandes.
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